¿Quieres perder peso? Esta es la hora del día a la que debes hacer ejercicio físico
Aunque pensemos que una caloría es siempre una caloría, nuestro organismo no reacciona igual en todos los momentos. Por eso, hay horas mejores que otras
Ya que nos lanzamos a sufrir, sudar y pasar penurias haciendo deporte, más vale que el tremendo esfuerzo que vamos a llevar a cabo sea rentable, ¿no? De ahí que tan importante como calzarse las zapatillas y salir a correr sea saber de qué manera aprovechar al máximo el tiempo que pasamos moviéndonos, por ejemplo, haciendo los ejercicios más adecuados para perder peso o adoptar una rutina de entrenamiento que de verdad repercuta positivamente en nuestra salud.
De entre todas esas preguntas que nos hacemos, hay una que quizá no nos llame demasiado la atención, pero que puede marcar una importante diferencia si de lo que se trata es de quemar grasa: ¿a qué hora debemos ponernos a hacer ejercicio? Puede parecer que, siguiendo la lógica del equilibrio calórico, da igual cuándo se practique deporte ya que una caloría será una caloría a las siete de la mañana o las diez de la noche. En realidad no es así, ya que nuestro metabolismo cambia a lo largo del día, sobre todo teniendo en cuenta las diferentes horas a las que ingerimos alimentos.
Al ejercitarnos nada más salir de casa, en ayunas, el cuerpo quema las reservas de grasa acumuladas
Si queremos afinar nuestro horario, conviene echarle un vistazo a una investigación publicada en 'The Journal of Physiology', que intentó averiguar qué pasaba con los cuerpos de determinados individuos dependiendo de la hora a la que hiciesen ejercicio (o si no lo hacían en absoluto). La conclusión es clara, y encaja con lo que se podía sospechar antes de hacer ningún experimento: la mejor hora para quemar grasas es a primera hora de la mañana. Así que parece ser que el refrán es cierto y al que madruga, el Dios del 'running' le ayuda.
En las entrañas de la bestia
No, no hay nada flotando en el ambiente que provoque que pierdas más peso cuando los primeros rayos de sol salen por el horizonte. Más bien, se trata de que tu organismo, y en concreto tu estómago, aún está vacío. Cuando salimos a correr o vamos al gimnasio, señalan los investigadores, estamos quemando lo último que hemos introducido en nuestro estómago, como pueden ser el desayuno o el almuerzo. Sin embargo, al ejercitarnos nada más salir de casa, en ayunas, el cuerpo quema las reservas de grasa acumuladas.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores diseñaron tres grupos de estudio. Uno de ellos estaba formado por gente a la que se le solicitó no hacer absolutamente nada de ejercicio físico y, como es obvio, fue el que salió peor parado a la hora de mantenerse en su peso ideal. La diferencia más reveladora, no obstante, se encuentra entre aquellos que practicaron ejercicio físico por la mañana y los que lo llevaban a cabo por la tarde durante el plazo previsto de seis semanas. Curiosamente, estos últimos habían ganado peso, y también habían desarrollado una mayor resistencia a la insulina, algo crítico a la hora de padecer diabetes.
Nada que ver, sin embargo, con aquellos que habían practicado deporte antes de llevarse el primer bocado al estómago. No solo apenas habían aumentado su peso, sino que sus niveles de insulina se habían mantenido estables; su quema de grasa era sensiblemente superior a la de los compañeros que se encontraban en la misma situación. Básicamente, aclaran los autores del estudio, no se trata tanto de adelgazar a marchas forzadas como evitar ganar peso, algo lógico teniendo en cuenta que en el experimento se pedía a los participantes que tomasen un 30% más de calorías y un 50% más de grasas.
La diferencia más reveladora se encuentra entre aquellos que practicaron ejercicio físico por la mañana y los que lo llevaban a cabo por la tarde
“En el estudio, administramos una dieta hipercalórica a sujetos saludables y demostramos por primera vez que el ejercicio a primera hora de la mañana en estado de ayuno es más potente que una cantidad idéntica después de comer para mejorar la tolerancia a la glucosa del cuerpo completo, al mismo tiempo que para inducir adaptaciones beneficiosas en las células musculares que finalmente puedan contribuir a mejorar la sensibilidad a la insulina periférica”, concluye la investigación. Y, aunque es probable que ponerse el despertador a las cinco de la mañana no sirva de gran cosa si no va acompañado de una dieta saludable y un esfuerzo constante, poco perdemos por probar.
Ya que nos lanzamos a sufrir, sudar y pasar penurias haciendo deporte, más vale que el tremendo esfuerzo que vamos a llevar a cabo sea rentable, ¿no? De ahí que tan importante como calzarse las zapatillas y salir a correr sea saber de qué manera aprovechar al máximo el tiempo que pasamos moviéndonos, por ejemplo, haciendo los ejercicios más adecuados para perder peso o adoptar una rutina de entrenamiento que de verdad repercuta positivamente en nuestra salud.
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