Leonard Abess, el generoso amigo de Obama que vendió su banco a Caja Madrid

927 millones de dólares (unos 750 millones de euros). Esta es la cifra de la discordia. La cantidad por la que en abril de 2008 Caja Madrid compró el City National Bank de Florida (CNB). Un buen puñado de dólares que a la postre han deparado distinto destino a los que entonces eran presidentes de ambas entidades. Miguel Blesa ha terminado durmiendo en prisión después de que el juez no se crea sus argumentos. Según Elpidio José Silva, en la primera declaración cuando se le preguntó si el precio de venta estaba sujeto al control "previo, preceptivo y vinculante" de la Comunidad de Madrid, contestó que no. Y añade. "Con ello, se ignoraba lo esencial: Por qué, deliberadamente, se fraccionó la operación en put y call para obviar tal control de la Comunidad de Madrid". 

Por su parte, su colega americano, Leonard Abess, no ha pasado más apuro que el provocado por las preguntas de los periodistas estadounidenses. “El banco no estaba en venta y pagaron lo que fue preciso para conseguirlo. Fue un precio justo y negociado”. Es todo lo que ha manifestado Abess sobre la polémica operación que, hasta la fecha, le ha traído más alegría que penas. La venta del negocio, que heredó de su padre y que capitaneó durante casi 25 años, le valió que la revista Time le nombrara en 2009 uno de los cien hombres más destacados del mundo. Un reconocimiento que recibió por los “enormes beneficios” obtenidos.

El banquero, de 64 años, presume además de haber mantenido a raya a Blesa durante los dos años previos a la venta, cuando se produjeron varias tentativas por parte del entonces presidente de la caja de ahorros: “Las ofertas por CNB llegaron cuando yo lo decidí, ni un minuto antes ni un minuto después”.

La filantropía por bandera

Deshacerse del que por entonces era el sexto mayor banco privado de Florida, especializado en créditos a empresas, sirvió a Leonard Abess para reforzar su imagen de filántropo y entrar en el top ten de héroes mundiales de la revista Time. ¿La razón? Abess repartió 60 millones de dólares entre sus trabajadores. “Conocía a muchas de esas personas desde los siete años, no me hubiera sentido bien conmigo mismo de haberme quedado con todo el dinero”, declaró el banquero.

Esta muestra de generosidad le valió una mención de Barack Obama, que se acordó su amigo en su primer discurso como presidente de Estados Unidos en el Congreso: “La esperanza se encuentra en los rincones más insospechados”, dijo en una intervención marcada por la crítica al exceso y la codicia de Wall Street.

El reparto de los ingresos por la venta de CNB sirvio para alimentar aún más la fama de la familia Abess, cuyos miembros son destacados filántropos en Miami desde hace décadas. En el caso de Leonard, él y su esposa, Jayne, presiden un Centro de Ciencias Medioambientales desde el que han impulsado varios proyectos.