¿Qué es lo mejor que podemos usar para limpiar los muebles de la cocina?

Sabemos que hay que limpiar los fogones de la cocina con frecuencia para tenerlos siempre a punto. El fregadero se limpia cada día tras su uso, incluso higienizamos las bancadas de la cocina después de preparar nuestras comidas. Pero los grandes olvidados de las cocinas son los armarios y muebles. Solo nos damos cuenta de que les hace falta una buena limpieza cuando están llenos de grasa, que puede llegar a gotear en días calurosos. Una estampa horrible.

Para que esto no ocurra, es importante ir limpiando los muebles de la cocina de forma regular y no dejar que se acumule la suciedad, las grasas, el polvo y los humos. El método favorito para limpiar los muebles de la cocina es empleando amoniaco. Este producto se lleva usando desde hace décadas y es tan potente que es capaz de deshacer incluso la grasa más difícil y el moho que aparece en los muebles cerca del fregadero. El problema es que respirar sus vapores es peligroso y, al ser bastante corrosivo, mucha gente prefiere no emplearlo. A continuación, te contamos varios trucos para limpiar los muebles de tu cocina de manera natural y con productos baratos.

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Usar agua y jabón neutro no solo te va a servir para dejar impolutos los muebles de tu cocina, sino que es una mezcla que se puede emplear en todo el hogar. El jabón neutro no daña las superficies de madera o linóleo, por lo que te puedes quedar tranquilo. Basta con mezclar un poco de jabón neutro con agua tibia, mojar un paño de cocina en la mezcla y frotar los muebles. No olvides limpiar también el interior de los armarios, que también se ensucian.

La Leche como agente limpiador

¿La leche sirve para limpiar? Sí, este remedio sorprende a todo el mundo, porque la leche no es algo que habitualmente se utilice en la rutina de limpieza de una cocina. Sin embargo, esta sustancia natural es especialmente eficaz para limpiar muebles lacados. Si tienes manchas rebeldes en su superficie, pasa un paño mojado en leche por la mancha y verás cómo desaparece rápidamente.

El limón es otro indispensable en la cocina, que no solo sirve para cocinar. Al ser ácido, tiene una potente acción antigrasa, ideal para deshacer la grasa concentrada, mucho más económico que un quitagrasas comercial y nada tóxico. Para usarlo, mezcla el juego del limón con un poco de agua tibia y colócalo en un pulverizador. Con esta mezcla, repasa toda la superficie de los muebles y deja actuar unos minutos hasta que veas que la grasa se va desprendiendo. También sirve para limpiar los azulejos. Para grasa rebelde, restriega directamente el limón partido sobre la mancha y enjuaga inmediatamente, para no dañar la madera o el lacado. Además, verás qué buen olor se queda en tu cocina.

Por supuesto, bicarbonato y vinagre blanco

Para grasa persistente que no se ha ido con los métodos anteriores, puedes crear una pasta de bicarbonato y agua. Aplica esta mezcla sobre la mancha o superficie con suciedad difícil y deja actuar unos cinco minutos. Luego, frota bien y verás cómo la mancha desaparece. Si la suciedad se acumula en los tiradores de los armarios y cajones de la cocina, una combinación de un vaso de agua y otro vaso de vinagre blanco, frotando con un paño humedecido en esa mezcla, debería ser suficiente para dejarlos brillantes sin dañar su esmalte, a la vez que desinfectas la superficie. El vinagre también puede servir para limpiar los azulejos, las bancadas de la cocina, incluso los suelos.

Vinagre, leche, limón y jabón neutro son tus aliados a la hora de limpiar tu cocina

Todos estos son remedios que se llevan empleando desde hace siglos para la limpieza del hogar. Si tenemos un poco de paciencia, basta con buscar a nuestro alrededor para encontrar alimentos y sustancias que también sirven para limpiar. Estas son opciones completamente ecológicas y mucho más baratas que comprar un limpiador caro del supermercado, que además contamina muchísimo y daña tanto la piel de nuestras manos como la superficie de los muebles de cocina.