El truco casero (sencillo y eficaz) para limpiar y desinfectar el fregadero y que quede brillante

La cocina es uno de los lugares de la casa, junto al baño, al que más cuidado debemos prestar a la hora de hablar de limpieza, ya que las zonas húmedas son un auténtico caldo de cultivo para gérmenes y bacterias. En este sentido, y aunque no lo parezca, el fregadero es uno de los rincones más sucios de la casa y puede acumular más microorganismos que el propio inodoro, lo que puede dar paso a malos olores o, lo que es peor, problemas para la salud.

Por este motivo, es fundamental que el fregadero esté siempre desinfectado y para hacerlo en profundidad y que quede impoluto existe un truco casero muy eficaz para el que solo necesitarás un ingrediente natural: el bicarbonato de sodio. Se trata, sin duda, de uno de los grandes aliados para la limpieza en el hogar (el otro es el vinagre blanco) y, además, es de origen natural.

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Para empezar, debes asegurarte de que no existe ninguna fuga en la grifería o que las tuberías estén atascadas. Si quieres prevenir o revertir este problema, puedes echar agua hirviendo por el fregadero para que la suciedad desaparezca rápidamente. Eso sí, la temperatura del agua no debe alcanzar los 100º C, ya que, de lo contrario, esta acción puede ablandar las tuberías de PVC y generar que aparezcan grietas o se despeguen dejando de ser herméticas. También puedes usar estos métodos.

Pasos para desinfectar y limpiar el fregadero

En cuanto a los pasos que hay que realizar para llevar a cabo una limpieza óptima del fregadero. Lo primero que tienes que hacer es coger un recipiente y mezclar dentro un poco de agua con bicarbonato de sodio. A continuación, friega toda la superficie del fregadero con un estropajo suave. Esto es fundamental para no dañar el aluminio del que está hecho el fregadero. Con esa combinación de bicarbonato y agua lograrás eliminar las manchas y los restos de suciedad. También se puede usar una mezcla de agua y vinagre.

Una vez desinfectado el fregadero, quizás te interese limpiar el acero inoxidable y dejarlo reluciente y brillante. Para ello lo primero que tienes que hacer es limpiar la superficie con un paño húmedo o una esponja con agua y detergente suave para quitar la suciedad y los restos de comida. Después, enjuaga el acero con agua y seca bien con un paño de microfibra o de papel.

Friega toda la superficie del fregadero con un estropajo suave para no dañar el aluminio

Para eliminar las manchas y dejar el acero inoxidable con un brillo especial, puedes emplear un producto específico para este material o bien, mezclar medio tazón de agua con medio tazón de vinagre blanco y utilizar esta solución con un paño de microfibra para frotar la superficie. Una vez hayas limpiado y frotado la superficie, enjuágala con agua y sécala bien con un paño de microfibra o de papel. Recuerda que no debes utilizar productos abrasivos ni esponjas de lana de acero para limpiar el acero inoxidable, ya que pueden dañar la superficie y dejar rayones.