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Las dos frutas que deben conservarse siempre en la nevera (y otros errores)
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¿Harto de que se te pongan harinosas?

Las dos frutas que deben conservarse siempre en la nevera (y otros errores)

Nos da igual si es invierno o verano, tratamos a los alimentos por igual: al frigorífico. Son errores que al final repercuten en el bolsillo y con los que se desperdicia mucha comida

Foto: Importa qué va dentro y también su colocación. (iStock)
Importa qué va dentro y también su colocación. (iStock)

Una de las muchas obsesiones que definen nuestro tiempo es guardar todos los alimentos en la nevera, como si fuese un armario cualquiera. Nos da igual si es invierno o verano, tratamos a las frutas, carnes, salsas y bebidas por igual: al frigorífico. Hoy en día la capacidad de estos electrodomésticos ha aumentado mucho respecto a su tamaño original, pero no es porque se haya descubierto que hay que meter más y más alimentos ahí dentro. Al contrario, en ocasiones el frío puede cambiar su verdadero sabor o incluso acelerar la descomposición de los mismos.

Aunque parezca obvio decirlo, para garantizar al máximo la vida útil de un alimento hay que tener muy claro cuáles se pueden guardar en el electrodoméstico. Tanta es la ignorancia que en algunos países ya se ha instaurado un método para que cada producto del supermercado tenga un icono que indique si se debe o no guardar en el frigorífico. Acaba de pasar de Reino Unido, donde la Agencia de Normas Alimentarias ha reemplazado los típicos “consérvese a” por un método mucho más visual e intuitivo. “Esta nueva orientación hará que los envases sean mucho más claros para los consumidores”, sostiene Thérèse Coffey, ministra de Medio Ambiente.

Algunas frutas y verduras, como la manzana, emiten gas etileno, acelerando el proceso de maduración de las que tiene a su alrededor

Con todo, aseguran que todavía habrá confusiones. Mientras, en España seguimos cometiendo errores de principiantes que al final repercuten en nuestro bolsillo y en el desperdicio de comida general. Por eso, recogemos las principales dudas resueltas en las nuevas directrices:

Manzanas y naranjas

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Foto: iStock.

¿Hay algo más decepcionante que morder una manzana y descubrir que tiene una textura harinosa? Ocurre con facilidad, y ahora sabemos el porqué. Solemos dejarlas en el típico bol en la encimera de la cocina, cuando su lugar debe ser siempre la nevera. De la misma forma, si no se van a consumir muy rápido las naranjas se deben conservar dentro del frigorífico, no solo para alargar considerablemente su vida, sino para evitar que pierdan la apreciada vitamina C. Otro factor a tener en cuenta es que para mucha gente saben mejor frías. Si no es tu caso, recuerda sacarlas de la nevera antes de comerlas.

Aguacates, melón y plátanos

Ninguna de estas tres frutas deben guardarse en la nevera, a menos que estén muy maduras. El frío ralentizaría su proceso de maduración, por lo que mejor dejarlas en el bol. Asimismo, desde 'The Telegraph' recomiendan frotar los aguacates con un poco de limón, envolverlo en film de plástico y meterlo en la nevera para evitar que madure demasiado.

Kétchup

Hay opiniones enfrentadas en lo que se refiere a dónde almacenar la típica salsa de tomate de las hamburguesas. No obstante, tampoco hace falta comerse el coco para resolver el debate: en los restaurantes, ¿dónde están los botes? Por lo general, merece la pena seguir la siguiente regla: si crees que lo puedes terminar en un mes, déjalo fuera, siempre y cuando sea un lugar fresco y seco. Si no, a la puerta de la nevera.

Foto: Una de las salsas más americanas. (iStock)

Cebollas y ajos

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Foto: iStock.

Encuentra un armario fresco y oscuro con bajos niveles de humedad y guarda ahí las cebollas y ajos en lugar de en la nevera. Si se metiesen en el frigorífico, la humedad y el frío los ablandaría. No debes quitarle la cáscara a ninguno de los dos alimentos, pues actúa de protección hasta el momento de comerlos. Sin embargo, si ya han sido cortados y pelados, sí se deberían meter en el frigorífico, preferiblemente en un recipiente sellado. Pueden durar hasta una semana.

Patatas

Las bajas temperaturas hacen que el almidón se convierta en azúcar y que su sabor cambie. También las hacen más harinosas. Por esa razón, se recomienda mantenerlas alejadas de la nevera y guardarlas en bolsas de papel para que tarden más en descomponerse.

Tartas

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A menos que el pastel tenga un glaseado o relleno especial (como de fruta, compota, crema pastelera o queso) que se estropee si no se refrigera, lo mejor es dejarlo fuera para que no se seque. Prueba con una urna de cristal. Es recomendable comer las tartas 24 horas después de terminarlas.

Huevos

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Si hay algo particularmente potente en tu nevera, será mejor que tengas en cuenta que los huevos son tan porosos que absorben los olores que los rodean. Deben mantenerse a una temperatura constante inferior a 20 grados.

Por qué importa el gas etileno

De acuerdo con las indicaciones de la agencia, una de las dudas más recurrentes es cómo conservar las frutas. En este sentido, debes tener en cuenta que algunas frutas y verduras no se preservan bien cuando se posicionan junto a otras que producen gas etileno, que actúa como hormona de maduración y acelera el deterioro. Si se guardan con otras frutas sensibles a este gas, estas también se echan a perder antes.

  • Frutas y verduras que emiten el gas: manzanas, albaricoques, aguacates, plátanos maduros, arándanos, melón, higos, cebolletas, uvas, melón dulce, kiwis, mangos, nectarinas, papayas, maracuyá, melocotones, peras, ciruelas y tomates.
  • Frutas y verduras sensibles al pas: espárragos, plátanos verdes, moras, brócoli, coles de bruselas, col, zanahorias, coliflor, acelgas, pepinos, berenjenas, escarola, ajo, judías verdes, col rizada, puerros, lechugas, cebollas, perejil, guisantes, pimientos, frambuesas, espinacas, calabazas, fresas, batatas, berros y sandías.

Una de las muchas obsesiones que definen nuestro tiempo es guardar todos los alimentos en la nevera, como si fuese un armario cualquiera. Nos da igual si es invierno o verano, tratamos a las frutas, carnes, salsas y bebidas por igual: al frigorífico. Hoy en día la capacidad de estos electrodomésticos ha aumentado mucho respecto a su tamaño original, pero no es porque se haya descubierto que hay que meter más y más alimentos ahí dentro. Al contrario, en ocasiones el frío puede cambiar su verdadero sabor o incluso acelerar la descomposición de los mismos.

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