Torres-Dulce mueve ficha para dejar el caso Bárcenas en manos de Ruz y Anticorrupción

La jugada de Torres-Dulce parecía que había sido buena. Romeral comenzó a investigar sin dilaciones, tomando declaración a los dos últimos tesoreros del PP, Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta, y al exabogado del primero, Jorge Trías. Después, ordenó una serie de diligencias –como una prueba caligráfica e informes a la Agencia Tributaria-, pero hasta el momento se desconoce qué resultados han tenido, si los hay.

El plan de la Fiscalía sólo tuvo un error: no calculó que alguien, en este caso Izquierda Unida junto a otras asociaciones, pudiera presentar una querella criminal para investigar la financiación irregular del PP y que ese escrito recayera en el Juzgado Central de Instrucción número 3, titulado por Javier Gómez Bermúdez, un juez muy unido al PP en el pasado pero con ciertas desavenencias con la formación desde hace unos años.

Pablo Ruz había sostenido en dos resoluciones judiciales que él no podía investigar los papeles de Bárcenas porque, por el momento, no había encontrado ninguna conexión que los vinculara con el caso Gürtel. De acuerdo con este argumento, el juez decano de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, entendió que la querella de IU no tendría que ir a su juzgado por antecedentes, al no haber nexos de unión, y lo envió a reparto, recayendo en el Juzgado de Gómez Bermúdez, noticia no muy bien recibida entre las filas del PP. Según fuentes jurídicas, el reparto es totalmente aleatorio, y que llegara a este instructor fue con el riguroso cumplimiento de las normas.

Torres Dulce actuó con celeridad

Gómez Bermúdez pidió informe a la Fiscalía de la Audiencia Nacional sobre la pertinencia de la admisión a trámite de la querella. Sin embargo, el departamento que dirige Javier Zaragoza nunca llegó a pronunciarse. De nuevo, Torres-Dulce medió para avisar de que ese asunto correspondía a Anticorrupción y ordenar dejarlo en manos del departamento de Antonio Salinas, según fuentes fiscales. Una decisión acatada, pero no compartida, por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional.

A partir de ese momento, los movimientos fueron rápidos: Anticorrupción habla con Ruz y le pide que mueva ficha para asumir el caso, el instructor ordena un informe a uno de sus principales aliados en la Gürtel, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF), y en tan sólo seis días Ruz ya tiene el informe y asume la competencia del caso.

En ese lapso de tiempo, Gómez Bermúdez seguía a la espera de la respuesta de Anticorrupción para decidir si admitía a trámite de la investigación. A la luz de los acontecimientos, este instructor, expresidente de la Sala de lo Penal, asume también la causa y cita a declarar como imputados a Bárcenas, Lapuerta y diez empresarios  que pudieron donar al PP. La Fiscalía recurre -en un escrito muy duro contra el juez, en el que le pide que abandone el caso- y cuatro días después Ruz también cita a declarar a los extesoreros, pero lo hace con un nuevo golpe de efecto. Elige para tomarles declaración una semana antes de la señalada por su compañero, y así se adelanta en la investigación.

Bárcenas y Lapuerta tendrán que acudir a la Audiencia Nacional este jueves, a la espera de que Gómez Bermúdez se replantee su posición y aplace o anule todas las diligencias acordadas. Aun así, la última palabra la tendrá la Sala de lo Penal, que deberá decidir qué juez es el competente. Fuentes jurídicas explican que a pesar de la posición tan beligerante de la Fiscalía, el hecho de que Ruz hubiera mantenido falta de conexión de los ‘papeles de Bárcenas’ con el caso Gürtel podría ayudar a que la causa quedara finalmente en manos de su compañero.