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Así es la afantasía o por qué a algunas personas les cuesta visualizar recuerdos
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Así es la afantasía o por qué a algunas personas les cuesta visualizar recuerdos

En su obra 'De Anima', Aristóteles escribió: "Siempre que uno contempla, uno necesariamente al mismo tiempo contempla en imágenes", pero parece que no es así para todos

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En su obra De Amina, Aristóteles escribió: "Siempre que uno contempla, uno necesariamente al mismo tiempo contempla en imágenes". Con la nostalgia más de moda que nunca, lo de recordar se ha vuelto un continuo no solo individual, sino colectivo. Recordar las tardes de verano con los amigos comiendo 'polo flashes', los viajes en carretera a la playa, recordar las primeras palas de juego que te compraron tus padres al llegar, tu kit favorito de rastrillo y pala para construir castillos en la arena, a tu hermano pequeño embadurnado de crema solar y arena, por ejemplo. Si nos ponemos a hacer memoria, podemos recuperar infinitos instantes que muchos podrán recuperar con diferentes sentidos, desde el olfato a la vista (interna).

Al fin y al cabo, la memoria es un conjunto impalpable de relatos que se prestan a todo, excepto al tacto. Quizás puedas oler aquella crema solar, o escuchar la voz de tu madre regañándote por acercarte solo a la orilla del mar. No obstante, es posible que lo primero haya sido verla, contemplar hacia adentro todas aquellas estampas, con más o menos detalle. O quizás no.

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En el misterioso mundo de la memoria, hay quien puede tirar de ella desde los ojos, pero hay quien no. Resulta que lo de los recuerdos no funciona igual con todo el mundo. Y, mientras tú puedes volver a la cara de tu padre enterrado en arena, la persona que está a tu lado quizás sea incapaz de recordar momentos similares y verlos. Pero, ¿por qué?

Puedes serlo y no saberlo

Esta condición afecta a un porcentaje de población que oscila entre el 2% y el 5%. De hecho, tiene nombre propio: afantasía. Se trata de la incapacidad de ver rostros familiares, lugares, objetos o escenas a través de sus recuerdos o, incluso, basándose en descripciones. Una incapacidad, en definitiva, de visualizar imágenes con la mente.

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"Es más común de lo que piensas, y muchas personas pueden ser afantasías sin saberlo porque, a decir verdad, no es frecuente que andemos comparando los mecanismos de nuestros pensamientos con los de otras personas", explica desde la revista Happiful su editora de reportajes, Kathryn Wheeler. Aunque si, por ejemplo, acudes a terapia, quizás ya lo hayas notado.

En este sentido, puesto que a día de hoy los mecanismos sociales se siguen entendiendo desde la generalización de una memoria visual; y, por lo tanto, también de ella tiran muchas técnicas de la psicología, Wheeler recuerda que es importante hacer saber a tu psicólogo o psiquiatra que no puedes visualizar, "para que sepa que algunas de sus técnicas pueden no funcionar contigo".

Un nombre bastante reciente

Antes de 2015, la aphantasia o afantasía no estaba reconocida formalmente por su nombre, pero eso no significa que sea un asunto nuevo. Lo que es nuevo es su tratamiento social, que poco a poco va apreciando que otras posibilidades de memoria son posibles.

Precisamente en 2015, numerosos artículos le dedicaron un espacio coincidiendo con su reconocimiento desde el plano de estudio. En la BBC, por ejemplo, hablaban entonces de "una mente ciega". Aunque quizás no acabe ahí la cosa. En estos últimos años, cada vez más investigadores se interesan por la afantasía, y han podido encontrar que al menos la mitad de las personas que la poseen también apuntan a una capacidad disminuida para imaginar información desde otros sentidos.

"Debido a que otras modalidades sensoriales se ven afectadas, algunos investigadores argumentan que la afantasía podría no ser tanto un trastorno de las imágenes visuales, sino un trastorno de la memoria"

Según explica Justin Gregg en Psychology Today, no pueden, por ejemplo, generar el sonido de una canción en su mente, o evocar mentalmente el olor de una rosa. "Debido a que otras modalidades sensoriales se ven afectadas, algunos investigadores argumentan que la afantasía podría no ser tanto un trastorno de las imágenes visuales, sino un trastorno de la memoria". En el mismo sentido, un estudio publicado en 2022 intentó profundizar en esto último. Los autores hallaron que las personas con afantasía no solo tienen dificultades para recordar eventos autobiográficos que sucedieron en su propio pasado, sino que generalmente fallan más en todas las tareas relacionadas con la memoria.

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En cualquier caso, y con la investigación aún con un largo camino por delante, desde la organización dedicada a ella, Aphantasia Network, en lugar de clasificarlo como una 'condición' o un 'trastorno', prefieren hablar de una "variación en la experiencia humana".

De la misma forma lo entiende Wheeler, que tras consultar con varios profesionales y hablar con diferentes personas que cuentan con ella, sostiene: “Debido a que la afantasía no es un trastorno, y solo otro ejemplo de cómo algunas personas ven el mundo, no existe una 'cura', y realmente no es necesario que la haya. En cambio, abordar los desafíos que a veces pueden surgir tiene mucho más que ver con la conciencia, la discusión y la voluntad de adaptar los espacios de bienestar cuando sea necesario”.

En su obra De Amina, Aristóteles escribió: "Siempre que uno contempla, uno necesariamente al mismo tiempo contempla en imágenes". Con la nostalgia más de moda que nunca, lo de recordar se ha vuelto un continuo no solo individual, sino colectivo. Recordar las tardes de verano con los amigos comiendo 'polo flashes', los viajes en carretera a la playa, recordar las primeras palas de juego que te compraron tus padres al llegar, tu kit favorito de rastrillo y pala para construir castillos en la arena, a tu hermano pequeño embadurnado de crema solar y arena, por ejemplo. Si nos ponemos a hacer memoria, podemos recuperar infinitos instantes que muchos podrán recuperar con diferentes sentidos, desde el olfato a la vista (interna).

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