Las 6 claves que las mujeres deben saber si quieren adelgazar después de los 50 años

Los años pasan factura, y si has llegado a los cincuenta, más todavía. Madurar y envejecer no es fácil, no solo por los rastros físicos que va dejando el paso del tiempo, sino también por motivos de salud. Por ello, es hora de apostar por cambios en los hábitos cotidianos dirigidos a una vida saludable, especialmente si todavía no te los has tomado en serio hasta el momento.

Pero sobre todo si eres mujer, ya que un estudio de 2021 asegura que están mucho más predispuestas a sufrir de obesidad en comparación con su contraparte masculina. Una vez llegada la menopausia, hay que mantener un peso saludable, lo cual es especialmente difícil porque el cuerpo ya no funciona igual que antes; el metabolismo, una vez pasados los cincuenta años, se ralentiza, por lo que ya no te vale con hacer simplemente una dieta restrictiva y apostar por el ejercicio físico regular.

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A pesar de esto, no quiere decir que perder peso sea imposible. Todo lo que debes hacer es escuchar más a tu cuerpo y tener en cuenta que lo que hagas a partir de ahora con él determinará en mayor medida tu futuro, ya que el proceso de envejecimiento es irreversible, por mucho que creamos que no. Trista Best, dietista especializada, ha hablado con la revista Eat This Not That! para conocer de cerca cuáles son esos cambios por los que hay que apostar si eres mujer y sobrepasas los cincuenta años.

Una alimentación equilibrada

"Piensa en tu cuerpo como si fuera un coche clásico: funciona mejor con combustible premium", asegura Best. ¿Qué deberá contener esa dieta? Pues, básicamente, de todo. Arroces integrales, verduras, frutas, legumbres y grasas saludables. Lo importante es "centrarte en una dieta completa y rica en nutrientes, apostando por los integrales y las frutas y verduras. Eso favorecerá el metabolismo y mejorará tu salud en general".

Controla las porciones

A veces, no se trata tanto de lo que comes, sino cuánto. A medida que tu metabolismo cambia con la edad, es esencial prestar atención a las señales de hambre del cuerpo. Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), se requiere consumir alrededor de 500 calorías menos de las que quemas diariamente para perder alrededor de medio kilo por semana. "Ten en cuenta el tamaño de las porciones para evitar comer en exceso", recalca la dietista. "Unos platos más pequeños y escuchar las señales de hambre del cuerpo puede ayudar a regular tu ingesta de calorías".

Realiza actividad física con regularidad

Aunque ya no puedas entrenar con tanta energía como antes, la actividad física sigue siendo esencial para mantenerte en un estado saludable y perder peso. Dar con actividades que te gusten (como por ejemplo el running, yoga o clases de baile) puede hacer que eso de moverte tenga más que ver con algo divertido que con algo que implica un sacrificio. Lo mejor es que combines cardio con entrenamientos de fuerza y ejercicios de flexibilidad, lo que "ayudará a preservar a masa muscular, estimulará el metabolismo y mejorará tu estado físico en general", puntualiza Best.

Mantente bien hidratada

A medida que envejeces, es posible que tu cuerpo ya no sienta la sensación de sed tanto como antes, por lo que deberás beber abundante agua incluso cuando creas que no la necesitas. De esta forma, estarás ayudando a tu digestión, mantendrás la piel radiante y frenarás el apetito. "Bebe una cantidad de agua adecuada durante el día", asegura la dietista. La recomendación más general apunta a que son mínimo dos litros los que necesitas para cumplir con tus necesidades de hidratación, pero si estamos en verano lógicamente necesitarás un poco más.

Prioriza las proteínas

La proteína juega un papel fundamental en la retención de masa muscular y la actividad metabólica de las mujeres menopáusicas, según un estudio de 2020. Por ello, incorpora carnes magras, legumbres y lácteos bajos en grasa a tus comidas para perder esos kilos no deseados.

Duerme bien

Obtener un buen descanso es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud. Según un estudio de 2015, dormir bien equilibra las hormonas que regulan el hambre, por lo que es esencial mantenerte en una franja de entre siete y nueve horas de sueño ininterrumpido para evitar en todo momento el aumento de peso involuntario.