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Los peores errores que cometes con la ropa que llevas al trabajo
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Los peores errores que cometes con la ropa que llevas al trabajo

Vestirse para un día normal es a veces un desafío, pero cuando debes ir a la oficina, muchos no consiguen ponerse un conjunto decente. Te contamos qué haces mal

Foto: Así sí. (iStock)
Así sí. (iStock)

Si elegir la vestimenta por las mañanas no fuera de por sí un suplicio, además se espera que los oficinistas tengan un 'outfit' respetable, pero esto no siempre sale según lo planeado. ¿Formal o tirando a casual? ¿Con reglas estrictas o abiertos a la creatividad? No podemos saber cómo es tu oficina, pero sí darte algunos conejos generales que sirven para todos los casos, tipos y opciones.

No hace falta que le dediques mucho tiempo. Tampoco que te gastes demasiado dinero, aunque si lo tienes, mejor. Para que un hombre vista decente a la hora de ir al trabajo no se precisan demasiados esfuerzos, pero los errores que podemos cometer son tan desastrosos como fáciles de enmendar. Aquí hay algunos que debes evitar como la peste.

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Ropa arrugada

Si eres un hombre que no dispone de mucho tiempo y tiene una vida muy activa, es posible que los minutos sean escasos cuando debas ponerte a planchar o llevar tu ropa a la tintorería. Habrás tenido la tentación de ponerte una camisa o unos pantalones arrugados y eso no siempre es malo, pero puede que tu apariencia te lleve a un estilo demasiado relajado.

Parece ser que lo que uno se pone en los pies dice más de él de lo que se piensa. Así lo determina un estudio de la Universidad de Kansas

Si vas a ir a una reunión será mejor que te organices mejor y planches las prendas que te vayas a poner. Si no lo haces será una mala carta de presentación, ya que la primera imagen que dará de ti es que eres descuidado, que no se organiza entre otras muchas cosas que al final no te van a favorecer. Tenlo muy en cuenta dependiendo de lo que vayas a hacer ese día: no es lo mismo si tienes que hacer clientes que si vas a estar ocho horas en un despacho en el que nadie te ve.

Calcetines y sandalias

En España la combinación de sandalias y calcetines se ha asociado automáticamente a una expresión del mal gusto guiri en la vestimenta. Lo cierto es que aunque el código se va desinflando cada año, acudir así a la oficina puede convertirse en un despropósito. Si crees que porque haga calor es la excusa perfecta, piénsalo un poco mejor y deja las chanclas y sandalias para cuando vayas a la playa.

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Foto: iStock.

Está claro que hay que mantener la mente abierta y que en muchos casos la combinación queda estupenda, pero no para ir al trabajo. Además, enseñar tobillo es al hombre de nuestros días lo mismo que la barba a los 'hipsters'. Ha pasado de ser una mera tendencia con aromas propios de los rockabilly de los años 50 a convertirse en una premisa más a la hora de vestirse.

Cuidado con la talla

Llevar una talla infinitamente más pequeña que la que te corresponde es un error imperdonable. Un hombre con una talla L ha de vestir XL, y así sucesivamente: si eres S, es preferible verte con M que con XS. La generosidad es un valor. La talla correcta es clave a la hora de comprar ropa. Llevar prendas demasiado ajustadas o demasiado anchas puede echar a perder tu look en un segundo. Una chaqueta que quede enorme es tan antiéstetica como una que quede ridículamente estrecha.

Ir a la oficina con la ropa sin planchar puede convertirse en el peor de los errores. Organízate y toma unos minutos para dejarlo todo bien

Una americana tendrá que quedar justo en los hombros. Un truco que puedes tener en cuenta es que la manga debe comenzar justo donde se marca el hueso del brazo. Vigila también el largo, tanto por exceso, que no se te vean las manos, como por defecto, que enseñes medio brazo. En cuanto a los pantalones, deben quedar en la cintura y no ser tan largos que ni se vea el zapato. Ni tampoco ser excesivamente anchos.

No enseñes la ropa interior

Parece fácil elegir y cuidar tus calzoncillos. Si no estás muy interesado en la moda coges unos que no te desagraden demasiado o que tengan un dibujo de tu saga friki favorita y te los pones sin pensar. Da exactamente lo mismo cómo sean, cada uno tiene un gusto diferente, pero no seas descuidado e intenta que si te agachas o no llevas cinturón se vean irremediablemente. Guardados están mejor.

Zapatos sucios o desgastados

Existen tres normas a la hora de comprar un buen zapato: calidad, comodidad y versatilidad. Es el complemento perfecto, pero puede convertirse en tu peor enemigo si no los cuidas correctamente. Parece ser que lo que uno se pone en los pies dice más de él de lo que se piensa. Así lo determina un estudio de la Universidad de Kansas, que dice que gracias al calzado se puede adivinar el 90% de las características de una persona que no se conoce de nada.

placeholder Que estén impolutos. (iStock).
Que estén impolutos. (iStock).

Imagina si vas a la oficina con unos que estén rotos o sucios. Ya puedes ir con el mejor traje, la camisa planchada o con la prenda de moda, si este complemento es un desastre, darás una imagen pésima.

Si elegir la vestimenta por las mañanas no fuera de por sí un suplicio, además se espera que los oficinistas tengan un 'outfit' respetable, pero esto no siempre sale según lo planeado. ¿Formal o tirando a casual? ¿Con reglas estrictas o abiertos a la creatividad? No podemos saber cómo es tu oficina, pero sí darte algunos conejos generales que sirven para todos los casos, tipos y opciones.

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