Martes y 13, ni te cases ni te embarques: el miedo de los españoles a volar hoy en avión
Si bien en los países anglosajones el día de la mala suerte es el viernes 13, en España lo pasamos mal cuando el día 13 cae en martes; tan mal que no cogeríamos un avión ni con descuento
Dice el archiconocido refranero español que 'en martes, ni te cases ni te embarques' porque, como explica el Instituto Cervantes, el martes, día consagrado al dios de la guerra en la mitología latina, es un día de mal agüero para hacer cosas importantes. Y embarcarse en un viaje, ya sea largo o corto, o en un matrimonio, que al fin y al cabo también es un viaje, son algunas de esas cosas importantes. Si bien la mala suerte se le atribuye más al viernes 13 —por influencia de las películas de terror estadounidenses—, en España no nos gusta el martes y 13 si no tiene que ver con el famoso dúo cómico que lleva ese nombre. Este miedo irracional al martes y 13 tiene su propio nombre: la trezidavomartiofobia.
Al pánico a esta jornada se le suman ciertas supersticiones que recuerdan la caída de Constantinopla o a la destrucción de la Torre de Babel, ambas tragedias ocurridas en martes. En cualquier caso, si ya de por sí cerca de la mitad de los españoles se ponen nerviosos o llegan a tener miedo al volar en avión, a pesar de ser uno de los medios de transporte más seguros del mundo, más de la mitad no volaría ni siquiera con descuentos un día que caiga en martes y 13. Según un estudio elaborado por el buscador de vuelos y hoteles Jetcost, el 62% de los españoles no volaría en un martes y 13, a sabiendas de que si lo hicieran ese día ahorrarían dinero.
¿Y se ahorrarían dinero? Desde luego: muchas aerolíneas prevén descuentos para esta jornada, como también ocurre con los viernes que caen en día 13, especialmente entre los estadounidenses: más de 20 millones de estadounidenses sufren este miedo, según el Centro de Gestión del Estrés y el Instituto de Fobias de Asheville, en Carolina del Norte. Así, al igual que el viernes 13, donde las caídas de precios pueden alcanzar hasta el 44%, las aerolínas también reducen sus precios para volar en martes y 13 para llenar sus aviones en un día en el que muchos temen viajar. Eso sí, los que lo hacen lo suelen hacer incluso con algunos amuletos.
"Es perfectamente normal que uno esté ansioso, nervioso o incluso asustado antes de volar y está muy bien tener una rutina o llevar un amuleto que nos haga estar más seguros. Desde Jetcost incluso recomendamos a los más temerosos que avisen a la tripulación de cabina, ya que pueden serles de gran ayuda y tranquilidad mientras están a bordo", señala un portavoz del buscador. De hecho, de todos los encuestados, un 79% (no solo españoles, sino de diferentes países) afirmaron que tenían alguna rutina o llevaban consigo algún artículo, ya sea por superstición o por hábito, que les facilitara el vuelo.
- El 48% envían un mensaje o llaman a sus seres queridos antes de volar.
- El 38% llevan algo que considere que les dé buena suerte.
- El 24% reza durante o antes del vuelo.
- El 23% mastica chicle o se toma una copa, para relajarse de cara al vuelo.
Y de los que llevan artículos, suelen llevar joyas familiares o sentimentales (un 36%), algún amuleto de la suerte (28%), objetos religiosos (19%) o incluso fotos de familiares (10%). De hecho y como anécdota, un encuestado confesó que no podía volar sin llevar en un relicario las cenizas de un ser querido.
¿Por qué en 13?
La triscaidecafobia o trececafobia es el miedo irracional al número trece. La palabra triscaidecafobia proviene del griego y es una palabra compuesta por tres térninos: 'treis', 'kai' y 'deka', que significan, respectivamente, 'tres' 'y' 'diez', unida a otra, la conocida 'fobia', que significa miedo. El origen del temor al número 13 no está claro, y se barajan multitud de versiones diferentes, entre ellas, el hecho de que fueron trece las personas que se sentaron en la Última Cena.
Se cree que la 'maldad' del número trece reside en que va más allá de la estructura divina del doce. En la Biblia, el número doce suele salir representando a una organización completa y divina. "Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén. Tenía un muro grande y encumbrado, y tenía doce puertas, y a las puertas doce ángeles, y había nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel (...). El muro de la ciudad también tenía doce piedras de fundamento y sobre ellas los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero", reza el capítulo 21 del Apocalipsis
También la Biblia, en el capítulo 13 del Apocalipsis, define a una "bestia salvaje" que "tenía siete cabezas y diez cuernos y sobre sus cuernos diez diademas y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia". La mitología nórdica también es uno de los posibles orígenes del temor al número 13. Durante una cena en Valhalla, el cielo de los nórdicos, se encontraban los doce dioses a la mesa cuando llegó una 13ª persona que no había sido invitada: Loki. Éste logró embaucar a Höðr, hermano ciego de Balder, segundo hijo de Odín, para que arrojara un dardo contra su hermano, al que logró matar.
La película 'Viernes 13', conocida como 'Martes 13' en algunos países de Latinoamérica, hizo un flaco favor a aquellos que ya temían al número 13. Estrenada en 1980, esta película de terror se convirtió en todo un clásico del subgénero slahser y se la considera una de las grandes películas de culto.
Dice el archiconocido refranero español que 'en martes, ni te cases ni te embarques' porque, como explica el Instituto Cervantes, el martes, día consagrado al dios de la guerra en la mitología latina, es un día de mal agüero para hacer cosas importantes. Y embarcarse en un viaje, ya sea largo o corto, o en un matrimonio, que al fin y al cabo también es un viaje, son algunas de esas cosas importantes. Si bien la mala suerte se le atribuye más al viernes 13 —por influencia de las películas de terror estadounidenses—, en España no nos gusta el martes y 13 si no tiene que ver con el famoso dúo cómico que lleva ese nombre. Este miedo irracional al martes y 13 tiene su propio nombre: la trezidavomartiofobia.