5 cosas cotidianas que asustan a los perros y que se deben (y pueden) evitar
Si tu perro tiembla, se esconde, intentar escapar, gruñe, ladra y ataca, ahí está su mensaje, su señal de ayuda. También cuando tiembla o defeca, por ejemplo, lo más probable es que esté asustado
El miedo de los perros es una de las cuestiones más analizadas desde la perspectiva, especialmente, de estos como animal doméstico. Sabemos con claridad algunos de ellos, como el miedo a los petardos y los ruidos muy fuertes. Nada, en realidad, muy distinto a los humanos, con la diferencia de que ellos no tienen conciencia de lo que está ocurriendo, del por qué. Si un sonido que surge de pronto puede alterar a cualquiera, por supuesto que también a un perro. Asimismo, una aparición inesperada, la oscuridad, una luz, un movimiento… Si a veces tu compañero de cuatro patas tiembla, se esconde o echa sus orejas o su rabo hacia abajo, te está diciendo: estoy asustado.
Hay miedos compartidos y miedos que cada perro desarrolla generados a partir de las circunstancias que hayan condicionado la vida del animal. A veces, cuando un perro llega a nuestra vida, sobre todo si lo hace con un pasado de maltrato, el proceso de reconstruir su confianza es largo y pausado.
No obstante, si tu perro tiembla, se esconde, intentar escapar, gruñe, ladra y ataca, ahí está su mensaje, su señal de ayuda. También cuando tiembla o defeca, por ejemplo, lo más probable es que esté asustado.
Aunque, como ves, parece fácil reconocer que nuestra mascota tiene miedo, muchas veces durante el día a día se nos escapan los motivos o, simplemente, normalizados todos los elementos y todas las situaciones humanas, no nos percatamos de que hay realidades más allá. Sí, tu perro puede temerle a objetos o a rincones de tu casa en los que no pones el ojo porque te parecen de lo más inofensivo. Desde las escaleras al secador de pelo, estas son algunas de las cosas que a tu perro no le gustan nada de nada y que puedes evitar.
Las escaleras
Los perros, sobre todos los cachorros, les temen a las escaleras, porque desde su tamaño, estas pueden resultarles muy grandes, como una caída con obstáculos al vacío.
Por supuesto, suelen temer aún más suelen a las escaleras eléctricas, ya que no comprenden cómo se mueven por sí solas. Demasiados inconvenientes para la vida desde sus cuerpos. ¿La solución? Evitarlas fuera de casa si tu perro te acompaña, cogerle en brazos en caso de poder hacerlo, y cuando se trate de las escaleras de casa, enseñarle y ayudarle a subir y bajar por ellas sin problemas.
Los ascensores
Este es otro miedo bastante común entre los canes. El ascensor, ese habitáculo en movimiento que no identifican. Como ocurre con las escaleras mecánicas, también en este caso se puede arreglar simplemente cogiendo al perro en los primeros viajes en brazos, acercándole poco a poco. Es necesario que vea que no ocurre nada malo y que estás a su lado en todo momento.
La aspiradora y el secador
El momento del baño es tal vez en algunos casos el momento más tenso de la convivencia con mascotas. Si has tratado de secar el pelo de tu mascota con el secador y esta sale corriendo, o se va escurriendo entre tus brazos, ten cuidado y, sobre todo, no pierdas la paciencia.
Algunos objetos ruidosos como el secador o la aspiradora pueden causar temor en los perros, ya que se sienten sobresaltados y atacados. Lo mejor es acercarle estos objetos poco a poco, dejar desde la prudencia que el animal se haga a ellos, y hacerles sentir protegidos y seguros cuando los tengan delante.
Objetos brillantes
Pueden ser muy bonitos, sí, pero también pueden asustar a tu mascota con su luz reluciente. No obstante, lo general es que en estos casos el miedo no sea muy elevado. Simplemente observarán el objeto detenidamente antes de volver intentar acercarse de nuevo a él.
Los vehículos
Los coches y, en realidad cualquier vehículo, pueden asustar a los perros por múltiples motivos: Desde el ruido, las dimensiones, el movimiento hasta la posibilidad de relacionarlo con recuerdos de violencia y maltrato. Debemos entender que quizás tienen ese miedo por algún tipo de trauma, aunque lo más común es que se asusten por la fobia que les genere la velocidad, el ruido o incluso el tamaño. Ya sabes que, en general, viajar en coche tampoco es que les atraiga demasiado.
El miedo de los perros es una de las cuestiones más analizadas desde la perspectiva, especialmente, de estos como animal doméstico. Sabemos con claridad algunos de ellos, como el miedo a los petardos y los ruidos muy fuertes. Nada, en realidad, muy distinto a los humanos, con la diferencia de que ellos no tienen conciencia de lo que está ocurriendo, del por qué. Si un sonido que surge de pronto puede alterar a cualquiera, por supuesto que también a un perro. Asimismo, una aparición inesperada, la oscuridad, una luz, un movimiento… Si a veces tu compañero de cuatro patas tiembla, se esconde o echa sus orejas o su rabo hacia abajo, te está diciendo: estoy asustado.