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Por qué muchas mujeres odian a sus maridos y qué hacer al respecto
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Por qué muchas mujeres odian a sus maridos y qué hacer al respecto

Por supuesto hay casos y casos, pero ¿qué pasa cuando ellas tienen un resentimiento inexplicable hacia su pareja? ¿Cuál es la solución?

Foto: ¡Te odio! (iStock)
¡Te odio! (iStock)

Todo el mundo ha discutido alguna vez con alguien que ama. Tener roces de pareja es algo muy normal y que se te escape un "te odio" cuando los ánimos están caldeados no es tan raro. Tranquilo, le pasa a todo el mundo. Pero, ¿qué pasa si de verdad te sientes así?

¿De verdad estás experimentando, aunque solo sea una pequeña parte de ti (o quizá no tan pequeña), que la inquina se apodera de la relación? Recuerda que lo más doloroso al amor no es el odio, sino la indiferencia y que en realidad que estés así no es tan loco como pudieras creer.

Foto: Foto: 'Anatomía de Grey'.

"Todo el mundo tiene momentos en los que cree detestar a su media naranja", asegura en 'Women's Health' Jane Greer, terapeuta matrimonial y familiar en Nueva York. Lo cierto es que la vida de pareja es muy difícil. ¿Cuándo se convierte en un problema real? ¿Por qué algunas mujeres llegan a odiar a sus maridos? ¿Qué se puede hacer al respecto?

Básicamente, es imposible vivir con alguien sin ocasionalmente sentirse molesto por su comportamiento, pero lo que necesitas para que una relación tenga éxito es que esos momentos de "te odio" se equilibren con los de "te quiero". Si los pensamientos negativos inundan tu cabeza cada minuto es posible que estés lidiando con una dosis real y fuerte de resentimiento. ¿Qué puedes hacer?

Soluciona los problemas a tiempo

Intenta responder a por qué estás enfadada y descarta la primera respuesta: en muchos casos seguramente lo que tanto te haya enfurecido no sea el objeto de la discusión que se está manteniendo, sino otra razón más profunda o quizá un problema muy concreto que aún no se ha resuelto. En otros casos, ni siquiera tu pareja tendrá la culpa de tu enfado, sino que este puede haberse ocasionado en otro ámbito (trabajo, familia) y es ella quien está pagando los platos.

Necesidades

¿Cuáles son? Tal vez tengas muy claro que tu odio se debe a que tu pareja nunca se recupera de sí misma o no cumple con los compromisos que un día dijo que haría. O tal vez estás experimentando estos sentimientos negativos, pero no estás exactamente segura de por qué.

Apelar a la empatía con la otra persona es uno de los consejos más habituales cada vez que surge una discusión, pero raramente se lleva a la práctica

Si es lo último, Greer sugiere prestar mucha atención al comportamiento del otro y reflexionar sobre cómo han estado actuando. "Pregúntate: '¿Hay un problema sin resolver? ¿Es algo que ha pasado recientemente? ¿Algo que ha dicho? ¿No me siento escuchada?'. Mira dónde te sientes sin importancia, sin consideración, sin interés o controlada. ¿Dónde no se satisfacen tus necesidades? Esa es la verdadera pregunta", explica.

Mira si lo que te molesta es un comportamiento continuo y crónico porque eso es lo que puede volverse realmente problemático. Además, hay una diferencia entre compromiso y sacrificio. "Para que no te sientas resentida con las decisiones que ocurren en tu vida, tienes aportar y elegir también hacer algo, no que estás sacrificando y siguiendo la bola. De lo contrario, habrá resentimiento e ira", comenta.

Sentimientos

El sistema judicial puede ser falible en ocasiones, pero la historia de las leyes ha proporcionado al ser humano una serie de herramientas racionales y útiles para solucionar sus conflictos. Por eso, quizá no sea tan mala idea tomar algunos de sus consejos y aplicarlos a nuestra vida en pareja, como es centrarnos en los hechos y no en las especulaciones. Es vital recordar que podemos tener algún desencuentro sobre los planes futuros o pasados, pero juzgar o anticipar sus sentimientos no nos hará más que realizar presunciones equivocadas.

Empatía

Apelar a la empatía con la otra persona es uno de los consejos más habituales cada vez que surge una discusión, pero raramente se lleva a la práctica de manera estricta. Ello quiere decir que no estaría mal pensar cómo nos sentiríamos nosotros mismos si nuestra pareja nos espetase aquello que acabamos de reprocharle, si realmente somos justos al realizar tales acusaciones y si viene a cuento. Porque probablemente, la respuesta será negativa.

Diviértete más

El matrimonio (y las relaciones en general) requieren trabajo. Pero cuando todo es esfuerzo y no disfrute, por supuesto que comenzarás a odiar a la persona que te está haciendo poner tanta fuerza. Y una vez que hayas comenzado a detestar a tu marido (o mujer, novio/a), puedes comenzar a pasar menos tiempo libre juntos, lo que perpetúa el ciclo. ¿Solución? Haced más planes y salir a divertiros.

Intenta responder por qué estás enfadada y descarta la primera respuesta: es posible que ni siquiera tu pareja tenga la culpa

Prepara algo totalmente nuevo que los dos disfrutéis. Acudir a una cervecería nueva, un viaje de fin de semana, una excursión... puede ayudar. A veces necesitas un escape de la vida monótona diaria para reavivar tu llama. De lo contrario, solo te quedarán esos momentos de "te odio y lo digo en serio". Y eso se vuelve mucho más difícil de resolver.

Todo el mundo ha discutido alguna vez con alguien que ama. Tener roces de pareja es algo muy normal y que se te escape un "te odio" cuando los ánimos están caldeados no es tan raro. Tranquilo, le pasa a todo el mundo. Pero, ¿qué pasa si de verdad te sientes así?

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