¿Por qué los policías en las películas prueban la cocaína cuando la descubren? ¿Tendría algún sentido en la vida real?

En el universo cinematográfico, no es raro ver a un agente de la ley descubrir un sospechoso paquete de polvo blanco, hundir un dedo y probarlo. Aunque esto pueda parecer un método efectivo y dramático para identificar drogas en la gran pantalla, la realidad dista mucho de este procedimiento poco ortodoxo y, francamente, peligroso.

La práctica de probar sustancias sospechosas directamente con la lengua se fundamenta en la propiedad anestésica de la cocaína y sustancias similares, como novocaína y lidocaína, que pueden adormecer la lengua momentáneamente. Según The Straight Dope, aunque técnicamente es posible detectar agentes de corte como azúcar o harina por su sabor, "la cocaína en sí no tiene sabor".

En teoría, la sensación de adormecimiento podría ayudar a identificar la presencia de cocaína, pero "nunca he conocido a nadie que lo haga", afirma Hawk, quien lleva muchos años en el negocio de la patología forense.

Además de ser una práctica no recomendada, probar drogas 'in situ' entraña riesgos significativos. No sólo porque los agentes podrían accidentalmente probar una sustancia tóxica, sino también porque trazas de la droga podrían aparecer en futuros análisis de drogas en orina, lo cual podría tener serias repercusiones disciplinarias. Imaginen el escenario donde no se pueda distinguir entre un agente probando drogas en el campo y un usuario recreativo; definitivamente no es una situación deseable.

Por lo tanto, mientras que en el cine puede verse como una confirmación rápida y audaz, en la vida real los métodos para identificar sustancias ilícitas son mucho más metódicos y seguros. Los agentes utilizan kits de pruebas químicas que pueden determinar la presencia de cocaína sin necesidad de poner en riesgo su salud o su carrera. Estos kits son precisos y evitan el contacto directo con la sustancia, garantizando así la seguridad y la integridad del procedimiento.

Así que la próxima vez que vean a un policía en una película probar cocaína con un gesto experto, recuerden que, aunque haga avanzar la trama, es una licencia creativa que no tiene cabida en las calles de la realidad, donde la ciencia y la seguridad rigen el protocolo policial.