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El contrato “sin horas” de las empresas británicas: ¿flexibilidad o esclavitud?
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“SI NO LO HACEMOS así, TERMINAREMOS COMO ESPAÑA”

El contrato “sin horas” de las empresas británicas: ¿flexibilidad o esclavitud?

Los llamados contratos “sin horas” (o zero-hours contracts), pensados para estudiantes, se han convertido en los protagonistas del verano.

Foto: McDonald's ha reconocido que el 90% de sus trabajadores tienen un 'contrato sin horas'. (Reuters)
McDonald's ha reconocido que el 90% de sus trabajadores tienen un 'contrato sin horas'. (Reuters)

Llevan existiendo décadas, pero nunca antes se había hablado tanto de ellos. Los llamados contratos “sin horas” (o zero-hours contracts) se han convertido en los protagonistas del verano después de que el gobierno británico anunciase el pasado junio la formación de una comisión para investigar si estaban sirviendo de herramientas de explotación laboral. Al mismo tiempo, medios como The Guardian o The Daily Mail han expuesto a la luz pública algunas de las vergüenzas de las grandes compañías relacionadas con este tipo de contratos que se cree puede haber firmado un millón de británicos.

¿En qué consisten los contratos de “cero horas”? Si bien se asemejan a grandes rasgos a los contratos por horas existentes en otros países, puesto que el trabajo se realiza sólo durante breves períodos de tiempo y sin una jornada laboral fija, su funcionamiento es bastante peculiar. Con este tipo de documento, la empresa obliga al trabajador a estar siempre disponible ante una eventual llamada de la misma y a mantener una relación de exclusividad con ellapero, al mismo tiempo, la compañía no tiene ninguna obligación de garantizar al empleado que le proporcionará trabajo con una frecuencia determinada. El trabajador tampoco se encuentra en la obligación de aceptar la propuesta de sus contratantes si así lo desean.

Bueno para la empresa, ¿bueno para el trabajador?

Los problemas de este tipo contrato son evidentes: la inestabilidad económica y personal son altas, y los sueldos percibidos, más bajos. Según señalaba un estudio llevado a cabo por la Resolution Foundation, los empleados con este tipo de contrato cobran de media a la semana 236 libras (unos 273 euros), frente a los 557 que perciben los trabajadores contratados en términos habituales. Una sensible diferencia que se basa en reducir la redundancia, es decir, las horas pagadas en las que el trabajador no tiene nada que hacer y, por lo tanto, no son productivas.

El miedo a que no vuelvan a llamar hace aceptar cualquier oferta, por mala que sea

Se trata de un contrato pensado en sus inicios para estudiantes que quisieran compaginar sus estudios con un empleo. Hoy en día, es más bien una fórmula útil para ahorrar costes y facilitar la flexibilidad laboral en tiempos de incertidumbre económica, en cuanto que el trabajador es reclamado para trabajar períodos concretos y limitadosde tiempo en los que su productividad es máxima. Sin embargo, la creciente adopción de este tipo de relación laboral por parte de muchas grandes empresas ha llevado al gobierno británico a plantearse si no estarán utilizándose como una manera de sustituir los contratos tradicionales o, en algunos casos, como una herramienta de control.

Como recuerdan sus críticos, a pesar de que el trabajador tiene derecho a rechazar la oferta de trabajo si así lo considera oportuno, el miedo a que no le vuelvan a llamar suele conducirlos a aceptar cualquier llamada de la empresa, por malas que sean las condiciones ofrecidas. Es, igualmente, una fórmula por la que se puede despedir y contratar a trabajadores de manera repetida a bajo coste.

¿Flexibilidad o explotación?

Las noticias aparecidas este mismo mes en la prensa británica no han dado precisamente una buena imagen de las empresas que han empleado estos “contratos sin horas”. La primera fue Amazon UK, después de que Channel 4 emitiese un documental en el que se afirmaba que la compañía había empleado a través de esta fórmula a cientos de trabajadores. Los propios trabajadores del almacén que la empresa tiene en Rugeley (Staffordshire) habían denunciado la situación después de que fuesen despedidos tras doce semanas y vueltos a contratar, lo que los dejaba al margen de los derechos de los contratados regulares.

