Los dentistas todavía no se explican lo que se encontraron en esta boca

Tu visita al dentista puede traerte sorpresas de toda índole. Si no, que se lo pregunten a un paciente que fue al médico con dolores en la dentadura: pensaba que se debía a un diente, pero su sorpresa, y la de los odontólogos, fue mayúscula cuando descubrieron, finalmente, que se trataba de un cálculo salival gigante.

No es algo habitual que se encuentren los dentistas y, por eso, el diagnóstico no fue fácil. Según nos cuenta Science Alert, en un primer momento, la hinchazón intensa y el dolor fueron diagnosticados erróneamente como un diente impactado, un diente "oculto" que no ha erupcionado de las encías cuando le tocaba.

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El Confidencial

Al realizar una ecografía, el médico encontró algo más: una sombra de más de 2 centímetros de largo en la glándula salival inferior derecha, lo que desterraba la posibilidad de que fuese un diente. En la cirugía posterior, se extrajo de la mandíbula del paciente un sialolito gigante o glándula salival calcificada, reduciéndose con ello el dolor y la hinchazón.

12 de cada 1.000 personas

Estos cálculos salivales son uno de los problemas más comunes en las glándulas salivales y afectan a 12 de cada 1.000 adultos cada año. No obstante, lo llamativo de este caso es el tamaño de la misma, por encima de los 1,5 centímetros son bastante raras y esta medía casi 3. Otra peculiaridad del caso es que los cálculos salivales gigantes suelen afectar casi exclusivamente a los hombres, especialmente a partir de los 40 años en adelante, y el protagonista de nuestra historia apenas contaba con 37.

A pesar de desconocer el origen, la manera de solucionarlo es sencilla: la cirugía sigue siendo bastante eficaz

Aún no está claro por qué se forman exactamente estos cálculos, aunque una de las hipótesis manejada es que la consistencia de la saliva cambia por alguna razón y se vuelve más como un gel, creando una masa calcificada. Otra teoría sostiene que se producen cuando el cuerpo comienza a producir más bicarbonato de saliva, causando que el fosfato cálcico se acumule. Otros piensan que tiene más que ver con microbios o células epiteliales que se atascan en el tracto salival. No hay ninguna suposición que esté demostrada al cien por cien hasta la fecha.

A pesar de desconocer realmente el origen, la manera de solucionarlo es bastante sencilla: la cirugía sigue siendo el método más eficaz.