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Casi pierde el pulgar tras jugar a los bolos y su reacción se hace viral: "No dudes en ir al hospital"
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Casi pierde el pulgar tras jugar a los bolos y su reacción se hace viral: "No dudes en ir al hospital"

Nakita Harden, una londinense de 33 años, se vuelve viral después de contar cómo casi pierde un brazo o directamente muere a causa de una simple herida

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

En ocasiones, lo que consideramos una simple herida puede acabar produciendo verdaderos estragos en el cuerpo, hasta el punto de costarte la vida si no le prestas atención a su debido tiempo. Se conoce que Bob Marley, por ejemplo, murió a causa de algo tan anodino como una herida en el dedo gordo del pie tras jugar descalzo al fútbol y posteriormente negarse a curársela. Esto no es más que una leyenda urbana. Sin embargo, merece la pena prestar atención lo que le ocurrió a una mujer británica de 33 años, llamada Nakita Harden, tras hacer algo que a todo el mundo nos encanta, como es jugar a los bolos.

"Me duele el pulgar". Esta historia, que afortunadamente tiene final feliz, comienza como decíamos cuando Harden jugaba con su novio a los bolos y empezó a notar un dolor incipiente en el nudillo del pulgar de su mano derecha. Como todos los aficionados a este juego saben, a veces puede ocurrir que las cavidades desde las que se agarra la bola contengan pequeñas virutas o salientes que produzcan cierto dolor en los dedos, al estar estos sometidos a un considerable peso.

La enfermedad de Harden debía ser tratada de inmediato o, en caso contrario, perdería el brazo o le ocurriría algo muchísimo peor: moriría

Al estar acostumbrada a jugar, Harden pensó que se trataba de una molestia más sin importancia, pero al salir de la bolera empezó a advertir pequeños puntos rojos en torno a su nudillo. Cuando se lo dijo a su novio, este advirtió que no solo estaba esa zona enrojecida, sino que a lo largo del brazo le habían aparecido más puntitos de color rojo. "Estábamos un poco preocupados, pero no me dolía tanto", recuerda ella, en declaraciones recogidas por The New York Post. "Él me dijo: 'Si empeora, tendremos que ir al hospital porque podría ser sepsis'".

Foto: El dedo en gatillo o en resorte es una dolencia frecuente que puede afectar a todas las personas. (iStock)

El dedo de Harden empeoró y, al día siguiente, se sintió tremendamente débil. "Me desperté con muchísima sed en algún momento de la noche, intenté bajar las escaleras de la casa a la cocina y pude llegar a duras penas", relata ella misma. "Pero necesitaba un vaso de agua, así que llegué hasta allí y luego volví a la cama subiendo las escaleras". Por fortuna, despertó a su pareja, diciéndole que no se encontraba nada bien y que necesitaba ir al hospital con extrema urgencia.

Una cirugía urgente

Al llegar, la sala de urgencias estaba completamente llena. "Pensé que podía morir ahí esperando, aunque al final me llamaron bastante rápido", recuerda. No era para menos; la enfermedad de Harden debía ser tratada de inmediato o, en caso contrario, perdería el brazo o le ocurriría algo muchísimo peor. Donde la noche anterior había pequeños puntitos rojos, al día siguiente había una línea de color rojo que ascendía desde su pulgar hasta el hombro. La joven necesitaba urgentemente cirugía y antibióticos para tratar un caso de sepsis.

"Tengo dos hijos, era lo que pensaba todo el rato. ¿Qué sería de ellos si ya no les fuera a ver?"

Afortunadamente, el dedo no estaba tan mal como para amputárselo. Tras ponerle anestesia local para someterle a la operación, Harden respiró tranquila al saber que se encontraba en buenas manos y había llegado a tiempo. "Sentí como horadaban el hueso y me sentí un poco mareada, pensaba que me iba a desmayar", asegura. "Tengo dos hijos, este era el pensamiento que pasaba todo el rato por mi cabeza. ¿Qué pasaría con ellos?". Ellos dormían en casa de su padre y no se habían enterado de nada.

Los médicos extirparon la parte de hueso que estaba completamente perdida por la infección y después de unas cuantas horas consiguieron eliminar el envenenamiento sanguíneo que se estaba extendiendo desde su pulgar al resto del organismo. Por fortuna, el hueso volvió a crecer y ahora está sana y salva. Afirma que desde entonces, cuando se hace una herida, por muy pequeña que sea, se aplica un medicamento antiséptico para tratarla. Las infecciones que provocan sepsis comienzan en los pulmones, en el tracto urinario o en la piel. Si no se trata a tiempo, esta enfermedad puede provocar daño en los tejidos, insuficiencia orgánica y muerte. Los síntomas más comunes son fiebre, pulso débil, escalofríos, confusión, dificultad para respirar o piel húmeda y sudorosa. "No dudes en ir al hospital si te has cortado con algo y tienes estos síntomas", aconseja Harden.

En ocasiones, lo que consideramos una simple herida puede acabar produciendo verdaderos estragos en el cuerpo, hasta el punto de costarte la vida si no le prestas atención a su debido tiempo. Se conoce que Bob Marley, por ejemplo, murió a causa de algo tan anodino como una herida en el dedo gordo del pie tras jugar descalzo al fútbol y posteriormente negarse a curársela. Esto no es más que una leyenda urbana. Sin embargo, merece la pena prestar atención lo que le ocurrió a una mujer británica de 33 años, llamada Nakita Harden, tras hacer algo que a todo el mundo nos encanta, como es jugar a los bolos.

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