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Cinco señales que delatan que tu pareja te está manipulando (y que no quieres ver)
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UNAS 'RED FLAGS' DE LIBRO

Cinco señales que delatan que tu pareja te está manipulando (y que no quieres ver)

Hay una serie de actitudes que no puedes dejar pasar en una relación, ni mucho menos normalizarlas. Aquí van una serie de advertencias para que hagas algo al respecto

Foto: Foto: iStock.
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Cuando nos involucramos a un nivel emocional con alguien, nos volvemos vulnerables. Esto quiere decir que al exponer nuestros sentimientos tanto, le concedemos a la otra persona la llave de nuestra confianza e intimidad emocional. Todas las relaciones se rigen por unas leyes de poder, ya que ponemos nuestro bienestar mental y psicológico a disposición del otro. Ello nos lleva, en ocasiones y cuando estamos muy enamorados, a conceder demasiados aspectos de nosotros mismos que el otro puede usar sin que nos demos cuenta.

"Es más fácil mentir o culpar a otro que mirar hacia dentro y asumir parte de responsabilidad"

Ahí es donde nace la manipulación emocional. No siempre es fácil saber si tu pareja está actuando bajo su propio beneficio sin tener en cuenta tus necesidades y deseos. Nadie se salva de llevarse un buen disgusto en lo que a esto se refiere, pues hay personas que son excelentes a la hora de mentir y buscar tretas para siempre salirse con la suya. La revista Best Life ha hablado con distintos expertos del mundo de las relaciones afectivas para saber cuáles son las líneas rojas o red flags que pueden llegar a delatar que deberías reconsiderar tu decisión de seguir al lado de esa persona por tu propio bien.

Bromean demasiado contigo

Sí, uno de los pilares de la relación es comunicarse a base de piques y cosas graciosas. Al final, si es tu pareja, conocerá de sobra tus puntos buenos y malos, por lo que frecuentemente bromeará hasta con tus defectos. Lo malo es cuando este comportamiento se cronifica en el tiempo. "Si consigue avergonzarte lo suficiente, entonces podría intentar cambiarte y moldearte como quiera", asegura Jennifer Kelman, terapeuta de parejas. "Esto es peligroso porque al final podrás acabar cuestionándote en exceso y perderás la confianza entre lo que crees que es verdad y mentira sobre ti".

Te comparan con los demás

La comparación constante es una señal de alerta bastante común, sobre todo cuando no es buena y se erige según tus defectos. Más aún si lo hace con una pareja del pasado. "Esto puede hacerte sentir que no estás a la altura o bajo el objetivo de intentar que te esfuerces en algo para conseguir lo que quieren", señala Kaytee Gillis, psicoterapeuta. Tienes que tener muy claro quién eres y quién quieres ser, no ajustarte a unos principios que te marcan.

Quieren saber lo que haces a cada momento

Todos queremos sentir que formamos una parte importante de la vida de nuestra pareja, y eso obviamente incluye el hecho de hacer preguntas sobre cómo está yendo el día. Pero hay que diferenciar bien cuando se trata de una conducta normal o realmente nace por una necesidad de controlar. "Cuando tu pareja necesita saber una gran cantidad de detalles sobre a dónde vas y con quién estás, y si se molesta o incluso llega a decirte lo que puedes y no puedes hacer, te está manipulando", explica Lisa Lawless, psicoterapeuta clínica. "En última instancia, es una forma de afirmarse como poderoso y mantener el dominio sobre alguien". Por ello, no te olvides de marcar una serie de límites para asegurar tu independencia y privacidad.

Siempre culpan a los demás

Cuando algo sale mal y las culpas siempre van dirigidas a otras personas, mala señal. Sobre todo cuando el conflicto se ha originado dentro de la pareja y no hay terceras personas implicadas. "En lugar de simplemente hacerse cargo del error, muchas personas con un perfil manipulador intentarán justificar sus comportamientos e incluso tratarán de convencerte de que tienen razón y estás equivocado", expresa Gillis.

Foto: Jean-Charles Bouchoux. (Arpa Editores)

En el lado más extremo, rehusarán cualquier atisbo de responsabilidad sobre sus acciones y actos, delegando en última instancia en ti o en las personas que también forman parte de tu vida. "Es más fácil mentir o culpar a otro de algo que mirar hacia dentro y asumir parte de responsabilidad", arguye la psicóloga. "El propósito de esto es engañar y hacer que uno acabe cuestionándose hasta a sí mismo".

Involucran a otras personas

Imagina que tenéis una discusión y tu pareja empieza a hablar por otras personas a las que conocéis sin que se les haya preguntado. Esto, sin duda, es un mecanismo muy nocivo para la relación, ya que te lleva a pensar que eres tú el único o la única que está equivocado. "Poner de su lado a otros en una discusión para intentar demostrar que tienen razón es un claro signo de manipulación", recalca la terapeuta. No, a no ser que les preguntes directamente, no pueden hablar por otra persona de tu vida. Por tanto, si incurre en este comportamiento, lo mejor es que deseches lo que está diciendo porque lo usa para hacerte daño.

Cuando nos involucramos a un nivel emocional con alguien, nos volvemos vulnerables. Esto quiere decir que al exponer nuestros sentimientos tanto, le concedemos a la otra persona la llave de nuestra confianza e intimidad emocional. Todas las relaciones se rigen por unas leyes de poder, ya que ponemos nuestro bienestar mental y psicológico a disposición del otro. Ello nos lleva, en ocasiones y cuando estamos muy enamorados, a conceder demasiados aspectos de nosotros mismos que el otro puede usar sin que nos demos cuenta.

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