Es noticia
Chemsex, la peligrosa moda sexual que causa furor: amor 'non stop' y a saco
  1. Alma, Corazón, Vida
LA "TORMENTA PERFECTA" PARA EL CONTAGIO

Chemsex, la peligrosa moda sexual que causa furor: amor 'non stop' y a saco

Un editorial del 'British Medical Journal' advierte ante los graves problemas físicos, psicológicos y emocionales que puede acarrear la nueva costumbre que arrasa en la cultura 'underground'

Foto: Drogas para hacer el amor para tomar drogas para hacer el amor. (iStock)
Drogas para hacer el amor para tomar drogas para hacer el amor. (iStock)

Quizá no le suene el nombre, pero en los últimos años se ha popularizado el término “chemsex” para referirse a las prácticas sexuales potenciadas por el consumo de diversas drogas y sustancias químicas. No se trata simplemente de consumir un psicoactivo antes de hacer el amor, sino que el nombre se refiere a un tipo de fiestas, por lo general homosexuales (aunque por definición también puede incluir las heterosexuales), que pueden prolongarse durante mucho tiempo gracias al consumo de estupefacientes.

Aunque muchos han hablado a menudo de los riesgos de esta conducta social, hasta ahora no se había producido una manifestación tan contundente como la del 'British Medical Journal' inglés, que en su último número dedica un editorial al “chemsex”. “Esta palabra se utiliza en Reino Unido para describir el sexo intencional bajo la influencia de drogas psicoactivas, sobre todo entre hombres que tienen relaciones con hombres”, señala en el artículo los autores, Hannah McCall, Naomi Adams y David Mason.

Las drogas facilitan una excitación sostenida e inducen una sensación de entendimiento inmediato con las parejas sexuales

“Se refiere particularmente al uso de mefedrona, y-hidroxibutirato (GHB), y-butirolactona (GBL) y metanfetamina de cristal”, especifican. “Estas drogas se suelen combinar para facilitar las sesiones sexuales que duran muchas horas o días con múltiples parejas”. En definitiva, se trata del carburante que permite que las orgías se prolonguen durante mucho tiempo, algo que no sólo puede dañar a los consumidores por los efectos de la droga en su cuerpo, sino también porque aumenta la posibilidad de ser infectados por una enfermedad de transmisión sexual.

Tu cuerpo, la droga y el sexo 'non-stop'

El editorial detalla específicamente por qué estos compuestos son tan utilizados en el marco de las relaciones sexuales. El cristal y la mefredona, porque incrementan el ritmo cardíaco e impulsan una sensación de euforia y agitación sexual; el GHB es un potente desinhibidor y analgésico. Los supuestos beneficios son, por lo tanto, no únicamente físicos, sino también psicológicos: “Algunos usuarios señalan que los utilizan para manejar los sentimientos negativos, como la falta de confianza o de autoestima, la homofobia internalizada y el estigma por tener SIDA”.

El editorial concede que, en general, los usuarios de este tipo de drogas muestran una alta satisfacción con su vida sexual: “Los informes anecdóticos y algunos pequeños estudios cualitativos en Reino Unido muestran que la gente que lleva a cabo 'chemsex' reconoce tener mejores relaciones sexuales, al reducir las inhibiciones e incrementar el placer. Facilita una excitación sostenida e induce un sentimiento de entendimiento inmediato con las parejas sexuales”. Ello ha provocado que, la utilización de estas drogas haya aumentado sensiblemente: como puso de manifiesto 'The Chemsex Study', alrededor de una quinta parte de los consultados habían participado en una fiesta de este tipo durante los últimos cinco años, y una décima parte, en las últimas cuatro semanas.

Por eso ya se están implantando algunos servicios que intentan combatir los efectos de esta costumbre sexual, como ocurre con Antidote, donde el 64% de sus pacientes afirman haber utilizado drogas del 'chemsex'. Un término que probablemente estará aún más en boca de todos después de que 'Vice' estrene su documental 'Chemsex', dirigido por Will Fairman y Max Gogarty y que “explora las vidas y hazañas de un grupo de hombres que toman parte activa en el estilo de vida del 'chemsex' y de aquellos que han sobrevivido a ello”.

La mefedrona y el cristal pueden crear una dependencia psicológica muy fuerte, y el GHB crear una peligrosa adicción fisiológica

Como explicaba en 2014 en 'The Guardian' Paul Steinberg, experto en prevención de Lambeth, mientras que en los años 80 y 90 la comunidad homosexual buscaba sus relaciones en bares y a través de conocidos comunes, la apertura de posibilidades que han favorecido las aplicaciones tecnológicas ha hecho aumentar el número y frecuencia de este tipo de relaciones, que ya no se desarrollan en bares y clubs, sino en casas privadas, es decir, fuera de la vista (y el control) del resto.

Los terribles efectos secundarios

El artículo publicado en el 'British Medical Journal' sintetiza todo lo que puede ocurrir con nuestro cuerpo cuando tomamos esta clase de estimulantes: “la mefedrona y el cristal pueden crear una dependencia psicológica muy fuerte, y el GHB crear una peligrosa dependencia fisiológica”, advierten. Una de las consecuencias más comunes del 'chemsex' son los “días perdidos”, es decir, no dormir ni comer durante 72 horas, algo que tiene devastadores efectos en la salud.

No sólo eso, sino que estas prácticas sexuales pueden multiplicar las posibilidades de contagio sexual: “Los datos de los usuarios de estos servicios sugieren que la media es de cinco parejas por sesión y que el sexo sin protección es la norma”. Aunque ello no puede aplicarse en todos los casos, autores como T. Kirby señalan que se trata de “la tormenta perfecta” para la transmisión del sida y de la hepatitis C.

Las consecuencias no se dejan notar únicamente en nuestra salud mental o física, sino también en la calidad de nuestras relaciones, sugiere David Stuart, consejero principal de 56 Dean Street, la única clínica de apoyo en Reino Unido que ha colaborado estrechamente con 'Vice' para su documental. “Si no has tenido sexo sobrio durante los últimos seis meses, ello no te convierte en un furioso drogadicto”, comienza a explicar. “Pero las conexiones sexuales íntimas forman una parte muy importante de nuestro bienestar, y si delegamos demasiado en las sustancias para satisfacer esas necesidades, puede que tengas alguna clase de problema”.

Stuart muestra su preocupación por los estragos que costumbres como el 'chemsex', basadas en la diversión banal y el desprecio de las relaciones “íntimas y duraderas”, están causando en la comunidad homosexual. “Cuando el sexo que sólo dura 15 minutos (frente al que dura dos días) resulta aburrido, tenemos un problema. Cuando no vemos nuestras necesidades cubiertas, o no podemos tener relaciones íntimas sin sustancias, tenemos un problema. Cuando necesitamos sortear los riesgos de las drogas en la búsqueda de un polvo, tenemos un problema”, concluye.

Quizá no le suene el nombre, pero en los últimos años se ha popularizado el término “chemsex” para referirse a las prácticas sexuales potenciadas por el consumo de diversas drogas y sustancias químicas. No se trata simplemente de consumir un psicoactivo antes de hacer el amor, sino que el nombre se refiere a un tipo de fiestas, por lo general homosexuales (aunque por definición también puede incluir las heterosexuales), que pueden prolongarse durante mucho tiempo gracias al consumo de estupefacientes.

Drogas Sida Noadex
El redactor recomienda