El error que cometes siempre con las chucherías en Halloween (y cómo evitarlo)

A pocos días de celebrar Halloween, una festividad pagana de origen irlandés, cuyo nombre deriva de la contracción ‘All Hallow’s Eve’ que significa ‘Víspera de Todos los Santos’, los niños están ansiosos por enfundarse sus terroríficos disfraces e ir de casa en casa con el fin de conseguir chuches a cambio de no hacer una travesura, el conocido truco o trato (‘trick or treat’ en inglés).

A parte del sentido lúdico de esta fiesta, los padres viven este día con cierta preocupación, ya que los dulces que recaudan sus hijos durante la noche más tétrica y escalofriante del año están llenos de azúcar por todas partes, algo a todas luces, que no es nada beneficioso para la salud de los pequeños.

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Aunque desde distintas asociaciones de salud infantil desaconsejan el consumo de azúcar en niños a diario, el caso de la noche de Halloween se trata de un día especial en que es complicado separar la salud y la ilusión de los más pequeños de la casa. Por este motivo se aconseja buscar un equilibrio antes que prohibir el consumo de azúcar, llevando una dieta sana rica en nutrientes mientras se permite comer dulces.

No restringir su consumo

En este sentido, Natalie Mokari, nutricionista y dietista, y Oona Hanson, coach de padres aseguraron a la CNN que limitar de forma estricta el consumo de azúcar la noche de Halloween puede ser contraproducente y puede provocar un efecto rebote que haga que los niños deseen todavía más las chucherías, llegando al punto de obsesionarse con ello y generar rabietas y comportamientos no deseados.

Para evitar esto, Hanson recomienda establecer una tradición para animar a los niños a entregar su botín de Halloween. Se trata de una estrategia para que los niños den a sus padres las golosinas que han conseguido a cambio de un premio o una recompensa en casa, por ejemplo, un juguete. Si son muy pequeños, se puede inventar la figura de una bruja o de un fantasma que haga el cambio y, sin son algo más mayores, se puede disfrazar como una donación a los dentistas.

Para que no tomen tanto azúcar anima a los niños a entregar su botín por una recompensa

En el caso de que los niños no estén por la labor del cambio, las expertas aconsejan no restringir su consumo, ya que las hará más importantes y valiosas ante sus ojos y aumentará su deseo por comerlas. Por eso, antes de que se den el atracón a dulces, se puede pactar el reparto a lo largo de los días sucesivos de una manera divertida, ya sea permitiéndoles tomar alguna cada día tras la comida, al acabar el colegio o cuando hacen alguna tarea y se les quiere reforzar positivamente.