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Por qué en el siglo XIX estaba tan de moda caminar hacia atrás para hacer ejercicio
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UNA TENDENCIA DEPORTIVA

Por qué en el siglo XIX estaba tan de moda caminar hacia atrás para hacer ejercicio

Varios estudios recientes refrendan los beneficios de andar de espaldas al reducir el dolor lumbar y la presión sobre la rodilla, además de favorecer la concentración mental

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Si sueles salir a caminar, posiblemente nunca se te haya ocurrido hacerlo de manera inversa, es decir, hacia atrás. Más que nada porque si vives en un entorno urbano resultará de lo más peligroso. Desde pequeños asumimos que para desplazarnos hay que mirar siempre al frente, al igual que cuando aprendemos a montar en bicicleta. Pero lo cierto es que caminar en retroceso, es decir, hacia atrás, tiene una sólida historia como disciplina deportiva que no se puede dejar atrás.

El 11 de julio de 1817, un británico llamado Darby Stevens se propuso el reto de recorrer 800 kilómetros caminando hacia atrás en 20 días. En 1821, otro llamado Daniel Crisp, fue un poco más ambicioso: anduvo 450 kilómetros de espaldas en solo siete días. Estos solo fueron los primeros de una moda atlética que se empezó a extender por todo el mundo anglosajón a lo largo del siglo XIX.

Como explica la web Ultra Running History, el hito más importante fue el realizado por Patrick Harmon en el verano de 1915, un estadounidense que a sus cincuenta años decidió empezar a caminar de espaldas desde San Francisco hasta Nueva York en 260 días, apostándose 20.000 dólares (unos 18.700 euros). Para hacerlo, necesitaba un guía, así que contrató a un amigo suyo llamado William Baltazor que le iría informando de todos los obstáculos a cambio de cuatro dólares al día. El 22 de mayor de 1916, después de 291 días exactamente, llegó al Ayuntamiento de Nueva York. Afirmó que sus tobillos se habían vuelto de acero, tan fuertes que "se necesitaría un mazo para torcerlos".

Beneficios físicos y mentales

La ciencia deportiva, por aquel entonces, estalló en halagos hacia Harmon a la par que empezó a considerar los beneficios para la salud ósea y muscular de caminar hacia atrás. Según afirma un reciente artículo de la BBC, esta modalidad de ejercicio sirve para aliviar el dolor de espalda o los efectos de la artritis. Y, a su vez, también mejora la memoria, los reflejos y la habilidad para resolver problemas, suponemos que porque hay que estar muy alerta al entorno para salir ileso.

"Hay un rango de movimiento muy reducido en la rodilla que puede aportar beneficios para las personas que salen de una cirugía"

Hay todo un campo académico sobre la ciencia de caminar hacia atrás. Janet Dufek, experta en biomecánica de la Universidad de Nevada, lleva más de 20 años investigando esta forma de desplazarse, considerada a simple vista errática y contraproducente. Según uno de sus últimos estudios, andar de espaldas durante solo 10 o 15 minutos al día durante cuatro semanas aumenta la flexibilidad de los isquiotibiales, fortalece los músculos de la espalda y reduce el dolor lumbar. "A menudo, una de las causas ligadas al dolor lumbar es la demasiada tensión en los isquiotibiales", corrobora la investigadora al diario británico.

Otra de las ventajas es que ayuda a prevenir las lesiones en la rodilla, la articulación más frágil y sensible de todo buen atleta, debido a que es mucho menor la tensión muscular que se proyecta sobre esta zona del aparato locomotor. Y, del mismo modo, la actividad se prescribe en períodos de rehabilitación al salir de una operación de rodilla. "La biomecánica de caminar en retroceso es muy diferente a la de caminar hacia delante", observa Dufek. "Hay un rango de movimiento muy reducido en la rodilla que puede aportar beneficios para las personas que salen de una cirugía de rodilla".

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Piensa, por ejemplo, en el movimiento que ejerces al dar pasos hacia atrás: mientras que hacia delante todo el peso del cuerpo recae sobre el talón, aunque sea en apenas unos microsegundos, si damos un paso de espaldas el punto de apoyo cambia hacia los dedos de los pies y luego la planta. De esta forma, también la rodilla recibe menos presión, en detrimento de los tobillos, que es la articulación que más 'sufre' cuando realizamos esta clase de movimiento. De ahí que Hermon afirmara que su tobillo era de acero.

La importancia de hacerlo en compañía

En cuanto a los beneficios para tu cerebro de la marcha hacia atrás, hay que tener en cuenta una mayor actividad en la corteza prefrontal, responsable de habilidades cognitivas como la toma de decisiones rápida y la resolución de problemas. En un estudio holandés llamado prueba de Stroppe, se sometió a 38 personas a pruebas cognitivas de respuesta mientras caminaban hacia delante, hacia atrás y hacia los lados. Al final, se demostró que los que retrocedían respondían mucho más rápido a ciertas preguntas que los que lo hacían hacia delante. Por otro lado, otro estudio concluyó que la locomoción retroactiva nos hacía más capaces de recordar detalles e información, incluso si no somos nosotros quienes nos movemos: recordamos mejor la información de un vídeo cuando estamos colocados en sentido inverso a la marcha que cuando estamos puestos de derecho.

Foto: Caminar: el mejor ejercicio para adelgazar (Fuente: iStock)

Obviamente, caminar hacia atrás tiene sus riesgos. Aunque reporta mayores beneficios físicos y mentales, eso no es nada comparado a los peligros que nos depara la propia actividad si no lo hacemos según las indicaciones de un guía. Tanto en el medio urbano como en el natural, no se recomienda practicar la marcha atrás si no es acompañado por alguien. Lo bueno de esto es que, además de moverte, realizar ejercicio y mejorar tu salud, también te ayudará a algo muy importante y que influye de sobremanera en tu bienestar: hacerlo con compañía, lo que disminuirá tus sentimientos de soledad.

Si sueles salir a caminar, posiblemente nunca se te haya ocurrido hacerlo de manera inversa, es decir, hacia atrás. Más que nada porque si vives en un entorno urbano resultará de lo más peligroso. Desde pequeños asumimos que para desplazarnos hay que mirar siempre al frente, al igual que cuando aprendemos a montar en bicicleta. Pero lo cierto es que caminar en retroceso, es decir, hacia atrás, tiene una sólida historia como disciplina deportiva que no se puede dejar atrás.

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