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¿Cuál es la mejor forma de enseñar a leer a los más pequeños? Un debate abierto
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¿Cuál es la mejor forma de enseñar a leer a los más pequeños? Un debate abierto

Eliminar la confusión sobre cómo enseñar a leer es esencial, según los expertos, porque la lectura es crucial para el desarrollo, y todavía muchas personas carecen de herramientas para ello

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La gran mayoría de los niños necesitan que se les enseñe a leer. Por supuesto, esta es una tarea vertebral en los planes de estudio, un fundamento. No obstante, la lectura es una actividad relativamente nueva para el cerebro humano, que no ha tenido tiempo de desarrollar áreas especializadas dedicadas a ella.

Un objeto como un árbol, o un animal, debe ser reconocible desde cualquier ángulo, apunta la neurocientífica Guinevere Eden, pero cuando leemos, necesitamos anular ese tipo de reconocimiento de patrones para distinguir, las letras que designan el término y que, a veces, como la "b" y la "d", parecen idénticas para un lector principiante.

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Solo el 5% de los más pequeños tiene la capacidad de leer prácticamente sin ayuda adulta, incluso entre aquellos que no presentan lo que se entienden ocmo problemas de aprendizaje, según Daniel Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia en Charlottesville y autor del estudio Raising kids who read. Sin embargo, los educadores y las educadoras todavía no han llegado a un consenso sobre cuál es la mejor manera de enseñar a leer. ¿Qué es lo que está fallando en este debate?

Cuestión de descodificar

La fonética. Esa es la parte de la ecuación sobre la que más se discute. La idea detrás de un enfoque fonético sistemático se basa en que los niños deben aprender a traducir el código secreto del lenguaje escrito al lenguaje hablado que conocen. Según explicaba la periodista Emily Sohn en Science News, esta "descodificación" comienza con el desarrollo de la conciencia fonológica, es decir, la capacidad de distinguir entre los sonidos hablados.

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Esta parte de la conciencia permite a los niños y niñas que comienzan los primeros años de escuela escuchar las diferencias entre los sonidos. Tras ella, el cerebro ofrece instrucciones explícitas sobre las conexiones entre las letras, las combinaciones de letras y los sonidos.

Para que sean ambas habilidades sean sistemáticas deben enseñarse en un orden organizado de conceptos que se desarrollen unos a otros. Lo mejor, por supuesto, es que este aprendizaje suceda a diario, según señala al medio mencionado Louisa Moats, psicóloga experta en alfabetización. En la actualidad, quienes apoyan las dinámicas basadas en la fonética tienden a preferir una visión simple de la lectura, es decir, enfatizando la decodificación y la comprensión, la capacidad de descifrar el significado de oraciones y pasajes. Pero, ¿eso es todo? ¿De dónde habría que partir para llegar al mejor modelo de enseñanza lectora?

Todo lo que ocurre en el cerebro

Se necesita atravesar todo el cerebro para responder a estas preguntas, y hay que hacerlo de manera precisa y pausada. Para empezar, cuando traducimos garabatos y puntos en sonidos se están involucrando varias áreas clave de nuestro órgano más complejo, tanto en el sistema visual como en el del lenguaje.

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Cuando una persona que está comenzando a leer por primera vez y pronuncia una palabra desconocida, se conectan sus lóbulos temporales posterior y superior y el lóbulo parietal inferior, que están involucrados en el lenguaje y el procesamiento sensorial.

Pero si el cerebro encuentra una palabra que le resulta familiar, la corteza visual toma el control, lo que sugiere que las palabras conocidas se vuelven como cualquier otro objeto que el cerebro reconoce instantáneamente. A medida que mejoran las habilidades de lectura de una persona y crece eso que los científicos conoces como menú mental de palabras familiares, la actividad cerebral durante la lectura se intensifica más en la corteza visual, apunta Eden.

Casi dos siglos de debate

Esta experta lleva años analizando la el cerebro infantil ante la lectura. Para encontrar parámetros que sirvan de ayuda en la búsqueda del mejor sistema de aprendizaje de lectura utiliza escáneres cerebrales para comprender qué les ocurre a los niños con dificultad para leer y que tienen problemas para pronunciar las palabras. Uno de sus objetivos es precisamente evaluar las intervenciones para niños con dislexia para ver si las intervenciones se dirigen a los procesos cerebrales que están más deteriorados. Según afirma, estos estudios no pueden responder aún con propuestas firmes a las preguntas que se plantean.

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Este debate, a menudo llamado "guerras de lectura", se ha prolongado de muchas formas durante casi dos siglos y, en el camino, ha adquirido un bagaje político, filosófico y emocional. Generalmente, se enmarca como una batalla entre dos puntos de vista distintos: los que abogan por un énfasis intensivo en la fonética (comprender las relaciones entre los sonidos y las letras) o poner un mayor énfasis en la comprensión del significado de las palabras.

No obstante, no es una discusión de extremos en el día a día. Entre los claustros suelen discutir cuánta fonética encajar en el día a día de los pequeños principiantes, entendiéndola casi como un asunto palpable, pero también evalúan cómo deben enseñarla y qué otras habilidades y técnicas de instrucción pueden ser importantes para convertir la lectura en un ejercicio placentero.

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Por el momento, la ciencia y sus diferentes investigaciones probadas al respecto muestran que los niños que reciben instrucción fonética sistemática aprenden a leer mejor y más rápidamente que los niños que no la reciben. Aunque esta, de momento, no es la respuesta definitiva.

Eliminar la confusión sobre cómo enseñar a leer es esencial, dicen los expertos, porque la lectura es crucial para el desarrollo, y todavía muchas personas carecen de esta posibilidad. Sin ella, todas ellas tienen menos probabilidades que el resto de votar, leer las noticias o conseguir un empleo.

La gran mayoría de los niños necesitan que se les enseñe a leer. Por supuesto, esta es una tarea vertebral en los planes de estudio, un fundamento. No obstante, la lectura es una actividad relativamente nueva para el cerebro humano, que no ha tenido tiempo de desarrollar áreas especializadas dedicadas a ella.

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