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¿Por qué algunas personas sienten que tienen hambre constantemente?
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¿Por qué algunas personas sienten que tienen hambre constantemente?

Nuestro cuerpo sabe bien cómo mostrar señales para visarnos de que requiere alimento, la cuestión es que hay quien mantiene este tipo de síntomas de manera constante porque nunca parece saciarse

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Nuestro cuerpo sabe bien cómo mostrar señales para visarnos de que requiere alimento, como esa sensación que denominamos tener el estómago vacío, o mediante el ruido incesante de nuestros intestinos. Además, el asunto puede llegar más lejos, dificultando incluso la concentración y hasta dejando a las personas apagadas, con falta de energía.

La cuestión es que hay quien mantiene este tipo de síntomas de manera constante, como si lo que ingieren nunca fuera suficiente, como si la comida les supiera siempre a poco. Son aquellas personas que tienen la impresión de tener hambre con mucha frecuencia, y que por lo mismo, si en algún momento deciden perder peso, esto se vuelve tarea casi imposible.

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Un nuevo estudio ofrece ahora una posible explicación biológica más concreta de lo que sabíamos hasta la fecha sobre qué ocurre en tu organismo si sientes que tienes hambre en todo momento. Todo comienza en el cerebro, pues es el encargado de alertarnos sobre el estado general de lo que nos sucede por dentro.

El problema de alguna comida

Muy a menudo, las personas insaciables piensan en lo que denominamos "comida basura", ya que resulta mucho más apetecible a la vista y también al gusto, sobre todo porque van bien cargados de azúcares, grasas e hidratos de carbono. Sin embargo, este tipo de comida, por muy llamativa que parezca, no nos permite estar completamente saciado.

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De hecho, la llamada comida basura puede, incluso, aumentar la sensación de hambre poco después de habernos sentido llenos con ella. ¿Por qué pasa esto? Para empezar, resulta que los carbohidratos no limitan la producción de grelina y leptina, unas hormonas relacionadas con el apetito.

Según la nueva investigación, las más susceptibles a esta falsa saciedad son las personas que experimentan grandes caídas en los niveles de azúcar en sangre varias horas después de comer, acaban sintiendo más hambre y consumiendo cientos de calorías de más a lo largo del día, lo que puede hacerles ganar hasta 9 kilos de peso en un año.

Qué dice la ciencia

Observando estos datos, un grupo de investigadores del King's College London en colaboración con la Escuela de Medicina de Harvard y diferentes universidades y hospitales británicos han llegado a la conclusión de que dichas caídas de glucosa en sangre en una persona podrían convertirse en un predictor del hambre y de las calorías ingeridas.

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Se trata del programa de investigación nutricional en curso más grande del mundo que analiza las respuestas a los alimentos en entornos de la vida real. Investigaciones previas sobre el azúcar que permanece en la sangre después de comer se habían centrado en la forma en que los niveles suben y bajan en las dos primeras horas después de una comida, lo que se conoce como pico de azúcar en sangre, pero no habían mirado más allá de ese intervalo de tiempo.

Mientras tanto, algunas personas resulta que pueden experimentar caídas de azúcar significativas pasadas de 2 a 4 horas después de un pico inicial, y sus niveles de glucosa en sangre caen rápidamente por debajo de lo normal antes de volver a subir.

Un asunto hormonal

Según algunos estudios llevados a cabo hasta ahora, los alimentos ricos en calorías también causan inflamación en áreas del cerebro involucradas en el control del peso. Lamentablemente, esto fomenta el consumo de este tipo de comida, como una espiral que no se detiene, un círculo vicioso que a su vez se alimenta de la necesidad de ingerir alimentos hipercalóricos y la constante sensación de hambre.

No obstante, dicha sensación de hambre constante también puede deberse a que la pérdida de peso hace que las hormonas en la sangre le indiquen al cerebro una disminución en las reservas de energía. Así, cuando una persona está tratando de perder algunos kilos, su caja craneal ahorra recursos y estimula las ganas de comer. Este fenómeno puede ocurrir independientemente del peso inicial de cada uno y, sobre todo, puede mantenernos sin cambios pese a los esfuerzos.

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Es por todo ello que los nutricionistas y otros expertos en alimentación recomiendan evitar los alimentos ultraprocesados e incluir en tu dieta diaria frutas y verduras, frutos secos y semillas, legumbres y otros cereales integrales. El objetivo con ello no es otro que el de ofrecerle a tu cuerpo aquello que es más natural y satisfacer sus necesidades energéticas de una manera adecuada. Por supuesto que no se trata de prohibir o señalar nada, pero sí de evitar consumir únicamente hidratos de carbono.

Asimismo, saltarte las comidas tampoco es lo mejor que puedes hacer. Nunca. Y es que pasar mucho tiempo sin comer estimula el apetito, debido a los cambios hormonales. Esta técnica generalmente se usa para perder peso, pero a veces puede ocurrir el efecto contrario. Privado de recursos, el cuerpo puede estar más sujeto a una gran hambre y, por lo tanto, a un rápido aumento de peso

Nuestro cuerpo sabe bien cómo mostrar señales para visarnos de que requiere alimento, como esa sensación que denominamos tener el estómago vacío, o mediante el ruido incesante de nuestros intestinos. Además, el asunto puede llegar más lejos, dificultando incluso la concentración y hasta dejando a las personas apagadas, con falta de energía.

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