La historia de la oficina de correos más remota del mundo

La oficina de correos más solitaria del mundo se encuentra perdida en las profundidades del desierto de Tengger (Mongolia). Tiene tan solo 15 metros cuadrados y lleva abandonada más de 35 años, pero no importa demasiado porque apenas recibe visitas de personas. Las redes sociales han conseguido que mucha gente se haya enterado de su existencia y que algunos valientes se hayan puesto manos a la obra para darle una nueva utilidad.

Una mujer nativa de Mongolia decidió ponerse a trabajar junto a otras personas para revitalizar la oficina. El establecimiento está situado en mitad del desierto y a unos diez kilómetros de la carretera más cercana. Lógicamente, el tráfico humano es escaso, pero, hoy en día, con internet eso no es un problema. La señora Zhang estaba empeñada en reflotar una reliquia que podía tener todavía cierta utilidad.

A Zhang y a su amiga Luo Meng se les ocurrió la brillante idea de crear una empresa ficticia para que las personas que así lo desearan pudieran mandar cartas y tarjetas postales sin tener que desplazarse hasta la remota oficina de correos. Pero, primero tuvieron que ponerse a trabajar para reflotar una cabaña que estaba completamente abandonada.

Así se reconstruyó la oficina

En primer lugar, lograron convencer a otras personas que colaboraron en la reconstrucción. El primer paso fue construir una réplica del edificio fuera del desierto para transportarla pero la operación resultó ser un fiasco. Finalmente, las dos amigas convencieron a otras personas para viajar hasta el lugar de origen y así rehacer la cabaña utilizando materiales previamente adquiridos. Los trabajos duraron prácticamente tres semanas.

La cabaña del desierto de Mongolia ya es una de las oficinas de correos oficiales

El siguiente paso fue presentar una solicitud a China Post y, una vez que esta fue concedida, la lejana oficina de correos se convirtió en una de las 700 oficiales del gigante asiático. La idea de Zhang acabó siendo un éxito especialmente durante la pandemia covid-19 ya que la gente no podía viajar para visitar a sus seres queridos. En diciembre de 2021, se llegaron a enviar hasta 20.000 cartas y tarjetas postales.

Desde entonces, se escriben multitud de misivas adornadas con el sello especial de la oficina de correos del desierto y se transportan diez kilómetros hasta la carretera más cercana. Allí son recogidas por un camión que las transporta para que sean repartidas por todo el mundo. La idea no ha podido tener más éxito y la cabaña de correos del desierto de Tengger ya es conocida en casi cada rincón del planeta gracias a las redes sociales.