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Ten cuidado: la mujer que se ha partido el cuello estirándose
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CASI MUERE

Ten cuidado: la mujer que se ha partido el cuello estirándose

Natalie Kunicki, paramédica australiana, hizo un movimiento rutinario que no salió como esperaba. Tras escuchar un fuerte crujido cayó desplomada, ¿qué le pasó?

Foto: Foto: iStock.
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Cada día, sin darnos cuenta, hacemos determinados movimientos porque estamos cansados o nuestras extremidades necesitan desperezarse. Por las mañanas, por ejemplo, nos estiramos porque nuestro cuerpo necesita llevar a cabo una acomodación de la circulación sanguínea y de retorno a su situación normal o los músculos vuelven a la longitud que han perdido durante la noche.

Por eso no nos extrañamos cuando de nuevo, a mitad de mañana tenemos que estirar alguna parte del cuerpo. Pero ten cuidado, una joven australiana residente en Reino Unido, Natalie Kunicki, se ha llevado el susto de su vida. Casi muere por un derrame cerebral producido al hacer este movimiento en el cuello cuando estaba viendo una película con un amigo en su casa, según informa 'The Daily Mail'.

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"Ni siquiera estaba intentando crujirlo. Me acabo de mudar y simplemente ha ocurrido. Estaba estirando la zona y pude oír como hacía 'crack, crack, crack'. Mi amigo me preguntó si eso que había sonado era mi cuello, pero todas mis articulaciones hacen esos ruidos, así que no le si importancia y me reí", asegura la protagonista. A los minutos se levantó para ir al baño, pero se desplomó en el suelo y no podía mover su pierna izquierda.

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La noche de 5 de marzo fue trasladada al hospital donde los médicos descubrieron que se había roto una arteria vertebral, una de las principales de la zona. Esto creó un coágulo de sangre que condujo a un derrame y parálisis. "La gente necesita saber que incluso si eres joven, algo tan simple como esto puede causar un derrame", afirma.

La australiana había perdido movilidad en varias extremidades del lado izquierdo, pero con la rehabilitación está evolucionando favorablemente

Los cirujanos tuvieron que someterla a una complicada operación para reparar la arteria dañada con un 'stent' (malla extensible), y aunque no consiguieron eliminar por completo el coágulo de su cerebro, sí explican que se disolverá en un tiempo. Cuando una persona hace crujir el cuello, la espalda o los dedos, el sonido es causado por el estallido de burbujas de nitrógeno en el interior de las cápsulas que protegen las artículaciones o por medio de ligamentos.

"En la mayoría de los casos, esto es inofensivo, pero si al estallido le sigue dolor o hinchazón, podría indicar una lesión y la necesidad atención médica", asegura un especialista del Johns Hopkins Medicine. "En general se deben evitar este tipo de estiramientos y no manipular agresivamente las vértebras del cuello porque es posible que se rompa un vaso crítico y esto produzca un derrame si se forma un coágulo en el lugar de la lesión", añade.

Zona dañada

También es muy posible que se produzcan roturas en los ligamentos, los nervios y los propios huesos. En el caso de esta joven ni siquiera estaba intentando estirarlo, por lo que puede sucederle a cualquiera. "Se supone que mi caso fue uno entre un millón, pero la rotura de una arteria vertebral es en realidad una causa bastante común de accidentes cerebrovasculares en los jóvenes", asegura Natalie.

Mi amigo me preguntó si eso que había sonado era mi cuello, pero todas mis articulaciones hacen esos ruidos, así que no le si importancia y me reí

Tras la operación, la australiana había perdido movilidad en varias extremidades, pero con los ejercicios de recuperación está evolucionando favorablemente y, según cuenta al diario inglés, "espera volver a trabajar dentro de los próximos seis a doce meses". El hermano de Natalie ha creado una campaña de crowdfunding para pagar la operación y rehabilitación, recaudando más de 5.000 libras (unos 5.700 euros) en poco más de un mes.

Cada día, sin darnos cuenta, hacemos determinados movimientos porque estamos cansados o nuestras extremidades necesitan desperezarse. Por las mañanas, por ejemplo, nos estiramos porque nuestro cuerpo necesita llevar a cabo una acomodación de la circulación sanguínea y de retorno a su situación normal o los músculos vuelven a la longitud que han perdido durante la noche.

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