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El hombre que tiró a la basura cinco millones de euros en bitcoins
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ahora BUSCA SU DISCO DURO EN UN VERTEDERO

El hombre que tiró a la basura cinco millones de euros en bitcoins

James Howells olvidó que guardaba 7.500 bitcoins en un disco duro. Cuando limpió su casa decidió tirarlo. Ahora los busca con desesperación en un vertedero

Foto: James Howells se ha resignado a perder el dinero
James Howells se ha resignado a perder el dinero

Entre las acusaciones que señalan a la criptomoneda como una nueva burbuja financiera o una estafa piramidal y los entusiasmos exacerbados de sus seguidores, el bitcoin sigue rompiendo mitos. El miércoles, su valor superó por primera vez la barrera de los 1.000 dólares, un hito del que se han hecho eco, una vez más, los medios de comunicación de todo el mundo.

La moneda virtual nació en los círculos underground de la red, pero ha terminado por hacerse popular, y no sólo desde el punto de vista de los usuarios que han decidido invertir parte de sus ahorros en bitcoins, sino también desde la perspectiva de los comercios y empresas que aceptan la divisa como forma de pago. La lista aumenta cada día, y cada vez son más las grandes compañías que se suman a esta nueva ola. La última ha sido Virgin.

Sin embargo, es probable que la sociedad, en general, aún no esté preparada para incorporar el bitcoin a su vida cotidiana. Varios casos ocurridos en los últimos años lo atestiguan: robos de claves, pérdidas por despiste... Sin ir más lejos, en octubre un estudiante noruego se compró una casa gracias a unos bitcoins que permanecían olvidados en su disco duro: 180 coronas se habían convertido en cinco millones.

El caso de James Howells

Lo que le acaba de ocurrir al galés James Howells es una tragicomedia. En 2009, poco después del lanzamiento de la moneda virtual, decidió comprar 7.500 bitcoins, que en aquel tiempo podían adquirirse por muy poco dinero.

Lo que le acaba de ocurrir al galés James Howells es una tragicomedia. En 2009, poco después del lanzamiento de la moneda virtual, decidió comprar 7.500 bitcoins, que en aquel tiempo podían adquirirse por muy poco dinero

Como en el caso del estudiante Noruego, se olvidó de ellos. Guardó la billetera virtual en su ordenador portátil y siguió con su vida. También era minero de bitcoins, pero el ruido de los ordenadores trabajando 24 horas era tan molesto que después de una semana su novia le pidió que lo dejara. Más allá de la anécdota, la suerte del galés cambió al año siguiente: una limonada se derramó sobre el portátil donde guardaba sus bitcoins. El ordenador quedó inservible, pero, al menos, Howells tuvo la audacia de conservar el disco duro. Lo guardó en un cajón. Sin embargo, volvió a olvidarse de sus criptomonedas.

Tampoco recordó que en aquel disco duro guardaba su inversión cuando el pasado verano, mientras limpiaba su casa, se encontró con el hardware y decidió, por inercia, tirarlo a la basura.

placeholder El vertedero donde se encuentra el disco duro del galés

No fue hasta el viernes pasado, al leer en las noticias varias referencias a la meteórica revalorización de la moneda virtual, cuando recordó que cuatro años antes él había comprado varios miles de bitcoins. Y ahora valían millones.

El corazón le dio un vuelco cuando comprendió que había tirado a la basura el disco duro donde guardaba su monedero. Y mucho más importante: sobre todo la clave sin la que es completamente imposible acceder al dinero virtual desde otro lugar. Desesperado, revisó cada uno de sus ordenadores y memorias con la esperanza de encontrar una copia de seguridad, pero no halló ni rastro.

Su desesperación aumentó cuando comprobó que las dimensiones del basurero superaban las de un campo de fútbol, con una capa de desperdicios de varios metros

Para colmo, durante esta semana los medios no han dejado de publicar noticias sobre el despunte del valor de la criptomoneda. Después de superar la barrera de los 1.000 dólares, el galés había tirado a la basura cinco millones y medio de euros en bitcoins. "No sé si reir o llorar", ha declarado a The Guardian.

Howells no se ha quedado con los brazos cruzados. Durante los últimos días ha intentado recuperar su disco duro por todos los medios. Ha llegado incluso a visitar el vertedero de Docksway, en Newport, donde en teoría debería encontrarse. Sin embargo, su frustración aumentó cuando comprobó que las dimensiones del basurero superaban las de un campo de fútbol, con una capa de desperdicios de varios metros. Resignado a perderlo para siempre, ha terminado recurriendo a la caridad de la comunidad, creando un billetero virtual donde acepta donaciones de los usuarios para recuperar parte de su dinero.

¿Una tecnología disruptiva?

En tecnología, se suelen generar gráficas evolutivas para evaluar el progreso de una determinada innovación y las posibilidades de su incorporación a la sociedad. "Básicamente, se intenta valorar las expectativas de cualquier descubrimiento suficientemente innovador. Al principio, en los primeros años, aumentan muy rápidamente hasta alcanzar el pico de lo que llamamos 'las expectativas desmesuradas'. Ha ocurrido con internet, con el grafeno, con cada nueva tecnología, en general", explica a Teknautas el profesor del MIT Tomás Palacios.

A continuación se produce lo que se llama 'el valle de la desilusión', cuando todo el mundo de repente se da cuenta de que una determinada tecnología no va a cambiar el mundo tan rápidamente

En la actualidad, el bitcoin se encuentra precisamente en ese pico de expectativas. "A continuación se produce lo que se llama 'el valle de la desilusión', cuando todo el mundo de repente se da cuenta de que una determinada tecnología no va a cambiar el mundo tan rápidamente, y que aún necesita tiempo", agrega.

Las monedas virtuales tienen un recorrido relativamente corto, y aunque las instituciones financieras empiezan a tomarlo en serio, que una divisa virtual se convierta en un modelo de uso masivo está muy lejos de la realidad en las circunstancias actuales. "La clave es sobrevivir al 'valle de la desilusión'. A partir de entonces las expectativas aumentan de nuevo y llegan las aplicaciones útiles que empiezan a cambiar la sociedad".

Entre las acusaciones que señalan a la criptomoneda como una nueva burbuja financiera o una estafa piramidal y los entusiasmos exacerbados de sus seguidores, el bitcoin sigue rompiendo mitos. El miércoles, su valor superó por primera vez la barrera de los 1.000 dólares, un hito del que se han hecho eco, una vez más, los medios de comunicación de todo el mundo.

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