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Aprende a controlar lo que sueñas: las técnicas del soñador lúcido
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"ESTABA VOLANDO"

Aprende a controlar lo que sueñas: las técnicas del soñador lúcido

Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha pretendido interferir en el subconsciente. Ahora, hay una serie de trucos que pueden ayudarle a conseguirlo

Foto: Foto: iStock.
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"Estaba en un campo verde, solo, en medio de la nada, y de repente comencé a ver cómo el paisaje se descomponía, se abrían grietas a mis pies y se alzaban hacia el cielo, subía muy rápido y llegaba hasta las nubes. De repente, fui consciente de que estaba soñando, y como por arte de magia, empecé a sentir una energía que fluía por todo mi cuerpo, separándome del suelo. A mi lado, había seres que volaban y yo quise ir con ellos. Así pues, comencé a flotar por el aire, y aprovechando el impulso que sentía, controlaba la situación. Duró poco, y en cuestión de segundos me desperté sudando en la cama sorprendido después del viaje que acababa de hacer".

Testimonios como este, que parecen emerger de un cuadro de Salvador Dalí, se repiten a lo largo y ancho del globo. Se trata de un sueño lúcido, o lo que es lo mismo, ser consciente de que estás soñando y gracias a ello poder controlar el flujo de imágenes a tu antojo. Este curioso efecto mental ha estado presente en toda la historia, y bien podría ser el responsable de algunos de los delirios más hermosos y alucinantes de la humanidad o una fuente inagotable de relatos divinos que conectan con lo sagrado y que luego fueron reabsorbidos por la religión.

Si antes de dormir repites la frase "la próxima vez que esté soñando, recordaré que estoy soñando", es más probable que lo consigas

Se dice que uno de los primeros en experimentarlos fue San Agustín de Hipona, como relata en su obra 'De natura et gracia' publicada en el año 415, en la que relata cómo un ángel lo despertó en sueños para mostrarle que la percepción no dependía del cuerpo sino del espíritu o la conciencia. El primer libro que da fe de una forma científica este tipo de ensoñaciones es 'Les rêves et les moyens de les diriger' ("Los sueños y la forma de dirigirlos"), del sinólogo francés Léon d'Harvey de Saint-Denys, quien después de más de 20 años de investigación divide en tres categorías estos estados oníricos: los sueños vivos por sí mismos (no controlados) y los programados (los que sí se pueden alterar al libre albedrío). Más tarde, sería Sigmund Freud quien recogiera estas ideas de Saint-Denys para su famosa obra 'La interpretación de los sueños'.

"La memoria anticipada"

¿Es posible llegar a tener uno de ellos? En los últimos años se han realizado múltiples estudios que abordan esta pregunta y redactan técnicas para poder disfrutarlos cuando quieras y de forma completamente inducida. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Adelaida en Australia que reunió a 169 voluntarios para pasar tres pruebas diferentes con un diario en el que anotar todo lo que recordasen de sus sueños durante una semana. Así, el informe resultante, publicado en 'la revista académica 'Dreaming', estableció tres técnicas para poder controlar las imágenes que soñamos.

Hay una rama científica que cree que la meditación es una especie de sueño lúcido guiado o inducido mucho más difícil de controlar

La primera sería acostumbrar al cerebro a identificar qué es un sueño y qué no lo es gracias a trucos personales que nos puedan sacar de dudas para, una vez estemos en los brazos de Morfeo, darnos cuenta inmediatamente de que es un sueño e intervenir en él. La segunda fórmula que patentaron es la de despertarse a las cinco horas después de haber conciliado el sueño y volverse a dormir rápidamente, ya que es en este estado cuando este tipo de ensoñaciones pueden producirse con mayor facilidad.

Por último, el tercer truco sería el que se conoce como MILD ("Mnemonic Induction of Lucid Dreams", por sus siglas en inglés) que consiste en repetir la frase que sigue a continuación justo antes de caer rendidos: "La próxima vez que esté soñando, recordaré que estoy soñando". Parece una tontería, pero según el estudio, el 46% de las personas que utilizaron esta técnica consiguió reconocer haber tenido un sueño lúcido. Todo se debe a lo que la ciencia denomina como "memoria anticipada", una curiosa habilidad humana por la que el cerebro recuerda hacer cosas en el futuro.

La técnica de Mary Arnold-Foster

Otra de las estudiosas clásicas de este tipo de ensoñaciones es la británica Mary Arnold-Foster, una de las primeras en hablar de la capacidad de dominar nuestro subconsciente mientras dormirmos. Su obra, 'Studies In Dreams', analiza pormenorizadamente los sueños lúcidos con el objetivo de desarrollar una técnica beneficiosa que ayude al ser humano a controlar sus peores temores, reflejados en las pesadillas.

Si realizas yoga o meditación de forma frecuente, puedes estar más cerca de tener sueños lúcidos

De esta forma, la investigadora establece cuatro señales, recopiladas por la 'BBC', para darte cuenta de que estás soñando y así poder interferir en las imágenes que se presentan: la excitación (no eres un mero observador, sino que lo que estás soñando te afecta fisiológicamente en cierta manera), la agudización de los sentidos (los colores se ven más brillantes y los sonidos se oyen más rotundamente), atención excesiva (las cosas que aparecen están perfectamente enfocadas) y una mayor percepción (la conciencia periférica se expande, por lo que el sueño se vive de una forma mucho más consciente).

Otra de las tácticas para dirigir tus sueños en la que muchos otros expertos coinciden es la de realizar de forma frecuente ejercicios de meditación o yoga. Hay una rama científica que cree que la meditación es una especie de sueño lúcido guiado o inducido que, a diferencia del que surge cuando dormimos, resulta mucho más difícil de controlar. Por tanto, si quieres aprender a disfrutar nada más te vayas a dormir, lo mejor será que te acostumbres a este tipo de entrenamientos mentales.

"Estaba en un campo verde, solo, en medio de la nada, y de repente comencé a ver cómo el paisaje se descomponía, se abrían grietas a mis pies y se alzaban hacia el cielo, subía muy rápido y llegaba hasta las nubes. De repente, fui consciente de que estaba soñando, y como por arte de magia, empecé a sentir una energía que fluía por todo mi cuerpo, separándome del suelo. A mi lado, había seres que volaban y yo quise ir con ellos. Así pues, comencé a flotar por el aire, y aprovechando el impulso que sentía, controlaba la situación. Duró poco, y en cuestión de segundos me desperté sudando en la cama sorprendido después del viaje que acababa de hacer".

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