Vídeo | El movimiento más absurdo: un ladrón se esconde de la policía en una minipalmera

Está claro que la de ladrón es una profesión de riesgo. Los amigos de lo ajeno se juegan su libertad y, en ocasiones, hasta su vida para robar aquello que no es suyo, pero a cambio tienen que saber que la policía y los posibles testigos estarán siempre tratando de cazarlos en cualquier descuido para que den con sus huesos en la cárcel.

Es lo que ha pasado en la ciudad de Avellaneda, en Argentina, donde dos delincuentes trataron de robar una furgoneta a un repartidor mientras el profesional se dedicaba a hacer sus entregas. La víctima pudo llamar a la policía y los agentes se personaron rápidamente en el lugar de los hechos, provocando la huida de los ladrones.

Pero el miedo es libre y no todas las personas reaccionan de la misma manera ante una misma situación. Así, mientras uno de los delincuentes huía a la carrera todo lo rápido que podía, el otro se vio acorralado y se le ocurrió esconderse. Pero como no había ningún buen lugar cerca para hacerlo, decidió ocultarse en el interior de una pequeña palmera.

Un vídeo viral

El ladrón intenta colocarse primero junto a la palmera y, posteriormente, se mete dentro como si la planta pudiera engullirle y hacerle desaparecer. Desafortunadamente para él, no era el hombre invisible y los policías le vieron desde lejos, por lo que pudieron detenerle fácilmente para que pudiera responder por los hechos delictivos cometidos.

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Toda la secuencia fue grabada por distintas cámaras de seguridad, por lo que las imágenes se han publicado y se han vuelto virales rápidamente en las redes sociales. Son muchas las personas que se plantean qué pensaba el ladrón cuando decidió esconderse en una palmera mucho más pequeña que su cuerpo.

El episodio recuerda a otros casos en los que los ladrones demostraron no ser expertos en el arte de quedarse con lo que no era suyo. Un buen ejemplo es el caso de unos ladrones belgas que quedaron con el dueño de una tienda en que le iban a robar a una determinada hora, por lo que el comerciante llamó a la policía y les estuvieron esperando cuando llegaron a cometer el delito.