Autónomos y concursos de acreedores: cuando fracasar en tu negocio significa perderlo todo

Aún son una inmensa minoría, pero su historia suele ser mucho más trágica que la de los demás. Según el Instituto Nacional de Estadística, 83 autónomos han pasado por un concurso de acreedores entre enero y marzo de 2012, lo que representa el 3,73% de los 2.224 concursos llevados a cabo en nuestro país en este primer trimestre.

El porcentaje es minúsculo, pero detrás de estos 83 concursos puede haber consecuencias mucho más graves que detrás de los otros 2.141. Y es que la responsabilidad de los primeros es mucho mayor que la de los segundos.

Los autónomos responden con su vivienda, su coche...

Por norma general, y ante una situación de quiebra, una sociedad empresarial (limitada, anónima o cooperativa) puede recurrir al cierre e intentar que las deudas mueran con la propia empresa, ya que la responsabilidad patrimonial es limitada. Es decir, la quiebra de una empresa no tiene por qué la pérdida del patrimonio de su emprendedor, con lo que un empresario puede permitirse -hasta cierto punto- fracasar sin que ello afecte a su vida y patrimonio personal.

Sin embargo, la responsabilidad patrimonial de un autónomo es ilimitada. Si acumula deudas que no puede pagar, sus acreedores pueden llevarlo a juicio, y, en caso de victoria, el autónomo podría responder con todo su patrimonio y bienes personales, pudiéndosele embargar, así, su vivienda, su coche, etc. De este modo, un posible fracaso empresarial -como el de los 83 que han pasado este año por un concurso de acreedores- podría convertirse en una auténtica pesadilla personal y en un proceso de varios años hasta que el autónomo consiguiese saldar todas sus deudas.

El Gobierno podría limitar la responsabilidad de los autónomos

La posibilidad de que la responsabilidad de los autónomos se limite cada día cobra más fuerza. El pasado 20 de marzo, el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, filtraba que la nueva Ley de Emprendedores limitaría la responsabilidad patrimonial de los autónomos. Esta posibilidad gustaba especialmente a los colectivos de representación de autónomos, que veían en ella una esperanza para que los autónomos se animasen a emprender sin miedo a que un posible fracaso les persiguiese durante años.

Pero no parece que esta medida pueda gustar a todos. Parece evidente que, si la responsabilidad patrimonial del autónomo se limita, los bancos dificultarán (aún más) la posibilidad de crédito. Un crédito que no está muy accesible a día de hoy, precisamente.

En cualquier caso, el Gobierno deberá decidir algo pronto. Y es que, aunque los autónomos concursados aún son minoría, el porcentaje sube peligrosamente.