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Así estuve a punto de morir por sepsis: una dolencia por la que fallecen millones
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Así estuve a punto de morir por sepsis: una dolencia por la que fallecen millones

Una infección inesperada, fruto de una infección previa, que una vez que se desencadena acaba muchas veces con fatal resultado a gran velocidad

Foto: Aún no hay una manera clara de cómo combatirla. (iStock)
Aún no hay una manera clara de cómo combatirla. (iStock)

"Una visita a mi familia a Glasgow en 2015 estuvo a punto de costarme la vida". Así comienza el testimonio del genetista Michael J. Porter en 'The Conversation'. Dos días antes de aquel viaje, estuvo reparando la cerradura de la puerta de su jardín y se respó la mano con un clavo. Mientras iba llegando a la ciudad escocesa donde reside su familia, se fue encontrando peor. 24 horas después, estaba en coma en el hospital. Había desarrollado una sepsis. Los médicos dijeron a su familia que no tenía muchas expectativas de sobrevivir a esa misma noche.

Se despertó del coma tres meses más tarde y tardó un año completo en recuperar completamente la salud. "Tuve mucha suerte", resume en su testimonio. Lo puede contar. La sepsis afecta a más de 30 millones de personas cada año y mata, aproxidamente, a unos seis millones, de los que alrededor de dos millones son niños. De los que consiguen sobrevivir, el 40% padece un síndrome post sepsis que los deja con secuelas físicas y psíquicas.

En la sepsis todo se acelera y hay un fallo integral de los órganos vitales, incluyendo los riñones, pulmones y el corazón

La sepsis comienza con una infección vírica o bacteriana, generalmente en los pulmones, abdomen o el tracto urinario, pero también puede empezar de muchas otras maneras, incluido un rasguño (como fue el caso de Porter) o un mordisco. No es el patógeno lo que causa el efecto potencialmente mortal, sino la respuesta del cuerpo a la infección. Cuando se produce una infección, el cuerpo desencadena una cascada de reacciones para combatirla. En la sepsis, ese proceso se vuelve descontrolado, progresivamente acelerado, dando como resultado un fallo integral de los órganos vitales, incluyendo los riñones, pulmones y el corazón.

Como una cerilla encendida, un pequeña chispa en uno de los extremos del fósforo propaga el fuego. La llama de la sepsis en el cuerpo se propaga a gran velocidad. "Si mi hermano no hubiera adivinado los síntomas y el tratamiento hospitalario se hubiese demorado aunque solo fuese una hora, hubiese muerto", sentencia Porter en su escrito.

Los síntomas

Los síntomas de la sepsis pueden incluir palidez o manchas en la piel, dificultades respiratorias graves o fuertes dolores musculares. También el no orinar durante un día completo, naúseas y vómitos. Si usted padece alguno o varios de esos síntomas (o conoce alguien a quien le suceda), debe llamar a los servicios sanitarios de emergencia y preguntar: ¿Podría tener sepsis?

La metformina, un medicamento usado para controlar la diabetes de tipo 2, puede reducir el impacto de la sepsis

La sepsis puede afectar a cualquiera, aunque diversos estudios apuntan a aque aquellos que padecen un déficit de Vitamina D tienen un mayor riesgo de contraerla que los que no. Esta carencia de Vitamina D, en general, se ha asociado con el riesgo de padecer infecciones, lo que a su vez podría devenir en un caso de sepsis.

Desafortunadamente, aunque es posible combatir las infecciones con antibióticos, no hay una cura específica para la sepsis. Solo los síntomas pueden ser tratados. Nuevas investigaciones, sin embargo, sugieren que la metformina, un medicamento usado para controlar la diabetes de tipo 2, puede reducir el impacto de la sepsis a través de una reducción de la reacción inmune del cuerpo y que podría porteger del daño de otros radicales libres. También han comenzado algunas investigaciones con proteinas producidas por el cuerpo. Pero aún hay mucho desconocimiento. Así que siempre es bueno preguntar. ¿Podría ser sepsis?

"Una visita a mi familia a Glasgow en 2015 estuvo a punto de costarme la vida". Así comienza el testimonio del genetista Michael J. Porter en 'The Conversation'. Dos días antes de aquel viaje, estuvo reparando la cerradura de la puerta de su jardín y se respó la mano con un clavo. Mientras iba llegando a la ciudad escocesa donde reside su familia, se fue encontrando peor. 24 horas después, estaba en coma en el hospital. Había desarrollado una sepsis. Los médicos dijeron a su familia que no tenía muchas expectativas de sobrevivir a esa misma noche.

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