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Chaves: "Durante mi presidencia nunca jamás se adoptó una decisión ilegal"
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Chaves: "Durante mi presidencia nunca jamás se adoptó una decisión ilegal"

En el entorno del expresidente Andaluz todavía insisten en que Griñán y la senadora Mar Moreno son "los ideólogos del caiga quien caiga" y en parte los responsabilizan por su gestión política

Foto: Chaves, a su llegada al Tribunal Supremo para declarar por el caso ERE (EFE)
Chaves, a su llegada al Tribunal Supremo para declarar por el caso ERE (EFE)

Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía durante 19 años y presidente del PSOE otros 12 ha declarado a su salida del Tribunal Supremo tras declarar voluntariamente ante el instructor del caso ERE, que "nunca jamás durante su presidencia en la Junta deAndalucía se adoptó una decisión ilegal ni se impulsó una ilegalidad".

El expresidente andaluz ha insistido en que "las ayudas sociolaborales impulsadas por suGobierno "solo pretendían crear un efecto positivo en los trabajadores con el fin de luchar contra el paro y el desempleo". En este sentido, Manuel Chaves ha asaeverado que"si hubo una persona que usó los fondos fraudulentamente será el juez quien lo dictamine".

Esta declaración ha tenido lugar en una situación complicada, después de que su sucesor en el Gobierno andaluz, José Antonio Griñán, admitiera tras declarar en el Alto Tribunal que “no hubo un gran plan pero sí un gran fraude”, hecho que ha provocado un gran revuelo interno en las filas socialistas.

Desde el entorno de Chaves señalan que esas palabras complican su declaración hoy. Hay un profundo malestar e incluso sostienen que con sus palabras quebró un pacto no escrito en la línea de las defensas, que acordaron mantener un perfil bajo y prudente ante los medios y situar la responsabilidad del presunto fraude millonario en el segundo escalafón de la Consejería de Empleo. Entienden que el paseíllo ante el Supremo ya ocasiona bastante daño y revuelo y que eran absolutamente innecesarias las declaraciones que realizó admitiendo la magnitud del caso. “Dejó a los pies de los caballos a quienes vienen detrás”, señala con profundo malestar un exdirigente del PSOE.

Por primera vez Griñán admitió en público la pasada semana tras más de cuatro horas ante el juez dos obviedades que, aunque sorprenda, hasta ese momento ningún socialista había verbalizado. Dijo que abandonó la presidencia de la Junta en manos de Susana Díaz para asumir su “responsabilidad política” en el caso ERE. Cuando se marchó aludió a razones personales y familiares y a la necesidad de un “relevo generacional”. Tras firmar su cese sí admitió, a regañadientes y empujado por las preguntas de los periodistas, que quería evitar “el daño” y “la erosión” a la Junta por el caso. Después fue designado senador por la comunidad autónoma, lo que le garantizaba su aforamiento. Nunca, hasta que ha declarado ante el Supremo, ligó su dimisión con la asunción de responsabilidades políticas. Griñán puede alegar que ha purgado su responsabilidad, Chaves no. El estallido del caso ERE pilló al expresidente en la vicepresidencia del Gobierno de Rodríguez Zapatero y después fue en las listas al Congreso. No ha dimitido de ningún cargo ni ha dado, hasta ahora, un paso atrás. Él no podrá utilizar ese argumento.

placeholder José Antonio Viera. (EFE)
José Antonio Viera. (EFE)

El senador socialista pasó otro Rubicón. Cuando estalló el fraude, los socialistas insistieron en que era cosa de “cuatro golfos”. Cuatro años de instrucción despuésy 271 imputados más tarde, públicamente no se han movido de ahí. En la comisión de investigación que celebró el Parlamento andaluz en el verano de 2012 tuvieron la oportunidad de situar la responsabilidad política en los exconsejeros de Empleo, José Antonio Viera y Antonio Fernández, como pidieron los entonces socios de gobierno de Izquierda Unida. Se negaron. Insistieron en marcar la línea roja en los directores generales de Trabajo. Quizás otra estrategia hubiera frenado que se disparara más arriba, pero el PSOE no lo consintió. En las filas socialistas nunca han admitido públicamente que se trate de un “gran fraude”, como señaló Griñán. Es más, insisten en que el fondo de ayudas sociolaborales era legal y tratan de minimizar la cifra que apunta la juez Mercedes Alaya de 855 millones de euros malversados. Advierten que sólo una parte pudo ser defraudada. La Junta estimó el agujero en 71 millones. Griñán “ha roto”, consideran fuentes del PSOE, “con una sola frase toda esa línea argumental”.

