Por qué la inteligencia artificial no servirá para reducir el 'burnout' laboral

Se trata de uno de los grandes debates que impregna nuestra época, el cual está ampliamente dividido; algunos creen que nos arrebatará los trabajos, mientras que otros, los más optimistas, piensan que servirá para mejorar la vida de los trabajadores ya existentes, facilitándoles una mejor conciliación laboral sin una merma de la productividad. Del mismo modo, sobresale otro de los grandes males de nuestra época, que antes era invisible: el burnout laboral. Y, precisamente, alrededor del 58% de los empleados de todo el mundo piensan que los avances en inteligencia artificial y robótica también servirán para paliar sus efectos, según una encuesta reciente.

De hecho, en dicho estudio la confianza depositada en la alta tecnología varía mucho entre distintas generaciones. Los centennials son los más optimistas (casi un 70% opina que estas herramientas servirán para mejorar su calidad de vida), aunque los millennials y los de la generación X no se quedan atrás (el 63 y 51% respectivamente). En cambio, menos de la mitad de los babyboomers (el 44%) opinan que no cambiará el bienestar de los trabajadores de manera sustancial.

"Será como si cada persona tuviera un asistente personal. Así, muchas de las tareas repetitivas que hacemos desaparecerán"

Pero, ¿cuál sería el argumento a favor más obvio para pensar que la inteligencia artificial reducirá de forma notable el burnout? Básicamente, porque muchas de las tareas repetitivas que cumplen los trabajadores serán sustituidas por esta mano de obra tecnológica. En este sentido, muchos de los trabajos tediosos que hoy existen, y en que son en los que más cotas de insatisfacción laboral se registran, serán asignados a la máquina, recolocando al empleado en otros puestos más cualificados tras haber recibido la formación pertinente.

¿Un asistente o un sustituto?

A lo largo de una jornada laboral se realizan distintas tareas, algunas más repetitivas y otras más creativas. Como es obvio, depende de la propia naturaleza del trabajo, pues por ejemplo en el caso de un conductor de autobús, la rutina suele ser más o menos igual en lo que respecta a sus funciones. El lanzamiento reciente de herramientas como ChatGPT nos hace suponer que esa inteligencia artificial será como una especie de "pepito grillo tecnológico" o "asistente instantáneo" al que podamos encargar las tareas que no nos gustan o que son más tediosas. En el caso de los periodistas, sin ir más lejos, poder buscar la información que necesitan en apenas unos segundos; en los abogados, resumir las distintas legislaciones acorde a cada caso; o, en los médicos, calcular las probabilidades de que sea una enfermedad u otra para dictar un diagnóstico.

"Sería muy fácil que las compañías subieran el listón. La IA se puede usar para aliviar el agotamiento o para agravarlo"

"Será como si cada persona tuviera un asistente personal", afirma Ed Challis, responsable de una importante firma especializada en IA, en un artículo reciente de la BBC que aborda este tema. "Así, muchas de las tareas repetitivas que hacemos cada uno de nosotros en el trabajo desaparecerán". Vale, desde el punto de vista del empleado parece que visto así, todo son ventajas. El trabajador se sentirá más motivado al poder desempeñarse en otras tareas más satisfactorias. Pero, ¿cómo repercutiría la supresión de estas actividades automáticas en su jornada laboral?

Más presión y carga de trabajo

Danielle Lee, profesora de innovación estratégica en el prestigioso MIT, pone la nota discordante. Al ser consultada por el diario británico, admite una evidencia: es posible que el empleado reciba mucha más presión por parte de sus jefes al no tener que desempeñarse en esas tareas repetitivas. Es decir, su labor se volverá mucho más exigente desde el punto de vista intelectual y humano, lo que conllevará una dosis extra de estrés que pondrá en duda su mejora de la calidad de vida. "Si los empleados se vuelven más productivos gracias a la inteligencia artificial, los empresarios pueden pensar que son menos imprescindibles, añadiendo aún más peso a las cargas de trabajo individuales", sopesa. "Sería muy fácil que las compañías subieran el listón. La IA se puede usar para aliviar el agotamiento o para agravarlo".

TE PUEDE INTERESAR

La razón por la que acabaremos trabajando cuatro días a la semana

E. Zamorano

El burnout no desaparecerá cuando las máquinas se encarguen de las tareas repetitivas o menos creativas. Precisamente, porque el hecho de estar quemado en el trabajo tiene diferentes causas, como por ejemplo llevarse mal con los compañeros o el jefe, o también por la razón que ponía Lee sobre la mesa: debido a la alta exigencia, que puede ser subliminal o explícita. Y, del mismo modo, si no cumples unos estándares de rendimiento porque tus funciones han sido asignadas a una inteligencia artificial, efectivamente te puedes sentir un poco desplazado, cuando no frustrado al saber que no eres útil. En caso de que no se te ocurra un nuevo papel dentro de la organización, el miedo a ser despedido aumentará, lo que repercutirá sin duda en la salud mental.

Dos de las razones que más contribuyen al burnout laboral, según la encuesta que encabeza este artículo, es la presión de la dirección y la inseguridad laboral. Estos dos aspectos tendrán especial relevancia en el futuro laboral, debido a que el trabajador se sentirá que debe poner ese extra de calidad en su jornada laboral a raíz de unos estándares de exigencia que el empleado no sabrá si es capaz de asumir o está dispuesto a cumplir. La única forma en la que parece que la inteligencia artificial pueda servir para mejorar los niveles de bienestar de la plantilla sería que facilitara una consecución más rápida de las tareas, que junto a la posibilidad de ejecutar una reducción de la jornada laboral y a la par ser más productivos (como ya han demostrado varios estudios).