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¿Nos quitarán los robots el trabajo en 2025? El veredicto de los principales expertos
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EL ETERNO RETORNO DEL LUDISMO

¿Nos quitarán los robots el trabajo en 2025? El veredicto de los principales expertos

En una década los robots se ocuparán de muchos de nuestros trabajos, pero los expertos están divididos al valorar el impacto que tendrá sobre la sociedad

Foto: En el futuro los robots podrían amenazar la mayoría de nuestros trabajos. (Corbis)
En el futuro los robots podrían amenazar la mayoría de nuestros trabajos. (Corbis)

El miedo a que las máquinas acaben con el trabajo que desempeñan los hombres y, por tanto, con su sustento, es tan antiguo como la propia industria. A principios del siglo XIX, los trabajadores ingleses se organizaron en uno de los primeros movimientos obreros, el ludismo, cuyo principal objetivo era acabar con las máquinas que, pensaban, eran las responsables de los despidos y los bajos salarios. En 1812, un grupo de trabajadores incendió en Nottingham sesenta máquinas de tejer medias, una acción que antecede en décadas a la creación de los sindicatos y las primeras huelgas.

Podríamos pensar que este miedo a la tecnología, o al menos a la idea de que su avance puede suponer un problema para los trabajadores y, en general, para la sociedad, es cosa del pasado. Pero estaríamos equivocados. El ludismo sigue muy presente. Y tiene más argumentos que nunca en la historia.

Un informe publicado esta semanapor el prestigioso Pew Research Center, que cuenta con la opinión de 1.800 académicosy expertos en industria, trabajo y nuevas tecnologías, muestra que los profesionales están fuertemente divididos al valorar el impacto que el avance en la Inteligencia Artificial (IA) y la robótica tendrá sobre el mercado laboral. Si bien muchos coinciden en aceptar que, para 2025, los robots se ocuparán de muchos de nuestros trabajos, las ideas acerca del impacto que esto va a tener en nuestro devenir como sociedad son bien distintas.

La mitad de los participantes en el estudio creen que las máquinas acabaran con la mayoría de trabajos en 2025, y no sólo los manuales; la otra mitad cree que el avance de la robótica, por el contrario, creará más trabajo del que quite. Además, las opiniones están repartidas casi por igual entre los distintos campos profesionales.

Estos son los argumentos de uno y otro “bando”.

Los nuevos luditas: “La automatización es como Voldemort”

El 48% de los encuestados en el informe se muestra preocupado por la proliferación de máquinas en todos los sectores profesionales. Muchos expertos consultados por el Pew Research Center aseguran que, por primera vez, el avance de la tecnología, que hasta ahora sólo había afectado a los trabajos de cuello azul, afectará también a los de cuello blanco. “Todo lo que pueda ser automatizado, se automatizará”, asegura el experto en legislación digital Robert Cannon.

Según los defensores de esta postura, el auge de la robótica provocará un aumento aún mayor de la desigualdad, del paro de larga duración y, en definitiva, una ruptura del orden social. Estos son sus argumentos.

1. Ya se están sustituyendo a trabajadores y va a ir a peor

“La automatización es Voldemort, una terrible fuerza que nadie se atreve a nombrar”, explica Jerry Michalski, fundador del think tank REX. “La automatización ha ganado la carrera al trabajo humano y mientras necesitemos una divisa fiduciaria para pagar el alquiler o la hipoteca los seres humanos serán expulsados del sistema en masa”.

En opinión de Michalski, los únicos sectores que se librarán del auge de la robótica son aquellos que requieren esfuerzo humano local (jardineros, pintores, niñeras…), esfuerzo humano distante (editores, entrenadores, coordinadores...) y las posiciones de mayor nivel directivo. “El resto”, asegura, “será sustituido por la automatización”.

