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“No son los gobiernos, es la tecnología”: la crisis del empleo y por qué tu sueldo no sube
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'LA DISRUPCIÓN TECNOLÓGICA YA ESTÁ AQUÍ'

“No son los gobiernos, es la tecnología”: la crisis del empleo y por qué tu sueldo no sube

Acaba de presentarse el último informe realizado por Arcano, que recoge algunas de las disrupciones tecnológicas más significativas y desvela qué papel jugarán en la economía

Foto: Elige: menos sueldo o tu trabajo se lo queda el de la izquierda. (iStock)
Elige: menos sueldo o tu trabajo se lo queda el de la izquierda. (iStock)

Aparece un retrete en pantalla, e Ignacio de la Torre se apresura en asegurar que “este será el aparato más tecnológico que tendremos en nuestros hogares”. Tomará tres veces al día muestras de nuestra orina, lo que le permitirá diagnosticar enfermedades muy pronto. Será, en definitiva, “mucho más difícil morir de cáncer”. Es una más de todas la tecnologías —desde la inteligencia artificial hasta el 'blockchain'— que el economista jefe de Arcano Economic Research y profesor de Economía de IE Business School presenta, junto a Leopoldo Torralba, en el informe 'La disrupción tecnológica ya está aquí. Cómo afecta a las personas, los gobiernos y las empresas'.

Si al inodoro que diagnostica el cáncer le unimos el robot Kiva y el dron que transportan paquetes de un lugar a otro sin intervención humana o los 'smart contracts' que ejecutan automáticamente acuerdos entre dos partes sin necesidad de mediación de abogados y jueces, tenemos tres patas del panorama de futuro que el informe define, uno en el que viviremos mucho más tiempo en mejores condiciones (habrá que repensar los seguros, por tanto), pero tan automatizado que nuestra labor diaria carecerá de sentido. Un nuevo escenario que propiciará sensibles cambios, muy dañinos a corto plazo, algo mejores a medio, como sugiere De la Torre durante la presentación del documento.

Los trabajos más vulnerables serán aquellos “en los que más de un 70% de la jornada laboral se base en tareas repetitivas”


Para empezar, poca duda cabe de que se avecina una destrucción potencial de millones de puestos de trabajo en el corto plazo, una cifra que oscila entre el 10% de la OCDE —un 20% entre los menos cualificados— y el 49% de la Universidad de Oxford. “Causará un daño enorme entre la gente más desprotegida”, recuerda el economista. En concreto, aquellos trabajos “en los que más de un 70% de la jornada laboral se base en tareas repetitivas”. El razonable resultado, una imprevisible tensión social. Los tres millones de camioneros estadounidenses que pueden perder su puesto en cuestión de años son el caldo de cultivo de los populismos a lo Trump que intentan dar respuesta a la amenaza de automatización. Un cambio de péndulo y un 'backlash' regulatorio frente a la permisividad de Obama.

Foto: Jerome Glenn, retratado en el auditorio del Espacio Fundación Telefónica. (Foto: Héctor G. Barnés)

La imagen cambia, no obstante, si ampliamos el encuadre. Lo más probable es que la disrupción tecnológica propicie a medio plazo una mayor productividad, mejores sueldos y más tiempo libre, una utopía en la que dispondremos de más tiempo de ocio porque trabajaremos menos horas, estas serán más creativas y surgirán nuevos empleos que sustituyan a los desaparecidos. Un final feliz con no poca incertidumbre en su camino. Como recuerda el informe, “aunque en base a la historia somos optimistas en que a medio plazo el ser humano será capaz de crear suficientes nuevos puestos de trabajo, la realidad es que en el periodo intermedio la destrucción será más rápida que la creación”.

El nuevo estado de las cosas

Esta disrupción puede explicar, según el informe, por qué no están subiendo los salarios aunque los niveles de paro desciendan. “Se ha roto la curva de Phillips”, explica el economista, aludiendo a la fórmula que relaciona empleo e inflación, algo que trae de cabeza a los bancos centrales. El informe señala que “la explicación del estancamiento salarial generalizado, a pesar de que las tasas de paro están cayendo, puede estar precisamente en el avance tecnológico (los robots se constituyen en un competidor directo de la mano de obra, disminuyendo así su poder negociador)”. Un control salarial que provoca que las inflaciones no repunten. “A nivel microeconómico, la tecnología puede estar disminuyendo el poder negociador del empleado y colaborando en el estancamiento salarial e inflacionario”, añade el informe.