Han pasado de representar el 4% de la fuerza de trabajo inglesa en 2004 al 8% en 2011

La denuncia puso de manifiesto algunos comportamientos de la firma particularmente controvertidos. El documental explicaba que los trabajadores eran seguidos a través de un sistema de GPS, que sus pausas para ir al cuarto de baño o para descansar eran cronometradas y que podían aguantar jornadas laborales de hasta 10 horas con una única pausa de media hora. Un confidente que trabajaba en selección de personal reconoció haber sido avisado de que tuviese cuidado a la hora de despedir a los trabajadores para que no trascendiese a los medios de comunicación.

Esta misma semana ha sido el turno de McDonald’s, ya que los datos que acaban de salir a la luz la presentan como la empresa privada que más contratos de cero horas mantiene con sus empleados: 82.800, un 90% del total de sus trabajadores. La cadena de comida rápida ha respondido que la compañía ha contratado a sus trabajadores a través de esta fórmula desde que se estableció en el país en 1974, y que “no afecta a sus derechos. Todos nuestros trabajadores tienen derecho a una serie de beneficios como seguro de vida, descuentos para empleados o acceso a una serie de entrenamientos y cualificaciones”.

Pero ahí no queda la cosa: otras compañías como Subway, NHS (el Servicio Nacional de Salud inglés), Sports Direct, el Palacio de Buckingham, la Galería Tate, Boots o Cineworld suelen emplear este tipo de contratos, que según una encuesta realizada por el gobierno británico, han pasado de representar el 4% de la fuerza de trabajo inglesa en 2004 al 8% en 2011. Además, dicho documento también ponía de manifiesto que “las compañías más grandes son más propensas a utilizar este tipo de contratos”. Los sectores en los que predominan son la hostelería y el sector hotelero (con un 19%), seguidos por el sector de la salud.

El Gobierno tomará cartas en el asunto

El crecimiento exponencial de este tipo de contratos ha llevado al secretario de Estado de Negocios e Innovación, Vince Cable, a arrancar con una investigación sobre el uso (y abuso) de esta fórmula laboral y a advertir que mantener una relación de exclusividad con una empresa que no te garantiza trabajo es una situación injusta. Muchos parlamentarios del partido laborista han señalado que una reforma es necesaria para evitar que estos contratos conduzcan a la explotación laboral. Es el caso de Alison McGovern, que indicaba que “a medida que nos damos cuenta de lo extendido que está el problema, más preocupación existe y mayor es la necesidad de actuar”. Se espera que en septiembre comience a tramitarse alguna reforma relacionada con el “contrato sin horas”.

Una de las razones por las que Inglaterra no ha seguido el camino de España es por la flexibilidad de su mercado laboral

Algunos miembros de la patronal se han manifestado de manera bastante feroz contra una hipotética prohibición de este tipo de fórmulas laborales. El director del IoD (Institute of Directors) Alexander Ehmann indicó que ello “tendría resultados profundamente dañinos, ya que perjudicaría a miles de empleados que dependen de la flexibilidad que sus contratos les permiten, así como a las firmas de tamaño pequeño y medio, que tendrán problemas para contratar al personal que necesitan para hacer frente a una demanda variable”.

Además, añadió que una decisión semejante conduciría a una situación semejante a la que tiene lugar en España o Italia, donde el mercado laboral es más rígido. “Los países con un mercado laboral más flexible suelen tener un menor desempleo, y una de las razones por las que la economía inglesa no ha seguido el mismo camino que la del sur de Europa es porque los contratantes han sido capaces de adaptarse rápidamente a los cambios en la demanda”. Quizá este último comentario nos dé buena idea de lo que nos espera en el mercado laboral español en el futuro inmediato.

Llevan existiendo décadas, pero nunca antes se había hablado tanto de ellos. Los llamados contratos “sin horas” (o zero-hours contracts) se han convertido en los protagonistas del verano después de que el gobierno británico anunciase el pasado junio la formación de una comisión para investigar si estaban sirviendo de herramientas de explotación laboral. Al mismo tiempo, medios como The Guardian o The Daily Mail han expuesto a la luz pública algunas de las vergüenzas de las grandes compañías relacionadas con este tipo de contratos que se cree puede haber firmado un millón de británicos.

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