Las formas más curiosas de celebrar funerales alrededor del mundo

Concebimos la muerte como algo separado a la vida, cuando en realidad está irremediablemente ligada a ella. Desde nuestra concepción occidental es algo triste y lúgubre, normal, por otro lado, pues se trata de una despedida eterna, sin posibilidad de volver, a un lugar que todos visitaremos tarde o temprano. Es difícil normalizarla, y nos llena de temor y pena.

Sin embargo, en algunas culturas del mundo se honra la muerte homenajeando la vida, lo que significa que algunas tradiciones son alegres y llenas de color. A nosotros sin duda no deja de sorprendernos, pero, ¿quiénes somos para negarnos a celebrar la vida en esa última aventura?

Surrealismo en Ghana

Fue el vídeo más descacharrante del confinamiento. Conocido como 'los negros del ataúd', cumplía lo que prometía: un grupo de cuatro hombres que bailaban portando un ataúd. En momentos un poco oscuros como los que vivíamos, a todo el mundo le resulto surrealista y gracioso. En realidad era la imagen de una tradición funeraria en Ghana. En el país africano las tradiciones varían según la región o la religión, pero todos son bastante esperpénticos, empezando porque son extremadamente caros (mucho más que el sueldo medio de cualquier ghanés, que tiene que ahorrar buena parte de su vida para poder costearlo).

Además de bailar, los ataúdes son temáticos y pueden representar aves, coches... cualquier cosa relacionada con la profesión del difunto o su gusto, pues están hechos a mano y cuestan mucho trabajo. Los funerales duran varios días, atraen a muchos curiosos y además de la familia y amigos, a veces se contratan 'extras' para que la celebración sea mayor. Estas tradiciones no son muy antiguas (algunos aseguran que tienen menos de un siglo), pero han calado fuerte y pueden sorprender en Occidente por el colorido y la manera en que parecen honrar la vida en lugar de llorar la muerte.

Las torres del silencio y el ritual zoroástrico

Zoroastro (te sonará más Zaratustra) fue un antiguo profeta y filósofo iraní, cuyas enseñanzas (el conocido como zoroastrismo) desafiaron las tradiciones existentes de lo que era la religión indoiraní, predominante en la antigua Persia. El ritual zoroástrico era sin duda brutal: cuando alguien moría, su cuerpo se exponía a las inclemencias del tiempo y los buitres lo descomponían por completo. Algo sorprendentemente parecido a los llamados 'entierros celestiales' que siguen celebrándose en Nepal, Bután o algunas zonas de la India con mayoría budista.

Se construían unos monumentos funerarios conocidos como dakhmas, donde se dejaban los cuerpos (de manera similar a los entierros celestiales de Nepal, Bután y otras zonas)

Pero en el caso del ritual zoroástrico, se construían unos monumentos funerarios conocidos como dakhmas o torres del silencio, las cuales tenían un techo plano que se dividía en tres anillos donde se disponían los cuerpos en función de su sexo. La práctica estuvo vigente en Irán hasta los años 70, pero se prohibió por la falta de salubridad de la misma.

Famadihana en Madagascar

Tampoco es una tradición muy antigua (sus orígenes están alrededor del siglo XVII), pero podría ser una adaptación. Se celebra en Madagascar y es también conocido como el regreso de la muerte: cada siete años (aproximadamente) las personas cogen los cuerpos de sus difuntos de las criptas familiares, los envuelven con mortajas nuevas y las vuelven a enterrar. Eso sí, después de haber hecho una procesión con música en vivo y haber bailado alrededor de las tumbas. Para los occidentales puede ser curioso, por usar un eufemismo.

Cremación en Bali

En Bali, donde la mayor parte de la población es hinduista y cree en la reencarnación, por lo que la ceremonia de la cremación es muy importante para ellos, pues simboliza el viaje del alma del difunto hacia la otra vida. Sin embargo, como sucede en Ghana, esta ceremonia suele tener un coste muy elevado y no todo el mundo se la puede permitir, y aunque algunas familias realizan ceremonias privadas, lo más normal son las colectivas.

Esta ceremonia suele tener un coste muy elevado y no todo el mundo se la puede permitir, y aunque algunas familias realizan ceremonias privadas lo más normal son las colectivas

Como no suceden siempre, sino que se dan cada ciertos años, los difuntos 'esperan' pacientemente en el cementerio, arropados con paraguas de colores, hasta que puedan celebrarla. Se realizan entonces desfiles y ofrendas, y luego se procede a la cremación, todo desde la alegría, porque el alma del ser querido, al fin, se marcha.