“Con sus declaraciones a la prensa, deja a los pies de los caballos a todos los que vienen detrás”, advierte un exdirigente socialista andaluz. Lamentan que Griñán rompiera esa línea de “prudencia” en una estrategia en su propia defensa que consideran “premeditada” y a la que atribuyen “toda la intención del mundo”. La pugna interna no es nueva. La lucha de Chaves y Griñán, que pasaron de ser amigos íntimos y compartir tardes de cine a protagonizar una amarga ruptura personal y política, se remonta a años atrás. Y los ERE estuvieron en el origen. En el entorno de Chaves todavía insisten en que Griñán y la senadora Mar Moreno, que afrontará su trance ante el Supremo la próxima semana, son “los ideólogos del caiga quien caiga” y en parte los responsabilizan por su gestión política del caso cuanto estalló en los tribunales de la situación actual. Claro que desde el otro bando insisten en que lo importante no es la gestión mediática y política del caso, sino cómo se gestionaron durante una década los fondos públicos.

Chaves se defenderá hoy por vez primera en sede judicial de la hipótesis de la juez Alaya, que apunta a una trama urdida desde la cúpula de la Junta para desde “un reparto arbitrario” de los fondos obtener “réditos políticos y electorales” y “engrasar las relaciones” con empresarios y sindicatos. La teoría del sistema clientelar como punto de partida del desvío y la concesión discrecional de cientos de millones de euros no ha tenido hasta ahora respuesta. Los expresidentes han defendido insistentemente la legalidad del sistema y de las transferencias de financiación como fórmula para repartir estos fondos.

El futuro de los históricos socialistas, en el aire

La declaración de Chaves llega en plena encrucijada política para la conformación del futuro Gobierno andaluz de Susana Díaz. Ciudadanos y Podemos, que hoy se reúnen con el PSOE a escasas 48 horas de la constitución del Parlamento, insisten en pedir las dimisiones de los expresidentes como punto de partida para una negociación. Los socialistas confían en que el Supremo hable más pronto que tarde sobre la posible responsabilidad penal de los imputados. Si hay suplicatorio y el tribunal sigue adelante con las imputaciones, Chaves, Griñán y el resto de exconsejeros asumen que tendrán que entregar sus actas, señala el PSOE. Si el juez da carpetazo a la posible responsabilidad penal de los expresidentes, también quedan incógnitas por resolver. Fuentes cercanas a Chaves señalan que su deseo es poner punto y final a su vida política y que no aspira a volver a ir en las listas de las próximas elecciones generales. Así lo había expresado en su círculo más estrecho, aunque en las últimas semanas hay quien asegura que eso todavía no está decidido.

Por su parte,Griñán ha insistido a personas de su confianza en que tiene “la palabra” de la presidenta Susana Díaz de que lo volverá a designar senador porla comunidad autónoma. Al parecer, una conversación reciente con una persona de la estricta confianza de ambos le lleva a declarar a sus llegados que repetirá en el Senado. En el PSOE andaluz eso no está tan claro. Los socialistas saben que tienen un problema y de momento han aplazado la designación de los senadores para tratar de despejar sin interferencias la investidura de Díaz. Según fuentes de las negociaciones, los socialistas andaluces han asegurado a otros partidos que el futuro de Chaves depende de Ferraz pero que la intención de Díaz es que Griñán, pase lo que pase, no repita en su escaño como senador por el Parlamento andaluz. Ferraz no ha aclarado a los exconsejeros Gaspar Zarrías o José Antonio Viera, así como a la senadora Mar Moreno, si cuenta con ellos en las próximas listas electorales si el Supremo decide archivar sus responsabilidades en la trama de los ERE. La mayoría sí querría repetir en sus cargos.

Desde el juzgado sevillano, la juez Alaya sigue mandando mensajes velados al Supremo. Ayer trascendió que la Guardia Civil ha entregado un atestado en el que señala que el exconsejero de Presidencia Gaspar Zarrías, que comparecerá el jueves, presidió hasta doce reuniones de los viceconsejeros donde se abordaron las ayudas de los ERE. Los investigadores concluyen que Mar Moreno, su sucesora, no estuvo en ninguna. La magistrada ha firmado además otro auto en el que insiste en extender las prácticas irregulares de los ERE a “múltiples empresas públicas de la Junta”.

Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía durante 19 años y presidente del PSOE otros 12 ha declarado a su salida del Tribunal Supremo tras declarar voluntariamente ante el instructor del caso ERE, que "nunca jamás durante su presidencia en la Junta deAndalucía se adoptó una decisión ilegal ni se impulsó una ilegalidad".

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