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Cómo Finlandia está combatiendo con éxito la desaparición de empleos
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ALTA ROTACIÓN, POCOS PARADOS DE LARGA DURACIÓN

Cómo Finlandia está combatiendo con éxito la desaparición de empleos

Un nuevo informe utiliza al país escandinavo, en mitad de una delicada crisis, como ejemplo de aquello que ocurre cuando un gobierno flexibiliza el mercado laboral

Foto: En julio de 2015, Microsoft anunció el despido de 7.800 trabajadores, el 7% de su fuerza laboral. (Reuters/Aleksei Tuomola/Lehtikuva)
En julio de 2015, Microsoft anunció el despido de 7.800 trabajadores, el 7% de su fuerza laboral. (Reuters/Aleksei Tuomola/Lehtikuva)

A pesar de su buenísima reputación tanto social como educativa, a Finlandia no le ha ido demasiado bien durante los años de la crisis. Entre 2012 y 2014 ha tenido que enfrentarse a su propia recesión, marcada por factores como la contracción del sector electrónico, la caída a las exportaciones a Rusia por las sanciones a dicho país y el interminable declive de la industria papelera. Tanto es así que la tasa de desempleo del año 2015 (9,4%) es muy superior a la del 2012 (7,5). Muy inferior a la de España, pero que muestra un inequívoco declive.

Foto: Juha Sipilä, líder del Partido de Centro y ganador de las elecciones, durante un rueda de prensa en Helsinki (Reuters).

Como señala un informe publicado esta misma semana por la OCDE, “el mercado laboral finlandés ha mostrado una gran capacidad de adaptación combinando un mercado laboral flexible, que permite una rápida redistribución de los sectores productivos, con la provisión de subsidios para los trabajadores que necesiten ayuda”. Un informe elogioso, en definitiva, que señala tanto las ventajas de la flexibilización laboral como deja entrever sus hipotéticos defectos.

De entre todos los países de la OCDE, tan solo Suecia les supera a la hora de que los parados encuentren un nuevo trabajo en apenas un año

En Finlandia, alrededor del 7% de los trabajadores son sustituidos o pierden su trabajo cada año, pero como afirma el informe, aproximadamente cinco de cada seis encuentran un nuevo empleo en apenas de un año. “En general, Finlandia tiene políticas fuertes y equilibradas para lidiar con la reestructuración económica y para ayudar a la gente que pierde su trabajo por razones económicas”, señala el documento. De entre todos los países de la OCDE, tan solo Suecia les supera en este aspecto aunque, como suele ser habitual, los efectos del desempleo son mucho más acusados entre los mayores de 55 y “aquellos con un bajo nivel de formación o trabajadores de cuello azul, especialmente en los sectores de manufactura y construcción”.

Finlandia es uno de esos países donde, como España, se ha abaratado el despido, especialmente a nivel colectivo. Sin embargo, es también uno de aquellos en los que el paro a largo plazo es menor (aunque en la situación actual, con recortes FINLANDIA y la caída de Nokia y la industria papelera, sea superior a las cifras a las que están acostumbrados). A continuación examinamos los tres pilares en los que se asientan las políticas de reinserción laboral finlandesas, que promueven “una alta rotación en el trabajo y un bajo nivel de desempleo a largo plazo”.

'Change security project'

La medida estrella del sistema finlandés… ¿y la más útil? El programa dio inicio en el año 2005 con el objetivo de ayudar al trabajador a encontrar pronto un nuevo empleo, uno de los pilares en los que más hincapié hacen los modernos programas de reinserción laboral. ¿En qué consiste? Una vez la empresa ha comunicado a la oficina laboral el despido de uno o más trabajadores, esta tiene que desarrollar un plan de acción en el que, por ejemplo, se refleje una formación potencial o apoyo a la búsqueda de empleo para los trabajadores despedidos. La oficina, entonces, desarrolla otro plan de acción junto a los trabajadores y proporciona sus servicios.

Todas las empresas con más de 30 empleados tendrán que garantizar formación a los empleados despedidos por razones económicas

Esta herramienta, cofinanciada en un 20% por el empleado, proporciona capacitaciones profesionales durante al menos 10 días, con el objetivo de ayudar al reciclaje profesional. La gran pregunta es: ¿funciona de verdad? El informe prefiere mantener el beneficio de la duda, ya que aunque un estudio publicado en 2011 concluía que los efectos eran “muy positivos”, es difícil cuantificar exactamente la influencia de este sistema, como señalaba otra investigación realizada por el Ministerio de Empleo finlandés. No obstante, tiene una importante ventaja: proporciona una reacción temprana a la hora de desarrollar un plan de acción junto a las empresas.

