Cuidados y consejos para tener radiantes y coloridos tus geranios

El geranio es, sin lugar a duda, el rey absoluto de los balcones en España. Sus flores llenan de color y alegría las casas de medio país, aportando un aroma muy especial en el ambiente. Además de por su gran belleza, el geranio es perfecto para el verano ya que resiste estupendamente la sequía y el calor.

Se trata de una planta de exterior muy versátil con una floración abundante y colorida que es muy fácil de cuidar. El pelargonium, como se le conoce en su acepción científica, cuenta con más de 240 variedades conocidas en todo el mundo, siendo la mediterránea (pelargonium hortorum) la más popular.

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Cultivarlos no tiene más dificultad que conocer sus necesidades. Por eso, para que crezca de forma saludable hay que extremar su cuidado en la etapa de crecimiento. Y con unos mínimos cuidados el geranio podrá florecer durante todo el año. Además, resiste casi todas las plagas y enfermedades.

Mucha luz y poco agua

Los geranios son plantas que necesitan un mínimo de 6 horas de luz al día, incluso más si es posible. Por eso, es perfecta para colocarla en una terraza, un balcón, una ventana o un patio bien soleados. Eso sí, para que no reciban la luz directa durante las horas más calurosas del día, lo mejor es que estén en zonas de semisombra.

Lo más habitual es que los geranios estén en macetas de unos 30-40 centímetros de diámetro. En este caso, lo recomendable es abonarlos en la época de primavera-verano. Al igual que otras plantas, los geranios necesitan enriquecerse con abono (uno sólido y otro líquido) o estiércol. Un compost convencional puede servir y ayudará a mejorar el drenaje. En cuanto a los fertilizantes, es mejor usarlos cada cuatro o seis semanas en periodo de floración.

Lo más importante es evitar saturar a la planta de agua y que reciba, al menos, 6 horas de luz

En cuanto al riego, lo más importante es evitar saturar a la planta de agua y retirar la que filtre en el plato, ya que es su peor enemigo. Con comprobar que el sustrato está ligeramente húmedo será más que suficiente. Lo ideal es regarlos dos veces en semana en verano y una durante el invierno. Por último, no hay que olvidar podarlos en otoño. Para ello se deben cortar las ramas delgadas y más débiles desde la base y dejar los brotes laterales más fuertes.