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El difícil mecanismo de un botijo o cómo enfriar agua sin electricidad
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UNA NEVERA DE LO MÁS SOSTENIBLE

El difícil mecanismo de un botijo o cómo enfriar agua sin electricidad

Este humilde objeto de barro, mantiene fría el agua en su interior dando un sabor diferente al resto de recipientes que pueden albergarla. Sin embargo, su mecanismo no es tan fácil como se pensaba

Foto: El nada sencillo mecanismo de un botijo o cómo enfriar agua sin electricidad (EFE/Rafa Alcaide)
El nada sencillo mecanismo de un botijo o cómo enfriar agua sin electricidad (EFE/Rafa Alcaide)

Según la RAE, el botijo es una “vasija de barro poroso que se usa para refrescar el agua”. Su forma, su diseño o decoración, por tanto, es indiferente, ya que lo que realmente importa es su función. Los hay de todas clases y procedencias y los hay específicos para cierto tipo de oficios.

El primer ejemplar fue encontrado en la Península Ibérica, concretamente en el yacimiento argárico de Puntarrón Chico (Beniaján, Murcia), hace 3.500 años. Su época dorada se vivió durante la Edad de Bronce, en el Mediterráneo y la Grecia Helenística, época en la que su principal función fue la ornamental. Con el paso del tiempo se adaptaron a una nueva funcionalidad debido al abrasador clima español.

Foto: Fuente: iStock.

La irrupción de la nevera dejó al botijo en un segundo plano, hasta ser considerado como una reliquia del pasado. Sin embargo, su aparente facilidad de uso es engañosa ya que su mecanismo es más complejo de lo que, a priori, pueda parecer y su secreto se basa en varios principios de la física.

Reduce la temperatura del agua 15º

En 1995, José Ignacio Zubizarreta y Gabriel Pinto, dos profesores de la Universidad Politécnica de Madrid, publicaron en la revista científica Chemical Engineering Education un estudio sobre “un antiguo método para enfriar agua explicado a través de la transferencia de masa y calor”, es decir, el botijo.

Ambos profesores demostraron que, con una temperatura exterior de 39º y una humedad relativa del 45% en un periodo de 7 horas, descendió la temperatura del agua en 15º. Sin embargo, esto requiere que el botijo esté completamente lleno. A medida que disminuye la cantidad de agua almacenada, la curva de temperatura varía. A medida que se reduce la cantidad de líquido, más se acerca la curva de temperatura a la del exterior.

Su aparente facilidad de uso es engañosa ya que se basa en varios principios de la física

El mecanismo de un botijo implica variables termodinámicas como volumen y temperatura inicial del agua, tiempo, humedad del aire, área de superficie de la vasija o el coeficiente de radiación de calor, valores que Pinto y Zubizarreta integraron en dos largas ecuaciones diferenciales con las que se puede cuantificar la variación de temperatura que sufrirá un líquido al meterlo en cualquier recipiente de cerámica porosa.

Según la RAE, el botijo es una “vasija de barro poroso que se usa para refrescar el agua”. Su forma, su diseño o decoración, por tanto, es indiferente, ya que lo que realmente importa es su función. Los hay de todas clases y procedencias y los hay específicos para cierto tipo de oficios.

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