¿Qué pasa si haces ejercicio, pero no comes bien?

Cuando buscas perder peso o simplemente mejorar tu salud en general, está claro lo que debes hacer: ejercicio físico y una alimentación baja en grasas y azúcares con el objetivo de crear ese déficit calórico que te permita adelgazar poco a poco y de manera mantenida. Ahora bien, si llevas mucho tiempo sin estar a régimen o sin ponerte en una rutina de ejercicio estricta, es posible que no puedas cumplir con todo a la vez así, de la noche a la mañana. Por ello, tal vez te preguntes si basta con hacer una de las dos cosas de una manera más escalonada.

La tentación de poder comer cualquier cosa que quieras sin que eso tenga consecuencias, amparándote en que quemas calorías gracias a los ejercicios de cardio, puede parecer una buena idea, pero... nada efectiva. Los expertos avisan que no importa la cantidad de ejercicio que hagas, o si es con mayor o menor intensidad. Entrenar de manera constante no puede, en ningún caso, revertir los efectos de una mala alimentación.

"Una acumulación de grasa visceral podría generar el mismo tipo de riesgos que una grasa corporal en una persona con visible obesidad"

Sobre todo porque la alimentación influye no solo en el aspecto físico, sino en la salud en general. Y hay índices tan relevantes como el del colesterol que no se ven en los michelines. Por ello, no es lo mismo la grasa subcutánea que la grasa visceral, la cual es mucho menos notoria porque envuelve a los órganos. Lo cierto es que si haces ejercicio, al menos consigues paliar los efectos de una mala alimentación, aunque sea un poco; pero, si comes demasiados azúcares y grasas saturadas y no lo compatibilizas con ningún tipo de actividad física, no solo te verás peor delante del espejo o frente a la báscula, sino que también tendrás muchas más probabilidades de sufrir algún accidente cardiovascular en el futuro.

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"La grasa visceral es más peligrosa que la subcutánea", asegura Colin Carriker, fisiólogo del ejercicio y profesor de la Universidad de High Point en Carolina del Norte, en un artículo reciente de la CNN. "Una acumulación de grasa visceral por comer alimentos procesados con alto contenido de sales, azúcares y carbohidratos podría generar el mismo tipo de riesgos que una grasa corporal en una persona con visible obesidad".

En busca del déficit calórico

Por otro lado, el hecho de hacer mucho ejercicio y a la vez no cuidar la alimentación está relacionado con una mayor probabilidad de muerte prematura. Un gran estudio analizó los efectos de la actividad física con la calidad de la dieta, descubriendo que aquellos que hacían ejercicio regularmente, pero comían lo que querían, tenían un mayor riesgo de mortalidad prematura en comparación con los que hacían ejercicio y optaban por dietas más saludables.

La clave está en apostar por una dieta completa y equilibrada, en la que exista consciencia sobre el número de calorías y de nutrientes

Como decíamos, la clave para perder peso y mantenerte saludable es crear un déficit calórico en el que quemes más calorías de las que consumes. Pero, al final, si consumes demasiadas calorías es mucho más difícil perderlas con la actividad física, ya que desgraciadamente la comida basura está repleta de calorías vacías, las cuales son mucho más difíciles de quemar. Por otro lado, no tienen apenas nutrientes, lo que te sumirá en una espiral de hambre de la que no será para nada fácil salir. "Las personas que no siguen una dieta nutritiva están mucho más hambrientas, están más de mal humor y no tienen el mismo impulso o motivación para hacer ejercicio", asegura Grace Derocha, dietista británica.

Al final, la clave está en apostar por una dieta completa y equilibrada, en la que exista consciencia sobre el número de calorías y de nutrientes. Por ejemplo, carnes como el pollo o pescados como el salmón son muy ricos en proteínas y combinan muy bien con los ejercicios de fuerza de cara a perder grasa y construir músculo. Por tanto, lo mejor, si quieres perder peso y a la vez estar sano, pasa por limitar al máximo el consumo de alimentos procesados o ricos en azúcares y apostar por la comida casera y llenas de fibra, vitaminas y proteínas.