La última reforma de este sistema ha tenido lugar en junio de este año, como parte del Pacto por la Competitividad: como recuerda el informe, todas las empresas con más de 30 empleados tendrán que garantizar formación a los empleados despedidos por razones económicas con una antigüedad de cinco años o más.

Un sistema de protección del desempleado

El informe elogia la eficiencia de las tres patas que conforman el sistema por el cual se protege la seguridad de los trabajadores que no son capaces de encontrar trabajo en el corto plazo: una prestación de desempleo vinculada a los ingresos para los miembros de un fondo de seguridad para el desempleo (el 46% del total); una prestación asegurada para todos aquellos que no formen parte del fondo (10%) y un subsidio para aquellos que han agotado su fondo de prestaciones (el 44% restante) y sin límite temporal. Un esquema no tan diferente al español, aunque Finlandia es uno de los países donde más personas (tres de cada cuatro desempleados) reciben esta prestación.

Bajas voluntarias temporales

Una de las particularidades del sistema finlandés es su recurrente utilización de las bajas voluntarias temporales, que el informe señala que son “probablemente la medida más importante en Finlandia para preservar trabajos y evitar el desplazamiento durante las recesiones y otras situaciones en las que la demanda desciende”. ¿En qué consiste? Básicamente, en prescindir temporalmente de aquellos trabajadores cuyos puestos parecen viables a largo plazo, pero no en el corto, con el objetivo de rescatarlos una vez la situación de la empresa haya mejorado.

Existe el riesgo de que se abuse del sistema de bajas temporales, que tiene un coste muy reducido para las empresas

Aunque la mayor parte de países desarrollados utilizan sistemas similares, la diferencia en Finlandia o en otros países escandinavos como Noruega es que se utiliza con frecuencia de manera estacional, ya que gran parte de las industrias más importantes (construcción, por ejemplo) dependen del tiempo meteorológico, por lo que recurren a esta fórmula, en lugar de a los contratos por obra y servicio, como ocurre en España.

¿La ventaja? Que la retribución de esta clase de bajas es bastante atractiva y proviene de los fondos de desempleo, quizá porque el plazo (90 días) es más corto, tanto en los casos en los que el trabajador se da de baja por completo como en aquellos en los que acepta una reducción de jornada. Fue una herramienta que se utilizó a menudo durante los años de la crisis económica (hasta un 4% de la fuerza laboral estaba fuera por esta razón) y, como señala el informe, “salvó muchos empleos que de otra manera se habrían perdido”. Sin embargo, el texto también advierte de que hay un claro peligro de que se empiece a abusar de esta fórmula debido al poco coste que supone para las empresas: un síntoma de lo que puede estar a punto de pasar en otros países que están abrazando la flexibilización del mercado laboral.

Hacia la renta básica

El informe se suma a la candente pregunta, tanto a nivel internacional como en el país finlandés, donde están empezando a plantearse dicha posibilidad: ¿cómo afectaría una renta básica incondicional a la seguridad de los trabajadores parados? Aunque el informe señala que todavía es demasiado pronto para juzgar, ni siquiera para especular con ella, considera que el hecho de que el grupo sea tan limitado provocará que los resultados difícilmente se puedan generalizar.

Foto: El primer ministro finladés, Juha Sipilä, impulsor de la renta básica. (Efe / Stephanie Lecocq)

¿En qué consistirá esta renta que se lanzará en enero del próximo año? Se trata, básicamente, de una manera de reformar los sistemas de seguridad social en respuesta a los cambios del mercado laboral, una de las constantes en el análisis de la aplicación de este sistema. El modelo valorado por las autoridades finlandesas es parcial, y consiste más bien en una sustitución de las prestaciones sociales que ya se emiten. ¿Puede verse, por lo tanto, como una manera de reducir los gastos del Estado que a la larga beneficiaría a los más ricos, en caso de producirse una gran inflación? El año que viene empezarán a saberlo las 2.000 personas que actualmente reciben una prestación por desempleo y que cobrarán cada mes una cantidad que oscila entre los 550 y los 600 euros.

A pesar de su buenísima reputación tanto social como educativa, a Finlandia no le ha ido demasiado bien durante los años de la crisis. Entre 2012 y 2014 ha tenido que enfrentarse a su propia recesión, marcada por factores como la contracción del sector electrónico, la caída a las exportaciones a Rusia por las sanciones a dicho país y el interminable declive de la industria papelera. Tanto es así que la tasa de desempleo del año 2015 (9,4%) es muy superior a la del 2012 (7,5). Muy inferior a la de España, pero que muestra un inequívoco declive.

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