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Todas las cosas que los casados echan de menos de la soltería
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Todas las cosas que los casados echan de menos de la soltería

Si ha pasado mucho tiempo desde tu boda seguro que extrañas cenar, dormir o incluso pasear solo, pese a que seas feliz en tu matrimonio y comas perdices

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Para muchas personas, el día de su boda es el más feliz del mundo, donde culminan todos los sentimientos de amor y unión entre la pareja con un 'sí quiero'. También es un momento de alivio para todos aquellos que llevan meses y meses esperando ese día tan especial y comprueban que todo ha salido a la perfección. Después del 'fueron felices y comieron perdices' llega la verdadera confianza, que no es fácil.

Por mucho que bebas los vientos por tu pareja y te encante estar a su lado, lo cierto es que todos necesitamos momentos de soledad. Aquí van algunas cosas sorprendentes que las personas casadas echan de menos del tiempo en el que solían estar solteros, de acuerdo con expertos y personas en pareja.

"Las sobras para cenar"

No hay nada que demuestre mejor que eres un adulto independiente que desayunar pizza congelada sin que nadie te diga que no debes hacerlo. Cuando estás en pareja, generalmente te ves obligado a preparar una cena casera o a pedir algo para llevar. Todos esos problemas no existían cuando estabas soltero y te parecía genial comerte un bocadillo de wasabi con un poco de queso y galletas.

Hacer lo que quieras

Desde pasarte el día jugando a la 'play' a irte a primera hora de la mañana y no volver hasta el día siguiente. Lo bueno de estar soltero es que nunca tienes que dar explicaciones a nadie, no tienes que tener en consideración los sentimientos de otra persona.

La soltería tiene ventajas, desde desayunar pizza congelada a tener toda la cama para ti, pasando por que no tienes que compartir el postre

Cocinar para ti mismo, cambiar una bombilla y lavar tu propia ropa son cosas que comienzas a extrañar una vez que estás casado. Muchas personas aseguran que es justo esa independencia, el poder disfrutar de ti mismo, lo que más echan de menos.

Dormir solo

Tener toda la cama para ti puede ser un lujo. ¿Tu pareja ronca como un oso pardo? ¿Roba todas las mantas y además habla en sueños? Quizá estás un poco resentido porque no duermes todo lo que podrías cada noche. Eso puede acabar resintiendo los lazos de la pareja, según informa la terapeuta matrimonial Christine Schott en la revista 'Best Life'. Si crees que os podría hacer felices estar en habitaciones separadas, a lo mejor vale la pena.

Noches de farra salvajes

Si a tu pareja no le gusta salir, es bastante probable que esas noches de fiesta hayan quedado solamente para el recuerdo. Cuando estás casado y tienes hijos no sueles tener tanto tiempo para recorrerte los locales de moda mientras gritas que tú no quieres agua, sino bebida.

Viajes improvisados

Es más difícil ser espontáneo cuando se tiene en cuenta a un cónyuge o hijos, seguro que en más de una ocasión ves una buena oferta y lo único que te apetece es coger la mochila y correr hacia el aeropuerto. Es complicado abandonar el mundanal ruido, admítelo.

No compartir la comida

Pides el postre y lo quieres todo para ti. Aún más sangrante, quieres el helado que compraste el viernes pasado y solo quedan las sobras. Eso sí que da rabia. Y además, si estuvieras solo podrías ir a cenar al tailandés que tanto te apetece en lugar del italiano al que prometiste que irías.

Ligar de nuevo

Si has caído en la rutina con tu pareja, recordar esas primeras citas y los gestos dulces puede que te hagan sentir un poco melancólico. La gente extraña la novedad y la emoción, según explican los expertos y hay algo estimulante en el desafío que supone tener un romance, impresionar y cortejar a alguien.

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Está claro que cuando llevas tiempo casado, las mariposas tienden a desaparecer progresivamente igual que la descarga de adrenalina, pero la compañía en lo bueno y lo malo de una pareja que te conoce más que tú mismo probablemente merezca más la pena que una relación esporádica.

Para muchas personas, el día de su boda es el más feliz del mundo, donde culminan todos los sentimientos de amor y unión entre la pareja con un 'sí quiero'. También es un momento de alivio para todos aquellos que llevan meses y meses esperando ese día tan especial y comprueban que todo ha salido a la perfección. Después del 'fueron felices y comieron perdices' llega la verdadera confianza, que no es fácil.

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