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El misterio, resuelto: por qué tus calcetines desaparecen al lavarlos
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EL GRAN RETO DE LAS LABORES DOMÉSTICAS

El misterio, resuelto: por qué tus calcetines desaparecen al lavarlos

Dice una Ley de Murphy que “los pares de calcetines siempre van de dos en dos antes de entrar a la lavadora y de uno en uno al salir de ella”. ¿Por qué?

Foto: Imposible deshacerse de la montaña de calcetines. (iStock)
Imposible deshacerse de la montaña de calcetines. (iStock)

Se trata de uno de los grandes misterios de nuestra vida cotidiana y no son pocos los científicos que han tratado de desentrañarlo. En nuestro cajón se acumulan decenas de calcetines desparejados que esperan que vuelva su compañero. Pero “Artengo 1” nunca volvió para rescatar a “Artengo 2”, y “Puma 2” tuvo que conformarse con “Sport 1”, porque eran los suficientemente parecidos para que nadie notara nada.

Decía el físico ingeniero aeroespacial Edward Aloysius Murphy, en una frase que pasó a la posteridad, que “si algo puede salir mal, saldrá mal”. El enunciado dio pie a un puñado de leyes como aquella que asegura que “la tostada siempre cae en el lado de la mantequilla” y la que hoy nos ocupa: “los pares de calcetines siempre van de dos en dos antes de entrar a la lavadora y de uno en uno al salir de ella”.

La mayoría de los calcetines se pierden tras caerse del tendedero o acabar detrás de radiadores o muebles

Puede parecer una chorrada, pero cualquiera que se haya ocupado mínimamente de las tareas del hogar sabe que no es así. Según una encuesta elaborada por Samsung, en Reino Unido desaparecen 84 millones de calcetines al año, lo que supone una pérdida económica de 2.000 millones de libras. Nadie ha hecho un estudio semejante en España, pero es de suponer que los resultados no serían muy distintos: el desparejamiento de calcetines es un fenómeno universal.

Según la encuesta, elaborada entre 2.000 adultos, la mayoría de los calcetines se pierden tras caerse del tendedero o acabar detrás de radiadores o muebles. Pero ¿por qué siempre desaparecen los miembros de distintas parejas?

Un destino del que no se puede huir

En 1997, el físico británico Robert Matthews, famoso por estudiar las dinámicas que llevan a la tostada a caer con más frecuencia del lado de la mantequilla, exploró la base científica de otras leyes de Murphy y concluyó que el enunciado de los calcetines tiene una clara base empírica.

Si pasamos mucho tiempo sin comprar calcetines nuevos lo más probable es que acabemos con el cajón lleno de calcetines desparejados

Tal como explicó en un artículo en 'Scientific American', con independencia de las múltiples razones por las que puede extraviarse un calcetín, “la pérdida aleatoria de calcetines siempre es más probable que cree el número máximo posible de calcetines impares”. Es algo fácil de entender: si perdemos un calcetín su pareja quedará suelta y dejaremos de ponérnoslo, por lo que es más probable que el próximo calcetín que desaparezca sea otro con pareja (pues son los que llevaremos a lavar), y tendremos dos calcetines desparejados.

Además, como explicó el estadístico Victor Nierdhoffer en un artículo publicado en 'Daily Speculations', “si tienes 20 calcetines –10 pares diferentes–, después de perder el primer calcetín, las posibilidades de que el segundo deshaga otro par son de 18 sobre 19, frente a 1 sobre 19 de que sea un calcetín del mismo par”. Si pasamos mucho tiempo sin comprar calcetines nuevos lo más probable es que acabemos con el cajón lleno de calcetines desparejados, que es exactamente lo que nos ocurre.

La fórmula de los calcetines perdidos

Con motivo de la encuesta sobre calcetines perdidos de Samsung, el estadístico Geoff Ellis y el psicólogo Simon Moore han ido más lejos en la investigación del asunto, elaborando una fórmula que, aseguran, predice el riesgo de que perdamos calcetines:

[L (pxf) + C (rxs)] – (P x A)

L es el “tamaño de la colada ('laundry')”, que se calcula multiplicando el número de gente de la casa (p) por la frecuencia de lavados que se realizan a la semana (f).

C es la “complejidad del lavado”, que se calcula multiplicando el número de diferentes coladas, blancas y de color, que se realizan a la semana (t), por el número de calcetines que se lavan a la semana (s).

P es la “positividad” con la que hacemos la colada, que se mide en una escala de 1 –“fuerte rechazo”– al 5 –“gran disfrute”– y A es la “atención prestada”, que se mide como el número total de precauciones que tomamos en cada lavado para evitar la pérdida de calcetines, como pude ser desenrrollar los calcetines o emparejar estos previamente.

Cuanto más grande es el número resultante de la operación, mayor será el número de calcetines que perderemos todas las semanas.

Trucos para minimizar las pérdidas

Aunque parezca que estamos predestinados a perder con el tiempo todos nuestros calcetines, lo cierto es todo ocurre porque no prestamos la atención que debemos. Hay una serie de trucos, fáciles de seguir, que harán que no pierdas calcetines en cada lavado, y estos estén siempre emparejados.

1. Mantén juntas las parejas

La mayoría de nosotros emparejamos los calcetines tras hacer la colada, para descubrir que muchos de ellos se han lavado en solitario. Para evitar esto tenemos que intentar emparejar los calcetines antes de hacer la colada. Se pueden atar en un extremo, usar pinzas que se venden para tal fin o comprar bolsas de rejillas en las que lavar aparte la ropa interior.

2. Haz un registro

No hace falta que mantengas un documento de Excel en el que anotar tus calcetines, pero si se te rompe alguno, asegúrate de eliminarlo junto a su pareja. Si no haces esto acabarás acumulando un montón de calcetines huérfanos pensando que no has lavado sus parejas cuando, en realidad, están en el vertedero.

3. Sé cuidadoso al poner la lavadora y tender

La mayoría de calcetines desaparecen cuando transportamos la ropa de nuestro cuarto a la lavadora y de ahí al tendedero. En el camino es muy fácil que se caiga un calcetin y acabe debajo de la cama, detrás de un radiador o escondido en el propio tambor de la lavadora. También es muy habitual perder calcetines que se quedan dentro de las sábanas, las toallas o las camisas cuando vamos a tender y acaban precipitándose por el patio interior para acabar 'vete a saber dónde'.

4. Celebra el “día del calcetín”

Por muy cuidadoso que seas lo más probable es que, con el tiempo, vayas acumulando muchos calcetines huérfanos en tu cajón –hay quien tiene incluso una enorme bolsa donde guardar estos–. Por ello es importante que, cada cierto tiempo, te asegures de que no hay ningún calcetín desparejado en el cesto de la ropa sucia, y emplees un rato a emparejarlos todos. De esta forma rescatarás algunas parejas. El resto de calcetines que, sabes, no tienen compañero deben ser eliminados o reciclados para otros propositos. Que no te de pena, acumular huérfanos es mucho peor.

Se trata de uno de los grandes misterios de nuestra vida cotidiana y no son pocos los científicos que han tratado de desentrañarlo. En nuestro cajón se acumulan decenas de calcetines desparejados que esperan que vuelva su compañero. Pero “Artengo 1” nunca volvió para rescatar a “Artengo 2”, y “Puma 2” tuvo que conformarse con “Sport 1”, porque eran los suficientemente parecidos para que nadie notara nada.

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