Podemos pensar que la llegada de los robots de verdad (no las aspiradoras) no es inminente, pero hay expertos que creen que está a la vuelta de la esquina. “Los avatares humanos electrónicos con capacidad sustancial para trabajar llegarán en años, no en décadas”, asegura el pionero de internet Mike Roberts. “La situación se complica, además, por el fracaso total de los economistas para encontrar cualquier sistema sostenible alternativo a nuestro moderno modelo consumista y paraacabar con la noción de que ‘sólo se puede cobrar un precio justo por un día de trabajo justo’”.

2. Las consecuencias sobre la desigualdad serán muy profundas

La siguiente gran revolución tecnológica, que no será otra que la robótica, tendrá un impacto mucho mayor que las anteriores, según asegura Tom Standage, director de la edición digital de The Economist: “Las anteriores revoluciones tecnológicas fueron mucho más lentas, así que la gente tuvo más tiempo para adaptarsey moverse de un tipo de trabajo no cualificado a otro. Pero los robots y la IA amenazan a trabajos cualificados. La brecha adquisitiva entre los trabajadores cualificados cuyo trabajo no pueda ser automatizado y el resto se agrandará. Y eso es una receta para la inestabilidad”.

“Por citar sólo un aspecto del auge de los robots y la inteligencia artificial, el uso generalizado de coches y camiones con piloto automático acabará con los taxistas y los camioneros, la ocupación número uno de los hombres en Estados Unidos”, asegura Stowe Boyd, investigador de GigaOM, una consultoría de medios de San Francisco.

Según el profesor de Harvard Justin Reich, la destrucción de empleo será insostenible: “No estoy seguro de que vayan a desaparecer todos los trabajos, aunque es una posibilidad, pero los empleos que queden se van a pagar peor y van a ser más temporales que los que tenemos ahora. La clase media se va a hundir”.

Los tecnooptimistas: “No va a haber menos cosas que hacer”

Un 52% de los expertos que han participado en el informe de Pew Research creen que la tecnología no acabará con más trabajos de los que pueda crear en la próxima década. Muchos coinciden en señalar que las ocupaciones no serán las mismas: enefecto, los robots acabarán con muchas de las profesiones que conocemos hoy en día, pero la humanidad será capaz de encontrar nuevos nichos productivos, tal como ocurrió en las anteriores revoluciones industriales. Otros, son más escépticos, sencillamente, creen que la tecnología no avanzará a tanta velocidad como para que tengamos que preocuparnos por el futuro de nuestros trabajos en la próxima década.

Estos son los principales argumentos de los expertos que, aseguran, no debemos preocuparnos por el futuro del trabajo.

1. La historia demuestra que la tecnología crea trabajos, no los destruye

Sí, los robots acabarán con algunos trabajos, pero crearán otros muchos nuevos. “Alguien tiene que crear y mantener todos estos nuevos dispositivos”, asegura Vint Cerf, uno de los considerados ‘padres’ de internet. “Históricamente, la tecnología ha creado más trabajos de los que ha destruido y no hay razón para pensar que esta vez no va a ocurrir lo mismo”.

“Cuando la población del mundo era de 100 millones de personas había 100 millones de trabajos”, explica Jonathan Grudin, veterano investigador de Microsoft. “Aunque siempre va a haber gente en paro, cuando seamos miles de millones de personas habrá miles de millones de trabajos. No va a haber menos cosas que hacer”.

Aunque los robots acaben con algunos trabajos manuales, alguien tendrá que desarrollar y fabricar los robots y esto creará un enorme nicho laboral de empleos cualificados (ingenieros y programadores) y no cualificados (ensambladores). Los trabajos cambiarán, pero no necesariamente a peor.“No estoy de acuerdo con la idea de que las tecnologías emergentes van a desplazarla mayor parte de la fuerza de trabajo”, explica Amy Web, CEO de Webbmedia Group. “Algunos sectores demandarán más trabajadores –ahora más que nunca se necesita un ejército de programadores talentosos para ayudar en el avance de la tecnología– pero aún así necesitaremos a gente que haga los paquetes, los ensamblajes, las ventas, la comunicación…”

2. Hay trabajos que sólo los humanos pueden hacer

Aunque la mayoría de expertos coinciden en señalar que el auge de la robótica provocará un cambio radical en nuestros trabajos, hay quien asegura que algunas profesiones no se verán para nada afectados por ésta, pues nunca podrán ser automatizadas.

