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Así son las madres cuando salen a ligar: las señales que delatan a una MILF
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Así son las madres cuando salen a ligar: las señales que delatan a una MILF

No es su dulzura, ni su instinto de protección, sino otros detalles que te interesan aún más

Foto: Para saber si de verdad es madre, presta atención a los detalles. (iStock)
Para saber si de verdad es madre, presta atención a los detalles. (iStock)

Una reflexión superficial podría hacernos creer que si muchos se encaprichan sexualmente por las madres solteras es solo por hacer un poco el loco, como cuando les gustan las fotos de pies peludos o las mujeres disfrazadas de Pokémon. Porque los hijos, así a bote pronto, no son compatibles con la diversión adulta. Tener niños es una fuente de preocupaciones continua y una posible responsabilidad futura, una espada de Damocles con bola de pinchos medieval y rayo láser futurista, un arma dispuesta a rebanar la tranquilidad y la cuenta corriente de uno en cuestión de segundos.

Pero eso son los niños. Las madres solas en el ligue lo petan. Muchos se relajan pensando en que no tendrán que ocuparse personalmente de ese reloj biológico que algún otro inconsciente ha dejado sonar. Otros se dan cuenta de que es una ventaja quedar con alguien que siempre tiene algo más importante que hacer que estar con uno, y que no tiene tiempo para obsesionarse con la relación o complicarse la vida a sí misma ni a los demás.

Si tienes dudas sobre esa madurita nueva con la que estás hablando en Tinder, o con la que solo has quedado una vez, estos signos te indicarán con absoluta seguridad si ha caído ya o no en las estadísticas de las auténticas 'MILF'.

No manda mensajes pasivo agresivos

Los hijos, en ellos y en ellas, aumentan el espíritu práctico. Para una madre, pasarse dos horas redactando un mensaje para conseguir lo que quiere sin que parezca que lo necesita demasiado, o haciendo que él crea que decide el plan cuando en realidad lo hace ella, es perder un tiempo precioso. Para ella se acabaron los rodeos.

Las madres no van a cenar fuera por charlar con nadie, sino porque tienen hambre

Hay que cocinar para el día siguiente, cambiar pañales o simplemente escuchar la cháchara de un filósofo menor de edad durante todas las horas libres del día -bueno, allá cada uno si llama libertad a eso-, así que, si sus mensajes son siempre del tipo “Calle tal, número tal a las 20h” hay altas probabilidades de que sea una madre.

No deja comida en el plato

No porque los niños de África pasen hambre, que también. Lo que es insoportable es la idea de haber dedicado media hora a guisar en lugar de ver una serie tumbada en el sofá para que luego la comida se estropee, y eso crea hábito.

Además, los padres no pueden comer tranquilos en compañía de sus hijos pequeños. Hay que poner baberos, hacer avioncitos con la cuchara, gritar por encima de la televisión o escuchar lloros por quitarla… En fin, que a la hora de comer a la mayoría se les olvida comer. Las madres no van a cenar fuera por charlar con nadie, sino porque tienen hambre.

Si has comido y cenado con ella y calculó cada vez lo que quería con un margen de error inferior a los cinco granos de arroz, pregúntale por su situación familiar.

Lleva toallitas húmedas

Las toallitas húmedas, uno de los peores inventos para el ecosistema, son las mejores amigas de la mayoría de las madres. Si no tiene un trabajo de muchas horas pero lleva un bolso grande lleno de artículos que sustituyen a la higiene real (toallitas desodorantes, para limpiar superficies, para limpiarse zonas íntimas, para limpiarse las gafas…), el riesgo de maternidad es alto.

Como en todo, las consecuencias son bastante prácticas. Si sales con una madre que haya tenido tiempo de cogerle el tranquillo, es casi imposible que necesite algo tan lujoso como un baño para prepararse antes del amor.

Cuidado: las manchas de papilla o barro en la ropa no son significativas, no dejes que una tía cariñosa con sus sobrinos te dé el cambiazo y pase por auténtica MILF. Las madres experimentadas jamás van manchadas porque llevan muda de ropa, desde los calcetines hasta la goma del pelo.

Las madres no quedan 'a lo que surja'. Si una madre va a tener sexo, lo lleva decidido de casa y surgirá, vaya si surgirá

Aunque pueda parecerlo, jamás te recomendaríamos que aproveches un descuido para espiar su bolso, nos parecería una vergüenza que te arriesgaras a encontrar un pañal de Dora la Exploradora y perdieras tu libido. Y si es madre y a pesar de ello ha encontrado la forma de citarse contigo, seguro que necesita toda la que puedas ofrecerle.

Compra rápido

Si llegas a salir con una mujer que ha criado, no tendrás que pasar por el trámite de esperar mientras se eterniza en el probador. Se prueban cada prenda una sola vez y lo que no queda perfecto de primeras lo lanzan a la pila del no y lo devuelven sin doblar.

Las dependientas que doblan la ropa en las tiendas a menudo son chicas jóvenes y atractivas, con cara de ser felices. Parecen no tener hijos, y por tanto son enemigas naturales de la MILF. Que doblen ellas, una madre lo hace varias veces al día sin cobrar.

Se emociona con niños... de ficción

Si le gustas, no le costará ignorar completamente a las criaturas que os salgan al paso en los sitios públicos, pero si vais al cine y en la pantalla aparece un niño sufriendo de alguna forma, da igual si el personaje tiene un problema de verdad o ha perdido una pegatina que brillaba, la cara se le descompondrá y se sentirá más sensible que tú y mejor persona, reacciones como reacciones.

Todos los niños de ficción le recuerdan a alguien, y está bastante claro que no es a ti.

No queda a “lo que surja”

Si una madre va a tener sexo, lo lleva decidido de casa y surgirá, vaya si surgirá. Si no sabes cuándo has empezado a tontear con ella y ya estás con el cigarro de después, mírala a los ojos: es la mirada de una madre. O, más probablemente, son los párpados cerrados y los ronquidos de una madre, porque mañana madruga.

Una reflexión superficial podría hacernos creer que si muchos se encaprichan sexualmente por las madres solteras es solo por hacer un poco el loco, como cuando les gustan las fotos de pies peludos o las mujeres disfrazadas de Pokémon. Porque los hijos, así a bote pronto, no son compatibles con la diversión adulta. Tener niños es una fuente de preocupaciones continua y una posible responsabilidad futura, una espada de Damocles con bola de pinchos medieval y rayo láser futurista, un arma dispuesta a rebanar la tranquilidad y la cuenta corriente de uno en cuestión de segundos.

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