Una mujer con cáncer terminal cambia su entierro por una fiesta porque "odia los funerales"

Una de las peores noticias que te puede dar un médico es confirmarte una enfermedad terminal y darte una “fecha límite”. Tal vez días, semanas o meses. Esto fue lo que le ocurrió a Linda Williams, una mujer de 76 años de High Wycombe, una ciudad pequeña al noroeste de Londres.

Su oncólogo le había comunicado que padecía un cáncer terminal. Sin embargo, lejos de deprimirse, lo que Linda hizo fue empezar a preparar una fiesta. Como explica la BBC, ella "odia los funerales", había asistido a muchos entierros a lo largo de su vida y nunca había estado “en un buen funeral, son eventos miserables, así que decidí que quería una celebración de mi vida”, explicó.

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Ada Nuño

Dicho y hecho, Linda tenía claro que quería "bailar toda la noche" con sus amigos a modo de despedida. Su idea era hacer una fiesta ambientada en los años 40, pero antes, tenía otro deseo: volar en un Spitfire. A ella siempre le habían gustado los Spitfires, un caza monoplaza británico usado por la Real Fuerza Aérea (RAF), y muchos otros países aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

Se subió a un caza de combate

Es más, sus padres pertenecían a la RAF y por eso creció cerca de la base de Walters Ash, donde solía ver a los aviones sobrevolando su casa. ¿Lo mejor de todo? Consiguió cumplir su deseo de volar en un Spitfire. Explica a la BBC que fue "una locura, fantástico y más de lo que jamás deseé".

La fiesta, por supuesto, fue por todo lo alto. La celebró en el mes de octubre y la velada incluía seis actuaciones, una rifa, un pastel con la bandera de Reino Unido y sándwiches de carne enlatada. "El tema de mi fiesta era 'La batalla de Inglaterra', que resultó perfecto, porque la década de 1940 gira alrededor de unirse cuando no tienes nada, y sacrificarte para mantener tu libertad", explicó Williams.

Debido a su deteriorada salud, linda lo tenía todo pensado. Incluso por si se daba la situación de que no llegase viva a su propia fiesta, dejó una figura de cartón a tamaño real con su imagen para "estar presente" en la celebración. "Casi me muero dos semanas antes, así que hice un recorte de cartón (de mi figura) por si acaso, pero pude estar allí con todos mis amigos", contaba.

Sus amigas tenían instrucciones para celebrar la fiesta con o sin ella

Para su fiesta, Linda se vistió con un traje de piloto de la época, con un paracaídas atado a la espalda como si acabara de saltar de un avión. "Estaba tan emocionada que llegué a las 6, aunque la fiesta no empezaba hasta las 7:30. Mis piernas estaban hinchadas, pero conseguí bailar toda la noche y recibí muchos abrazos amorosos", cuenta. "No me fui hasta la 1 de la mañana, tenía un subidón de adrenalina, y después dormí durante casi dos días", confiesa.

Sus amigas tenían instrucciones para celebrar la fiesta con o sin ella. Si ella asistía, la canción de apertura de la fiesta sería una. Si fallecía antes, la música sería otra. Estaba todo planeado. Sus amigas la consideran "una persona increíble e inspiradora que tenemos la suerte de tener como amiga". Por su parte, Linda tuvo una velada inolvidable: "La mejor noche de mi vida".