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Cómo construir un hábito de lectura sano sin aburrirte ni agobiarte
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El placer de leer por placer

Cómo construir un hábito de lectura sano sin aburrirte ni agobiarte

Si a un mes de poner fin a 2021 aún no has leído ningún libro o simplemente sientes que has leído muy poco, tranquilo, lo primero que debes saber es que no pasa nada por ello

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Es posible que ya estés haciendo la cuenta atrás para el nuevo año, y con ella el balance del año que acaba. Vale, aún queda un mes, pero sabemos que eso mismo es lo que te dices cuando enfrentarte a unos propósitos no cumplidos se te hace bola. La lectura suele ser uno de ellos. Leer más, quién no espera poder leer más (o simplemente poder leer) durante los nuevos doce meses. La aceleración vuelve la lectura una tarea difícil: la organización social de trabajos y cuidados supone que encontrar hueco para algo tan simple como abrir un libro y permanecer en él al menos unos minutos sea, sencillamente, imposible para muchas personas. No obstante, existen una serie de mecanismos a seguir para lograr un hábito de lectura sano, sobre todo si a lo que te enfrentas es a la pereza de tenerlo.

Si a un mes de poner fin a 2021 aún no has leído ningún libro o simplemente sientes que has leído muy poco, tranquilo, lo primero que debes saber es que no pasa nada. Todavía puedes tachar de la lista este propósito si te enfocas en establecer el hábito dentro de tu día a día.

Foto: Siempre hay tiempo. (iStock)

Si buscas leer más libros al año o tener una costumbre, aquí tienes algunos consejos para crear un buen hábito de lectura sin necesidad de ser ningún ratón de biblioteca. Serlo está bien, pero leer está mejor.

Hazlo por el gusto de hacerlo

Lo más importante es ser consciente del placer que produce la lectura, o los placeres, ya que leer conlleva muchos beneficios distintos, no solo para la mente sino también para la salud en general. Piensa en que cada vez que lees un libro estás aprendiendo algo nuevo, y ejercitando partes del cerebro importantes para desarrollar la concentración, la memoria y el análisis. Sencillamente, es el mejor ejercicio mental.

Así que si quieres iniciar una buena relación con los libros e incluso devorar más de uno al año, busca practicar la lectura por el gusto de hacerlo. Es decir, no se trata de forzarse a leer e incluso hacerlo como una forma de imposición, de huida del estigma. Esto solo hará que termines odiándolo. No hay nada de malo en no tener este hábito, y llegar a él conlleva tiempo.

Realiza listas

Seguro que hay algún que otro título que te llama la atención. Has pasado por el escaparate de alguna librería o, de repente, alguien ha compartido uno en sus redes sociales y no lo olvidas. Bien, te gustará saber que una forma de dar paso al hábito de lectura es haciendo una lista de esos libros que deseas leer.

Foto: Los hongos que crecen en la poesía de Rilke. Fuente: Bodleian Library

Eso sí, procura empezar con los libros más ligeros o entretenidos, de pocas páginas y de lectura sencilla, para que el hábito se conforme en tu cerebro mucho más rápido.

Abandonar un libro no es ningún pecado

Por supuesto que los libros enganchan, y que lo hagan es una gran señal. Pero no todos lo hacen de la misma forma: cada libro, como cada persona, tiene su propio tiempo, un tiempo que se entrelaza con el tiempo de quien lo está leyendo.

Sin embargo, si tras unos días intentándolo sientes que no te está enganchando, y eso te impide disfrutar de lo que lees, puedes abandonarlo. ¡No pasa nada! No te obligues a terminar un libro que no te gusta, recuerda el primer objetivo de todo esto: disfrutar.

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Asigna un horario y espacio de lectura

Para crear un hábito es necesario cumplir con un horario fijo para realizar la actividad. Las rutinas son precisamente eso, tanto las buenas como las no tan buenas. En este caso, es necesario que reservar un rato entre el resto de rutinas que ya existan en tu vida. Pero no lo hagas encajando una pieza equivocada en el puzle, busca el hueco que mejor se adapte a una actividad relajada como esta.

Foto: Fuente: Wikimedia

Procura leer diariamente entre 10 y 30 minutos como mínimo. Puedes empezar con poco e ir aumentando el tiempo, así será mucho más fácil. No obstante, si no puedes hacerlo a diario, procura leer un mínimo de 30 minutos cada dos o tres días. De hecho, prueba a comenzar a agilizar esta actividad los fines de semana.

Ponte una meta

No seas estricto contigo mismo. Fijarse metas no debe ser fustigarse por considerar que no se es capaz de algo. Nada de eso, las metas son útiles como recordatorios de que estamos prosperando hacia algo, no lo contrario.

Además de destinar un tiempo diario o semanas a la lectura, también puedes fijar un número determinado de páginas que leer, o bien, concluir un capítulo cada cierto tiempo, tener un calendario mensual de libros incluso marcar todos los que quieres leer en un año, o de aquí a que acabe este.

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Es posible que ya estés haciendo la cuenta atrás para el nuevo año, y con ella el balance del año que acaba. Vale, aún queda un mes, pero sabemos que eso mismo es lo que te dices cuando enfrentarte a unos propósitos no cumplidos se te hace bola. La lectura suele ser uno de ellos. Leer más, quién no espera poder leer más (o simplemente poder leer) durante los nuevos doce meses. La aceleración vuelve la lectura una tarea difícil: la organización social de trabajos y cuidados supone que encontrar hueco para algo tan simple como abrir un libro y permanecer en él al menos unos minutos sea, sencillamente, imposible para muchas personas. No obstante, existen una serie de mecanismos a seguir para lograr un hábito de lectura sano, sobre todo si a lo que te enfrentas es a la pereza de tenerlo.

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