Las nuevas plantas de Adidas ya no se abren en Bangladés, sino en Alemania. La diferencia es que son ingenieros los que trabajan


Es la razón que se encuentra también detrás del aumento de la desigualdad en España. De la Torre recuerda que el coeficiente de Gini, que se utiliza para medir la diferencia en los ingresos, aumentó durante el Gobierno de Zapatero. No por sus políticas, sino por esas otras fuerzas que están condicionando, aunque lentamente, nuestra economía. “Da igual que sea un partido u otro, porque se trata de fuerzas tecnológicas” que actúan por encima de la posibles decisiones económicas adoptadas por estados y organizaciones supranacionales. Una situación que dispara la desigualdad, al menos hasta que “los sectores tradicionales se adapten masivamente a las innovaciones tecnológicas”, y con ella, aumenta estructuralmente la productividad.

Esta disrupción es aún más acentuada en países en vías de desarrollo, donde su ventaja competitiva —sueldos bajos— se esfumará frente al abaratamiento causado por la automatización. De la Torre recuerda que, este año, Adidas ya no ha abierto sus fábricas en el sur de Asia, sino en Alemania y en EEUU. Tan solo que su organización es un tanto diferente: sus principales trabajadores son los ingenieros que programan a los robots, que funcionan como mano de obra. Además, a pesar del aumento del consumo durante el presente año, cada vez más tiendas han cerrado en EEUU, víctimas del efecto Amazon (incluso existe el índice Death by Amazon). Una tendencia que pronto afectará a otros países occidentales.

Mientras tanto, ¿qué hacemos?

Entre hoy y ese prometedor futuro dorado, se producirán serias crisis que nos obligarán a buscar nuevas armas para enfrentarnos a ellas. La que propone el informe Arcano es la educación, entendida tanto como herramienta de reciclaje y formación continua, tanto para estos trabajadores que puedan verse en el paro de la noche a la mañana —De la Torre propone la fórmula de los MOOC, al poder llegar rápidamente y de manera barata a multitud de estudiantes— como para los jóvenes que entrarán a un mercado laboral en perpetuo cambio. Los datos proporcionados en el informe son claros: a mayor nivel de educación, menores son los riesgos de perder el trabajo, con casi un 0% entre los estudiantes de máster y doctorado.

placeholder A pesar del repunte del consumo, las tiendas están cerrando. (Reuters/Osman Orsal)
A pesar del repunte del consumo, las tiendas están cerrando. (Reuters/Osman Orsal)

Lo cual no implica que necesitemos un país de doctores. La presente evolución hacia la Formación Profesional, recuerda De la Torre, pasa no por reducir el número de universitarios, sino por animar a los que habrían abandonado los estudios a una temprana edad a que se enrolen en esta clase de formación más práctica. Como recuerda el profesor, toda revolución tecnológica ha propiciado una revolución educativa. Ocurrió ya a principios del pasado siglo, cuando la en principio apocalíptica aparición del tractor empujó a una nueva generación a cursar educación secundaria.

“Tiene que haber una revolución educativa y replantearlo todo desde cero”, recuerda el autor de 'Ingeniería financiera' (Lid). “No podemos perdernos en discusiones políticas, porque el que va a trabajar va a ser el que sepa escribir 10 líneas de código”. En definitiva, el informe propone reforzar el conocimiento STEM, solicitado por el mercado laboral.

Foto: Los replicantes duraban cuatro años y no tenían lazos personales: eran el empleado perfecto. Opinión

Como colofón, De la Torre expone una ilustrativa anécdota. Una importante figura política le transmitió una vez sus dudas sobre hacia dónde debería orientar a su hijo, ya que el viejo “abogado o médico” ya no funcionaba. El economista trasladó la pregunta a un gurú de Silicon Valley. La respuesta fue la siguiente: “Me dijo que metería un millón de dólares en 25 'startups' que fuesen capaces de recolocar o dar trabajo a un tipo de 50 años que lo ha perdido”. Una buena muestra de que retos y oportunidades son caras de la misma moneda.

Aparece un retrete en pantalla, e Ignacio de la Torre se apresura en asegurar que “este será el aparato más tecnológico que tendremos en nuestros hogares”. Tomará tres veces al día muestras de nuestra orina, lo que le permitirá diagnosticar enfermedades muy pronto. Será, en definitiva, “mucho más difícil morir de cáncer”. Es una más de todas la tecnologías —desde la inteligencia artificial hasta el 'blockchain'— que el economista jefe de Arcano Economic Research y profesor de Economía de IE Business School presenta, junto a Leopoldo Torralba, en el informe 'La disrupción tecnológica ya está aquí. Cómo afecta a las personas, los gobiernos y las empresas'.

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