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'Shūshoku': así buscan empleo en Japón y así ha cambiado la manera de encontrar trabajo
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LA EVOLUCIÓN HA LLEGADO

'Shūshoku': así buscan empleo en Japón y así ha cambiado la manera de encontrar trabajo

El método tradicional de reclutamiento nipón está desapareciendo. ¿Qué es lo que está pasando? Es posible que la natalidad y la libertad tengan algo que ver

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Cada año, a principios de abril, miles de jóvenes japoneses se gradúan y se pasean por la ciudad vestidos con un traje de negocios negro junto con un maletín que contiene sus currículums. Todos tienen la esperanza de conseguir el empleo de sus sueños en alguna de las empresas más reputadas del país.

Este ritual es parte de un proceso de contratación de un año en el penúltimo curso de universidad: la temporada del 'shūshoku katsudō' (actividades para buscar trabajo). Se abrevia solamente con la primera de las palabras y ocurre cuando los estudiantes de tercer año abandonan las clases para asistir a seminarios de carreras organizados por sus centros educativos.

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Si cualquiera de nosotros visitáramos el país por esas fechas, podríamos cruzarnos con muchas personas trajeadas, casi homogéneas, con la típica vestimenta de oficina por las calles de Tokio. Este procedimiento tiene una característica muy particular: todos los organismos contratantes (ya sean del sector público, privado o académico) llevan a cabo el proceso de selección simultáneamente, dentro de unas fechas estrictamente definidas.

Cambio de vida

En su último año, presentan las solicitudes y soportan este mecanismo estructurado para asegurar un puesto (llamado 'naitei') para el momento en que terminen su titulación. "Esta práctica es la predominante en todo Japón y no solo es importante para las empresas sino también para los estudiantes, que ven una oportunidad de elevar su estatus social gracias al resultado", informa 'BBC'.

Algunos millennial japoneses sugieren que priorizar la pasión sobre las reglas sociales puede conducir a un camino más satisfactorio

El sistema fue creado en 1953 por Keidanren, el lobby empresarial líder de Japón, que comprende más de 1.300 grandes corporaciones japonesas y 100 industrias grupales. Debido a la escasez de mano de obra durante el período de rápido crecimiento económico de la posguerra del país, la búsqueda de universitarios que hubieran terminado su carrera se intensificó y el shūkatsu ofrecía empleo de por vida a los nuevos graduados que, a su vez, brindaban seguridad y estatus a las principales industrias japonesas.

Pero a partir del año que viene, estas reglas ya no se aplicarán. En octubre pasado, Keidanren anunció que aboliría este programa tradicional, así como las pautas existentes sobre cómo las empresas reclutan nuevos trabajadores. Después de seis décadas, la cohorte actual de estudiantes de tercer y cuarto año será la última en experimentar las numerosas presiones que conlleva el proceso. ¿Por qué?

¿Obsoleto?

La temporada iniciada en verano de 2015 para el año 2016 trajo un colosal desconcierto. La Federación de Organismos Económicos de Japón decidió lanzar una directiva para posponer el periodo de selección, que anteriormente empezaban el 1 de diciembre, hasta abril, solapándose con las clases de los estudiantes e influyendo negativamente en su rendimiento académico. "Por eso el Gobierno, obedeciendo a las quejas de las universidades, sugirió posponer las actividades informativas hasta marzo y las entrevistas hasta agosto (en plenas vacaciones), y las empresas del Keidanren reprogramaron las fechas de sus procesos de contratación", aseguran en 'Nippon'.

Muchos están dispuestos a seguir un camino lejos de la tradición y la seguridad de las grandes compañías y dar oportunidad a pequeñas empresas

Sin embargo, las extranjeras (que ofrecen salarios más altos y una progresión profesional más rápida) siguieron con el calendario antiguo y se apresuraron a coger a los mejores estudiantes antes que el resto. El resultado se tradujo en una gran frustración para la mayoría porque ni las industrias consiguieron a los empleados que requerían ni los estudiantes lograron colocarse en los puestos que esperaban. ¿Fue este el problema?

Como la baja tasa de natalidad nipona ha resultado en una disminución de la población en la última década, las compañías han estado compitiendo por un grupo reducido de posibles empleados. Los miembros que no pertenecen al lobby empresarial y que no están sujetos a las pautas han estado reclutando estudiantes prometedores antes de que las corporaciones hubieran comenzado a su proceso.

Nuevo método

La competencia global por los trabajadores ha obligado a las empresas a darle una vuelta a esta técnica. Aunque las nuevas directrices no se han concretado, algunos millennials japoneses sugieren que priorizar la pasión sobre las reglas sociales puede conducir a un camino más satisfactorio. Ahora se buscarán candidatos a través de valores e intereses compartidos.

Hasta ahora todos los organismos contratantes llevaban a cabo el proceso de selección simultáneamente en unas fechas definidas

Muchos están dispuestos a seguir un camino lejos de la tradición y la seguridad de las grandes compañías y adentrarse en uno nuevo que de la oportunidad a pequeños negocios menos conocidos. Estas empresas fuera de las reglas del shūkatsu buscan el potencial, independientemente de la edad de los trabajadores, y no ven nada negativo en que la gente quiera moverse, cambiar o abrir sus propios proyectos. Muchos agradecen el cambio, pero a otros les causa ansiedad (aunque con un atisbo de positividad).

Cada año, a principios de abril, miles de jóvenes japoneses se gradúan y se pasean por la ciudad vestidos con un traje de negocios negro junto con un maletín que contiene sus currículums. Todos tienen la esperanza de conseguir el empleo de sus sueños en alguna de las empresas más reputadas del país.

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