Los infalibles trucos caseros para dejar tu vitrocerámica limpia, brillante y sin arañazos

Si te gusta cocinar, una de las zonas del hogar que tendrás que limpiar con más frecuencia es, sin duda, la vitrocerámica ya que, al menos, la usarás dos veces al día. Se trata de un elemento imprescindible en cualquier cocina y, para que no te robe demasiado tiempo su limpieza, aquí te traemos varios trucos para dejarla como los chorros del oro.

Lo primero que debes tener claro es que nunca (¡nunca!) debes usar un estropajo para hacerlo, aunque queden restos de comida incrustados. Lo único que conseguirás es rallar la superficie de la vitrocerámica. Lo recomendable es limpiarla con una bayeta o con papel de cocina. Tampoco puede faltar una rasqueta.

Limón, hielo, vinagre y bicarbonato

En el caso de que la vitrocerámica tenga una mancha muy pegada al cristal y se resista a desaparecer, echa mano de un limón. Con unas pocas gotas, y dejando que actúe de 2 a 3 minutos, conseguirás que se ablande para que al pasar la rasqueta desaparezcan todos los restos.

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Otro truco de lo más efectivo para eliminar las manchas más complicadas es pasar un cubito de hielo por encima de esta durante un minuto aproximadamente. Después, podrás pasar la rasqueta para desprender los restos con facilidad.

En el caso de que la vitrocerámica tenga quemaduras, usa bicarbonato. Bastará con hacer una solución usando dos cucharadas de bicarbonato de sodio y 10 cl. de agua. Después se extiende la mezcla por encima de la superficie y se añade un chorro de vinagre. Se deja actuar durante unos cinco minutos y se retira con una bayeta. La suciedad habrá desaparecido. El vinagre también puede utilizarse para que el cristal de la superficie quede mucho más brillante. Solo es necesario aplicarlo con una bayeta o un paño suave.

Estos trucos ayudan a tener la vitro como nueva, aunque el cuidado diario es importante

Para eliminar los arañazos y que la vitrocerámica tenga mejor apariencia puedes usar pasta de dientes. Solo es necesario colocar la pasta sobre un paño y frotar el espacio rayado. Comprobarás que los arañazos han desaparecido y el brillo habrá aumentado. El amoníaco y el agua también son productos interesantes para acabar con los arañazos. Solo hay que mezclar 0,5 litros de agua con 20 ml de amoníaco y con un paño frotar haciendo círculos sobre la superficie a reparar.