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Los beneficios desconocidos para la mente de leer en voz alta
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BIENESTAR MENTAL Y EMOCIONAL

Los beneficios desconocidos para la mente de leer en voz alta

¿Cuánto hace que no lees a voz en vivo un cuento antes de dormir? Hoy repasamos algunas investigaciones que dan cuenta de los buenos efectos que tiene para la memoria

Foto: Atrapado en un mar de palabras. (iStock)
Atrapado en un mar de palabras. (iStock)

Cuando te retiras a ese momento de paz y tranquilidad que inspira la lectura, es muy probable que no te dé por verbalizar las líneas que aparecen en el libro. En general, solo se recurre a la lectura en voz alta cuando hay una tercera persona a la que le interesa o quieres que le interese, como por ejemplo leer un cuento a tus niños antes de dormir.

Sin embargo, un grupo de investigaciones recientes da fe de los enormes beneficios para la salud mental y el bienestar la actividad de leer en voz alta: desde mejorar la memoria y mejorar nuestra comprensión de textos complejos hasta fortalecer los lazos emocionales que tienen las personas entre sí. Pues desde que el mundo es mundo, siempre se han contado historias junto al fuego que ayudaban no solo a coger el sueño, sino también a compartir y construir la cultura de una comunidad.

Leer en voz alta estimula la memoria en niños y ancianos, además de mejorar su nivel de bienestar

Una de las personas que más ha indagado en las virtudes de esta lectura en voz alta es Colin MacLeod, psicólogo de la Universidad de Waterloo en Canadá, quien ha demostrado a base de investigaciones que aquellas personas que lo practican recuerdan mucho mejor las palabras y los textos si los leen en voz alta. En ese sentido, se trata de un efecto que estimula la memoria que tiene una fuerte influencia sobre todo en los niños, pero también para las personas de edad avanzada. "Es beneficioso para cualquier rango de edad", asegura un artículo sobre el tema de la 'BBC'.

"Efecto de producción"

MacLeod ha denominado a este curioso fenómeno "efecto de producción", refiriéndose al hecho de 'producir palabras escritas', es decir, leerlas en voz alta. Así quedó demostrado en un estudio realizado en Australia en el que un grupo de niños de siete a diez años leyeron una lista de palabras, algunas en silencio y otras en voz alta. Cuando posteriormente se les preguntó por aquellas que recordaban, aquellos que leyeron en voz alta recordaron el 87% de los términos, mientras que los que las leyeron en silencio solo pudieron llegar al 70%.

La memoria asocia un acto concreto e inédito con aquellos datos o términos que has memorizado

De algún modo, este fenómeno recuerda al conocido truco de estudiar preguntándose la lección a uno mismo. Como vienen demostrando los estudios y los profesores especialistas en la materia, la dicción en voz alta no solo sirve para los niños, sino también para los adultos. En otro estudio, se reunió a ungrupo de adultos de 67 a 88 años a los que se les pidió leer en voz alta una serie de palabras que más tarde deberían recordar y escribir con bolígrafo en un papel. De esta forma, pudieron recordar el 27% de las palabras que leyeron en voz alta, mientras que los que leyeron en silencio solo pudieron memorizar un 10%.

"Las palabras habladas destacan sobre las que se leen en silencio, se distinguen de ellas porque se dicen, y esto le da una base para que entren a formar parte de la memoria", explica MacLeod. Otra de las causas de este curioso efecto es porque involucra a la persona en una participación activa, que aunque sea mínima, existe. Al fin y al cabo, las palabras adquieren vida con la voz y no con el silencio.

Foto: Fuente: iStock

Otro de los trucos para memorizar datos y detalles concretos es el de promulgación. Por ejemplo, si haces rebotar una pelota y por cada bote que da pronuncias una serie de palabras, estas posteriormente serán recordadas debido a la relación del bote de la pelota con ellas. La memoria asocia un acto concreto que se desprende de la actividad cotidiana o que es inédito con aquellos datos o términos que has memorizado.

¿Y escuchar atentamente la lectura de otra persona? Un estudio de la Universidad de Perugia en Italia reunió a un grupo de estudiantes para que leyeran a un conjunto de ancianos aquejados de alzhéimer durante un total de 60 sesiones. Al final del estudio, los oyentes sacaron mejores resultados en pruebas de memoria que antes del experimento, ya que las historias que les contaron les hicieron recurrir a sus propios recuerdos e imaginación, ayudándoles a clasificar las experiencias pasadas de una manera secuencial. "Escuchar activamente una historia conduce a un procesamiento de la información más intenso y profundo", concluyeron los autores del estudio.

Mayor bienestar

Para muchos de los encuestados en todos estudios, leer en voz alta no solo mejoró su capacidad cognitiva, sino que también les deparó un mayor índice de bienestar, consuelo y lo más importante: un sentido de pertenencia. "Algunos participantes que hablaron sobre esta experiencia afirmaron que se sintieron agradecidos, como si la historia fuera un regalo de su tiempo, de su atención, de su voz", asegura Sam Duncan, un investigador del University College de Londres que dirigió un estudio realizado a más de 500 personas de todo Reino Unido. "Esto es lo que apreciamos cuando leemos cuentos a los niños, se basa en una sensación de cercanía y unión. Es algo que no hacemos demasiado con los más ancianos".

¿Por qué nos acostumbramos tan rápido a leer en silencio? Según Karenleigh Overmann, arqueóloga cognitiva de la Universidad de Bergen, en Noruega, por una cuestión de rapidez y agilidad mental. "La capacidad de leer en silencio ha tenido grandes ventajes, sobre todo, la velocidad", explica. "Leer en voz alta es un acto que ralentiza tu habilidad para leer de forma rápida". Tal vez ahí resida otra de las particularidades de su efecto. En un mundo tan acelerado como en el que vivimos, no estaría de más conceder unos minutos al día a la lectura lenta, atenta y en voz alta. No solo por un mero favor a nuestra capacidad de memorización, sino también para compartir y estar más cerca de aquellas personas a las que queremos y nos rodean. Y que en último término, estarían encantadas de escuchar la historia de principio a fin.

Cuando te retiras a ese momento de paz y tranquilidad que inspira la lectura, es muy probable que no te dé por verbalizar las líneas que aparecen en el libro. En general, solo se recurre a la lectura en voz alta cuando hay una tercera persona a la que le interesa o quieres que le interese, como por ejemplo leer un cuento a tus niños antes de dormir.

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