BBVA investigó al marido de Carmena en plena disputa por la Operación Chamartín

BBVA buscó información sobre la pareja de Manuela Carmena en plena disputa con el Ayuntamiento de Madrid por el recorte de su proyecto para la Operación Chamartín. La Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional encontró en la agenda personal del comisario Villarejo notas manuscritas sobre una reunión que mantuvo con el jefe de Seguridad del banco, Julio Corrochano, en la que este supuestamente le pidió datos de “actuaciones del entorno del marido de CARMENA”, según el sumario de la pieza separada número 9 del caso Tándem que instruye el Juzgado número 6 de la Audiencia Nacional.

Villarejo escribió esas palabras junto a las mayúsculas “KOL”, el nombre en clave que utilizaba para referirse a Corrochano; y la fecha en la que supuestamente se citó con el directivo, el “11.10.16”, una época en la que BBVA libraba una batalla con el gobierno municipal de Ahora Madrid por el redimensionamiento de la Operación Chamartín, el mayor plan inmobiliario de Europa, con 3,2 millones de metros cuadrados en desarrollo y un valor de 5.900 millones de euros.

El banco, propietario del 75% de esa bolsa de suelo, presentó en febrero de 2015 su propio proyecto, Distrito Castellana Norte (DCN), tras alcanzar un acuerdo con el PP en la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid y en el Ministerio de Fomento. Contemplaba 3,1 millones de metros cuadrados edificables, la construcción de 17.739 viviendas y un millón de metros cuadrados para oficinas. Sin embargo, en mayo de 2016, tras las elecciones municipales, la coalición de Ahora Madrid y PSOE tumbó el plan de BBVA y lanzó una nueva Operación Chamartín que recortó los metros edificables a 1,7 millones, situó el tope de viviendas en 4.600 y los metros cuadrados de oficinas quedaron limitados a 699.666 metros cuadrados.

La entidad vio en ese momento cómo se hundían sus expectativas de negocio. Los indicios recopilados por Asuntos Internos apuntan a que, en ese momento, BBVA decidió recurrir al presunto cerebro del caso Tándem para tratar de doblegar la voluntad política de Ahora Madrid. El 12 de julio de 2016, solo seis semanas después de que el equipo de Carmena liquidara oficialmente el plan de BBVA, el comisario se reunió en secreto con el presidente de Distrito Castellana Norte, el directivo del banco Antonio Béjar, antiguo jefe de Riesgos y de su división inmobiliaria.

Así consta en el dietario que usaba Villarejo para llevar un registro interno de las gestiones que efectuaba en sus distintos espionajes en curso y que la Policía Nacional considera “de interés para la presente investigación”. “Planteamiento de ayuda en OPECHAMAR”, escribió el comisario de su puño y letra tras la cita con Béjar. “Muy predispuesto a trabajar en ello. Ya avisó a KOL para comentar”.

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En las semanas siguientes, el comisario mantuvo varias reuniones con Corrochano pero no hablaron de la Operación Chamartín hasta después del verano, el 11 de octubre de 2016. Según los apuntes del policía, el entonces jefe de Seguridad de BBVA “pregunta [en esa cita] por actuaciones del entorno del marido de CARMENA-MANGADA”.

El interés del banco en esas personas no era casual. La pareja de la ex primera edil, Eduardo Leira, arquitecto de profesión, había tenido un papel clave en el recorte de las aspiraciones inmobiliarias del banco. Sin embargo, en ese momento, no pasaba por la mejor situación. Estaba imputado por el Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores de su estudio, I3 Consultores, por haberles obligado presuntamente a firmar un contrato laboral que les otorgaba una categoría inferior a la que les correspondía. La querella inicial presentada por Manos Limpias también atribuía a Leira fraude a la Seguridad Social e insolvencia punible, pero la Fiscalía descartó esos otros dos delitos.

Por su parte, con la palabra “mangada”, Villarejo haría referencia a otro asesor fundamental en la reconfiguración de la Operación Chamartín, el urbanista Eduardo Mangada, autor del Plan General de Ordenación Urbana de 1985 y número cinco en la lista de Podemos al Senado en las elecciones de 2015. En esa época, el experto formaba parte del círculo de confianza de Carmena. De las anotaciones privadas del comisario se desprende, por tanto, que BBVA buscó supuestamente datos sobre dos personas próximas a la dirigente que había laminado sus expectativas de negocio.

Las anotaciones no aclaran para qué quería la entidad esa información. Tampoco especifica el sumario cuál fue el resultado de las indagaciones solicitadas por el banco. Cinco meses después del encuentro entre Corrochano y Villarejo, las acusaciones contra Leira fueron archivadas por el juzgado que había asumido la causa, el número 15 de Madrid. El juez no apreció indicios de delito y ni la Fiscalía ni Manos Limpias recurrieron el sobreseimiento.

Sin embargo, en la Operación Chamartín, Carmena acabó reculando. La propuesta que presentó su gobierno en mayo de 2016 como alternativa a la de BBVA fue perdiendo fuerza hasta que, en abril de 2018, Ahora Madrid aceptó elevar el suelo edificable a 2,65 millones de metros cuadrados y el número de viviendas contempladas aumentó hasta las 10.476. La alcaldesa cedió tanto a las pretensiones de BBVA que los sectores más contestatarios de la izquierda la acusaron de favorecer un pelotazo inmobiliario.

La entidad ha declinado comentar esta información a preguntas de este diario.