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El aeropuerto de Castellón paga 600.000€ al año a Ryanair para que mantenga dos rutas
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la subvención se camufla como publicidad

El aeropuerto de Castellón paga 600.000€ al año a Ryanair para que mantenga dos rutas

La empresa concesionaria del aeródromo más polémico de España paga un fijo anual a Ryanair a cambio de que mantenga las dos rutas regulares que han permitido inaugurar la infraestructura

Foto: Aterrizaje del primer vuelo regular en el aeropuerto de Castellón. (EFE)
Aterrizaje del primer vuelo regular en el aeropuerto de Castellón. (EFE)

El Gobierno valenciano de Alberto Fabra anunció el pasado marzo, solo dos meses antes de las elecciones municipales y autonómicas, que Ryanair había decidido abrir dos rutas con origen y destino en el Aeropuerto de Castellón. El acuerdo fue vendido como un hito por el Partido Popular, principal impulsor del aeródromo a través de la Diputación de la provincia y de la propia Generalitat, tras más de una década encadenando sonoros fracasos en la gestión de la infraestructura. Ambas instituciones subrayaron que la llegada de la aerolínea de bajo coste demostraba la viabilidad del aeropuerto. Sin embargo, ninguno de los actores involucrados en las negociaciones quiso desvelar las condiciones del pacto con Ryanair.

El silencio se ha mantenido hasta ahora y pretende ocultar probablemente que el desembarco de la compañía irlandesa en Castellón no se ha debido a motivos tan románticos como se esfuerza en sostener el PP. Al contrario, la aerolínea anunció las nuevas rutas tras asegurarse de que recibiría unos ingresos fijos. Según ha podido saber El Confidencial, Ryanair pactó que facturaría al aeropuerto de Castellón 600.000 euros al año por mantener tres conexiones semanales con Londres Stansted y otras dos a la semana con el aeropuerto de Bristol, también en Reino Unido, aunque en el segundo caso, solo entre los meses de abril y octubre.

​Promoción en su página web

A cambio de ese dinero, la aerolínea se comprometió a ofertar 60.000 plazas al año con origen o destino en el aeródromo, es decir, un asiento por cada 10 euros que cobra de los responsables de las instalaciones. El pago se camufla como si fuera un servicio de promoción turística. Mediante el acuerdo, Ryanair se compromete a hacer publicidad del destino de Castellón en su propia página web. La fórmula es buena para las dos partes pero especialmente para los gestores del aeródromo, que esconden que han tenido que pagar para que una compañía acepte utilizar unas instalaciones que ya han costado más de 200 millones de euros de fondos públicos.

En sentido estricto, el dinero que sirve para mantener las dos rutas de Ryanair no procede de la Administración. El acuerdo fue sellado por la aerolínea y la empresa concesionaria de la infraestructua, la firma canadiense SNC-Lavalin. Ambas compañías justificaron precisamente el secreto en torno a los pormenores del contrato, escudándose en que se trata de un pacto entre empresas privadas. Pero lo cierto es que SNC-Lavalin opera en Castellón como si fuera un simple brazo ejecutor de la Administración y se financia exclusivamente en estos momentos con fondos públicos.

después de que la venta del aeropuerto fracasara en 2013 tras la aparición de un falso comprador libio que no tenía ni un euro, y de que el concurso que abrió luego la Generalitat para deshacerse del aeródromo también quedara desierto, el Ejecutivo autonómico optó por entregárselo en 2014 a SNC-Lavalin en unas condiciones más que ventajosas. La compañía norteamericana no solo no paga nada por quedarse con las instalaciones en exclusiva hasta 2034, sino que además tiene derecho a ingresar de los Presupuestos autonómicos hasta 25 millones de euros durante los 10 primeros años de la concesión. SNC-Lavalin solo tendría que pagar a la Generalitat si el aeropuerto supera los 1,2 millones de pasajeros al año, una cifra muy alejada de los 60.000 que llegan ahora.

Un pacto que maquilla la inauguración

En virtud del contrato de concesión, la Administración autonómica ya ha pagado seis millones de euros a SNC-Lavalin, y de ahí es precisamente de donde están saliendo los fondos que permitieron anunciar dos meses antes de las elecciones la llegada a Castellón de los primeros vuelos regulares. El negocio es redondo para la compañía de bajo coste que, además de los 600.000 euros anuales que recibe del aeropuerto, también se queda con la facturación íntegra de la venta de sus billetes. Pero el pacto también beneficia a SNC-Lavalin y a los responsables políticos de la obra, porque les permite maquillar los primeros meses de gestión de la infraestructura. Lo cierto es que, solo con los vuelos de Ryanair, el aeropuerto de Castellón ya ha superado en número de pasajeros a los de Huesca, Albacete, Córdoba, Badajoz, Sabadell, Vitoria y Burgos, los que menos viajeros reciben de la red pública de Aena. Los 18.000 puestos de trabajo que prometió el PP no han llegado, pero los vuelos regulares de Ryanair aparentan al menos la normalidad de la que había carecido hasta ahora el proyecto.

Fuentes de SNC-Lavalin consultadas por este diario prefirieron no hacer ningún comentario sobre esta información y defendieron que son una empresa privada que puede alcanzar los acuerdos que considere necesarios para promocionar una infraestructura. “Es algo normal en el sector y es algo que hacemos con otros aeropuertos que gestionamos, pero no puedo comentar nada sobre Castellón”, aseguró un portavoz de la firma a este diario.

Desde Ryanair también prefieren mantener la confidencialidad. “No podemos desmentir ni confirmar la información porque se trata de un acuerdo privado con el gestor del aeropuerto. Es cierto que en algunos casos cobramos de destinos a cambio de publicidad en nuestra página web, pero me gustaría recordar que, en todo caso, son acuerdos comerciales perfectamente normales”, apuntó un responsable de comunicación de la aerolínea. “A veces es necesario promocionar un destino”. El portavoz de Ryanair dejó la puerta abierta a la firma de nuevos acuerdos para aumentar el número de conexiones del aeropuerto, siempre que exista un compromiso por parte de las instituciones que lo dirigen.

El Gobierno valenciano de Alberto Fabra anunció el pasado marzo, solo dos meses antes de las elecciones municipales y autonómicas, que Ryanair había decidido abrir dos rutas con origen y destino en el Aeropuerto de Castellón. El acuerdo fue vendido como un hito por el Partido Popular, principal impulsor del aeródromo a través de la Diputación de la provincia y de la propia Generalitat, tras más de una década encadenando sonoros fracasos en la gestión de la infraestructura. Ambas instituciones subrayaron que la llegada de la aerolínea de bajo coste demostraba la viabilidad del aeropuerto. Sin embargo, ninguno de los actores involucrados en las negociaciones quiso desvelar las condiciones del pacto con Ryanair.

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