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Quemados por aburrimiento, la otra cara del 'burnout' laboral
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Quemados por aburrimiento, la otra cara del 'burnout' laboral

El tedio en el mundo laboral puede ser tan nocivo para la salud mental como la sobreactividad. ¿Qué hacer si no sabes qué hacer con el tiempo, o peor aún, has perdido las ganas?

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Todo el mundo, sin excepción, ha tenido que vérselas con el aburrimiento en algún momento de su vida. Muchos se esfuerzan en llevar una rutina permanentemente ocupada y hacer planes sin descanso para no parar. Pero tarde o temprano, y más aún después de una larga cuarentena que tuvimos que experimentar, la sensación de no saber cómo llenar las horas emerge para sumirnos en un estado de hastío y letargo del que no es fácil salir.

Ahora bien, imagina que tu día a día consiste en precisamente eso: no hacer nada. O peor aún, tener que hacer cosas que no te reportan la más mínima emoción o entretenimiento. Puede parecer a simple vista un privilegio, ya que muchos argumentarán que mejor estar ocioso y despreocupado a vivir sumido en una jornada de trabajo estresante y sin descanso. Pero a la hora de la verdad, el aburrimiento puede llegar a ser una gran fuente de frustración para el trabajador, más incluso que la sobreactividad. Precisamente porque si no hay nada excitante en tu cotidianidad, es muy fácil caer en la frustración y después en la sensación de sentirte un completo inútil.

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Así lo reconocen diversos expertos, quienes advierten que una sensación de hastío prolongada en el tiempo en el entorno laboral puede conducir a sufrir síntomas de ansiedad o depresión. "La frase del 'No tengo nada que hacer' puede convertirse rápidamente en 'No vale la pena encontrar algo que hacer'", asevera la terapeuta Sara Macke en un reciente artículo publicado en 'Mel Magazine' en el que precisamente confirmaba un gran aumento de casos en su consulta a raíz de este 'boreout' (el término usado para describir este tipo de 'burnout').

El tedio y el sueño

Al fin y al cabo, lo peor de aburrirse no es el hecho de no saber qué hacer con el tiempo, sino la sensación de que hagas lo que hagas, nada puede sacarte de tu ensimismamiento. Por otro lado, esto repercute en tus niveles de energía diarios y con ello en tu actividad física. Un estudio reciente demostró que cuanto más aburrido estás, más sensación de sueño tienes; de ahí que, curiosamente, el tedio se suela representar con el gesto del bostezo. Esto, que podría parecer un privilegio a aquellos que sufren de insomnio, en realidad es muy perjudicial a largo plazo, ya que puede conllevar a que el individuo sienta que no hay nada importante o urgente que hacer, recurriendo a las siestas continuas para mitigar esa ausencia de motivación y, con ello, aumentando sus probabilidades de caer en un episodio depresivo.

"Hay que tomar impulso e intentar realizar ciertas tareas pequeñas, asequibles y prácticas que te hagan salirte de la normalidad"

Los científicos hallaron que la parte del cerebro asociada a la motivación o al placer (el núcleo accumbens) también puede producir sueño, por lo que una de las consecuencias de estar aburrido es precisamente la somnolencia excesiva que necesita ser saciada. De ahí que, por el contrario, si estamos excitamos, emocionados o entretenidos con algo nuevo, aunque estemos muy cansados, nuestro cerebro permanecerá alerta y activado.

¿Qué hacer para aliviar esta sensación de aburrimiento crónica y su correlativa somnolencia? Los sociólogos Philippe Rothlin y Peter R. Werder, quienes patentaron el término de 'boreout', dejaron unas claves anexadas al diagnóstico para intentar mitigar el hastío vital que produce un trabajo que hace que las horas pasen más lentas de lo normal. Uno de los antídotos contra este síndrome viene a ser el sentirse parte de algo, y por ello intentar en la medida de lo posible conectar más con tus compañeros de trabajo.

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Evidentemente, muchos trabajadores no gozarán de compañía al tener que enfrentar jornadas laborales en las que son los únicos en el puesto o solo cuentan con uno o dos compañeros. Para ellos, lo mejor es que hagan una reflexión interna sobre cómo podrían modificar su rutina en la medida de lo posible para hacerla más llevadera o ilusionante. Puede que sea difícil y que nunca cambie nada, pero si intentas enumerar una serie de atajos mentales que te sirvan para enfrentarte al aburrimiento, tal vez salgas de ese bucle en el que nunca pasa nada.

"Esperar a que llegue la motivación por sí sola es bastante inútil", observa Macke por su parte. "En vez de ello, hay que tomar impulso e intentar realizar ciertas tareas pequeñas, asequibles y prácticas que te hagan salirte de la normalidad". Como es lógico, no hay un antídoto efectivo contra el aburrimiento, pues se trata de una desagradable sensación subjetiva que puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida. Por tanto, lo mejor será aguantarlo hasta cierto punto y tener la mente abierta al cambio. Al final, es inevitable que surjan imprevistos o sucesos que alteren tu rutina, y puede que justo después de que ocurran eches de menos el tedio. En todo caso, no pierdas los nervios.

Todo el mundo, sin excepción, ha tenido que vérselas con el aburrimiento en algún momento de su vida. Muchos se esfuerzan en llevar una rutina permanentemente ocupada y hacer planes sin descanso para no parar. Pero tarde o temprano, y más aún después de una larga cuarentena que tuvimos que experimentar, la sensación de no saber cómo llenar las horas emerge para sumirnos en un estado de hastío y letargo del que no es fácil salir.

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