“Por mucho que avance la robótica y la IA, la mano del hombre seguiría siendo necesaria a gran escala”, asegura David Hughes, un coronel retirado del ejército estadounidense que fue un pionero de las telecomunicaciones. “De la misma forma que un avión tiene que tener pilotos y copilotos, no creo que todos los coches ‘autopilotados’ puedan funcionar sin tripulación. La capacidad del ser humano para detectar eventos inesperados y tomar medidas de urgencia sin depender de la conducción automática seguirá siendo necesaria mientras los coches particulares sigan en las carreteras”.

Para Pamela Rutledge, directora del Media Psychology Research Center, por mucho que avance la tecnología hay cosas que los robots nunca podan hacer: todo aquello que requiera creatividad, capacidad de síntesis, resolución de problemas, innovación… Los robots, de hecho, nos ayudarán a librarnos de las tareas más tediosas para que podamos dedicarnos a otras cosas. “Los avances tecnológicos permitirán a las personas dejar de hace tareas repetitivas para poder invertir toda su atención y energía en cosas donde realmente podemos marcar la diferencia”, asgura Rutledge.

3. La tecnología no avanzará lo suficiente para tener un impacto significativo en el mercado laboral

Hay un grupo de expertos que prefieren ser menos entusiastas sobre el futuro de la tecnología. En su opinión, sencillamente, la robótica no avanzará tanto en la próxima década como para que se pueda hablar de la extinción de los trabajos manuales.

David Clark, científico del laboratorio de inteligencia artificial del MIT, cree que lo que realmente tendrá un impacto significativo será la llegada de los robots al sector servicios, algo que, en su opinión, es imposible que ocurra en la próxima década: “En 12 años no creo que los dispositivos autónomos vayan a ser verdaderamente autónomos. Creo que simplemente nos permitirán ofrecer unos servicios de mayor calidad pero con el mismo nivel de participación humana”.

“La mayoría de la población permanecerá ajena a estas tecnologías en el futuro cercano”, asegura Christopher Wilkison, funcionario retirado de la Unión Europea y experto en internet. “La robótica y la IA tendrán su nicho, sobre todo en banca, comercio y transporte. El riesgo de error y la imputación de la responsabilidad siguen siendo importantes obstáculos para la aplicación de estas tecnologías en el día a día”.

4. Nuestras estructuras legales y sociales minimizarán el impacto de la automatización

“En última instancia, necesitamos una base amplia de población activa, de lo contrario no habrá nadie que pueda pagar este nuevo mundo”, asegura Glenn Edens, director de investigación del Computer Science Laboratory de Xerox. Y, en su opinión, los gobiernos se asegurarán de que el desarrollo de la tecnología no provoque una destrucción de trabajos que sea insostenible.

“Quizás ya contamos con la tecnología suficiente para suplir gran parte de los trabajos”, asegura Geoff Livingston, presidente de Tenacity5 Media, “pero la sociedad todavía no está preparada para aceptarlo”.

El miedo a que las máquinas acaben con el trabajo que desempeñan los hombres y, por tanto, con su sustento, es tan antiguo como la propia industria. A principios del siglo XIX, los trabajadores ingleses se organizaron en uno de los primeros movimientos obreros, el ludismo, cuyo principal objetivo era acabar con las máquinas que, pensaban, eran las responsables de los despidos y los bajos salarios. En 1812, un grupo de trabajadores incendió en Nottingham sesenta máquinas de tejer medias, una acción que antecede en décadas a la creación de los sindicatos y las primeras huelgas.

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