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Sexo en la ducha: todo lo que debes saber para disfrutar mucho más
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Sexo en la ducha: todo lo que debes saber para disfrutar mucho más

Un pequeño manual para que disfrutes al máximo del espacio reducido y el agua caliente, sin resbalones inesperados ni jabón en los ojos

Foto: La ducha es un lugar estupendo para encender la libido. (iStock)
La ducha es un lugar estupendo para encender la libido. (iStock)

El espejo empañado, el vapor de agua que asciende al séptimo cielo, la presión del agua caliente y dos cuerpos hermosos, desnudos y enjabonados que intercambian besos húmedos o, más bien, champú en los ojos y codazos desafortunados. El sexo en la ducha es duro (ejem, ejem). Pero digamos que el cine porno ha avivado tus fantasías y hoy te sientes un explorador del erotismo. Lo primero que deberías hacer es olvidar tus altas expectativas: hacerlo en la ducha, sobre todo la primera vez, tiene sus inconvenientes.

La idea de tener sexo en la ducha suena divertido, excitante, un plan entretenido para la tarde del martes. Si de normal te da por cantar mientras estás al tema, nunca habrás sonado mejor. También es de lo más eficiente: ya no tienes por qué ducharte después del sexo. Ahora lo puedes hacer durante, ¡2x1! Pero pongámonos serios, la ducha es un buen lugar para encender la libido: tanto cuerpo a la vista, tanto jabón y contacto pueden ser unos preliminares estupendos.

Prueba el desafío

Pero una vez estéis los dos concentrados en el tema, comienzan las dificultades. Os ponéis uno enfrente del otro, el agua empieza a caer, el pelo se te pone por toda la cara y empiezas a hacer movimientos extraños con la boca para no tragar agua a lo 'waterboarding'. ¿Será el fin de la sensualidad? Este sexo tan acuático puede llegar a ser estresante, según los encuestados de la revista 'Cosmopolitan', porque, aunque películas y escenas porno hagan que todo parezca sensual y asequible, la realidad puede ser muy distinta.

Para empezar, siempre existe el riesgo de resbalarse. Si la gente ya se cae cuando están solos, de pie, sin ninguna dificultad apreciable, imaginad con una segunda persona a tu lado, y ahora añadid en la ecuación algo de gimnasia sexual. En concreto, los hombres temen -y les estresa- caerse durante la erección. Tiene que doler, sí. Para evitar una desgracia, poned agarraderas o una alfombrilla antideslizante de pececillos o estrellitas de mar, lo que quieras; pero no te caigas. Además, en este contorsionismo erótico, raro sería que no se rompa algo o que no se inunde parte del baño.

Por muy extraño que te suene, los lubricantes también se usan en la ducha. Usa los de silicona, que tardan más en secarse

El jabón en los ojos, un clásico. Si os estáis duchando juntos (quizá para ahorrar agua) y os entra un impulso repentino irrefrenable, el champú será vuestro peor enemigo, un enemigo que escuece mucho. Así que deja los potingues para antes o después del sexo, a menos que sean lubricantes. Sí, por muy extraño que te suene, los lubricantes también se usan en la ducha. En este caso, se recomiendan los que se fabrican a base de silicona, que tardan más en secarse. Y, hablando de lubricantes, por lo general los condones no han sido probados en condiciones tan húmedas y resbaladizas, por lo que se recomienda otro tipo de anticonceptivos.

Este sexo en invierno también puede ser un desafío. Si el chorro de agua se parece más a un hielo derritiéndose lentamente que a una cascada en primavera, vas a pasar frío. Mucho peor todavía si se te acaba el agua caliente...

¿Cómo me pongo?

El repertorio de posturas no es que sea muy extenso; hay que echarle imaginación. Para saber cuáles son las mejores posiciones, acudimos a los expertos de la 'Eroteca'. Para principiantes, recomiendan que la chica se ponga de frente a la pared y que él apoye sus brazos en ella, mientras el chico la penetra por detrás. Con los cuatro pies en el suelo, nadie tiene por qué caerse. Para la otra postura sencilla hay que echar mano de un taburete: él se sienta y ella se sienta sobre él (de espaldas o de frente, como quieras).

Si os preocupa el frío, podréis probar a hacerlo arrodillados, muy juntos. Es una de las posturas más íntimas

Si a él no le importa tumbarse en la ducha (damos por hecho que muy pocos tienen un jacuzzi), se puede practicar posturas de toda la vida como el perrito o el 'girl on top'. En este caso, desde 'Eroteca' recomiendan poner algo en el suelo de la bañera o la ducha para amortiguar la zona de la rodilla.

Si os preocupa el frío, podréis probar a hacerlo arrodillados, muy juntos. Además, esta postura tan íntima hace fácil mantener el equilibro.

Esta otra ya es de notable alto. Si los dos tenéis buena condición física y equilibrio (no hace falta ser un acróbata del Circo del Sol), él puede cogerla a ella en volandas mientras ella cruza las piernas sobre su cuerpo. Y por último, ya para la matrícula, ella puede poner su pierna sobre el hombro del chico; una posición de película.

Añadir desafíos al sexo puede ser excitante. ¿Por qué no probarlo? De todas formas, lo peor que podría pasar sería arruinar la magia para siempre. Si no va bien la primera vez, si no es lo tuyo, ¿qué importa? Lo importante es participar.

El espejo empañado, el vapor de agua que asciende al séptimo cielo, la presión del agua caliente y dos cuerpos hermosos, desnudos y enjabonados que intercambian besos húmedos o, más bien, champú en los ojos y codazos desafortunados. El sexo en la ducha es duro (ejem, ejem). Pero digamos que el cine porno ha avivado tus fantasías y hoy te sientes un explorador del erotismo. Lo primero que deberías hacer es olvidar tus altas expectativas: hacerlo en la ducha, sobre todo la primera vez, tiene sus inconvenientes.

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